CIPRIANA RECORRERí EU PARA DENUNCIAR VIOLACIONES A DH EN Mí‰XICO

Por Anayeli Garcí­a Martí­nez

México, DF,  (CIMAC).- Después de saber que su petición de asilo polí­tico fue aceptada por el gobierno de Estados Unidos, la defensora de Derechos Humanos (DH) Cipriana Jurado Herrera continuará con sus demandas del cese a la violencia e impunidad y el regreso del Ejército a los cuarteles.

“Tengo una sensación agridulce. Me da alegrí­a porque es un reconocimiento de la situación que se vive en Ciudad Juárez y de la persecución que padecen los lí­deres sociales, pero salir de tu casa da tristeza”, dijo a Cimacnoticias la activista juarense que desde junio de 2010 vive en el exilio y con el temor de ser agredida o asesinada.

El pasado sábado, la defensora de DH recibió una notificación del gobierno de EU, a través de la cual se le informó que su petición de asilo polí­tico fue aceptada. Con esto, Cipriana se convirtió en la primera activista mexicana en ser amparada por el gobierno norteamericano.

Hace un año, la activista emprendió una gira por el paí­s vecino para hablar sobre los DH y la violencia en México, pero al enterarse de las agresiones contra otras defensoras y defensores y la creciente ola criminal en Juárez, su ciudad natal, decidió postergar su regreso. Fue hasta enero de este año que decidió solicitar asilo polí­tico a Washington.

Su temor se fundó en las constantes amenazas y hostigamiento que enfrentó por denunciar el feminicidio, los abusos del Ejército y por defender a las familias de las ví­ctimas de desaparición forzada. Pero no sólo eso, su condición de cercana colaboradora de Josefina Reyes, activista asesinada el 3 de enero de 2010, la puso en mayor riesgo.

Era inminente que su vida corrí­a peligro, por ello el 7 de enero del mismo año, la Comisión Nacional de Derechos Humanos solicitó al gobierno de Chihuahua protección para Cipriana, pero no se le otorgaron medidas de seguridad eficientes. Es así­ que hoy se encuentra fuera del paí­s.

Cipriana aún no conoce todas las obligaciones y beneficios que le da el asilo polí­tico; mientras su situación legal se regulariza ella tendrá la libertad de transitar por EU y tener un trabajo con seguridad social. Si bien ahora cuenta con estos derechos, entre sus planes no está dejar su labor social, por el contrario, dijo, hará una gira por aquel paí­s para hablar de la situación en México.

Cipriana, quien apoyó la Caravana del Consuelo y dio una conferencia de prensa en El Paso, Texas, afirmó que debe persistir la exigencia del fin de la impunidad y de la violencia criminal e institucional ejercida por el Estado, a través de la Policí­a Federal (PF)  y el Ejército.

Por ahora, Cipriana se concentra en aprender el nuevo idioma y prever cómo se integrará a su nueva vida. “Sigue la lucha, no va a terminar, aunque esté en otro paí­s”, advirtió. Para esta activista que en abril de 2008 fue detenida por la PF por participar en una manifestación, su compromiso con la comunidad juarense y con el paí­s es más grande.

Otra activista refugiada en EU es la fundadora de la organización Nuestras Hijas de Regreso a Casa –pionera en documentar y denunciar el feminicidio en Juárez–, Marisela Ortiz, quien aseguró que esperaba condiciones para regresar a México, pero hasta el momento permanece en el exilio.

Ella se vio obligada a protegerse en el paí­s vecino tras las amenazas de muerte que recibió el pasado 10 de marzo. Ese dí­a apareció un manta con frases intimidatorias en la escuela secundaria donde Ortiz daba clases. La activista no dudó en tomar medidas urgentes ante el riesgo para ella y su familia.

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