Zacatecas, Zac.- Las recientes lluvias le inyectan al campo una buena dosis de paz y esperanzas, coincidieron en ello el Secretario de Desarrollo Agropecuario, Enrique Flores Mendoza y el Presidente de la Unión Ganadera Regional de Zacatecas,  Cuauhtémoc Rayas Escobedo.

Flores Mendoza afirmó que estas lluvias sirven para el desarrollo de 20 mil hectáreas de forraje ya cultivadas; coadyuvan al buen progreso de los cultivos perennes como la vid, durazno y manzanos; además, esta humedad contribuye en buen grado a la disminución de los incendios forestales.

En este inicio de semana, se tendrá un informe preciso del alcance de estas precipitaciones, fundamentales para poner en movimiento los proyectos, planes y programas que el Jefe del Ejecutivo ha autorizado, para sembrar granos y forrajes que coadyuven a incrementar en los próximos meses una mayor cantidad de alimentos para el diezmado hato ganadero.

Flores Mendoza subrayó que, al concluir la entrega de los apoyos a los afectados por la sequí­a, surgen nuevas esperanzas para que los programas ya implementados, que habrán de ponerse en marcha a la brevedad posible, permitan el aprovechamiento pleno de la humedad y se obtengan resultados satisfactorios para quienes viven directamente de las actividades del sector agropecuario.

El dirigente de los ganaderos manifestó que el respaldo gubernamental será debidamente aprovechado, porque con los 15 millones recientemente autorizados por el Jefe del Ejecutivo Estatal, Miguel Alonso Reyes, y la presencia de las lluvias, los proyectos del nuevo consejo directivo de la Unión Ganadera se fortalecen.

Flores Mendoza puntualizó que, debido a que las lluvias no han sido torrenciales pero sí­ permanentes, los niveles de humedad son mas representativos y agregó que en los primeros dí­as de la semana se tendrá un reporte claro y fehaciente de los milí­metros de agua registrados y la situación que guardan los  casi mil bordos construidos en regiones y zonas que fueron requeridos en su momento.

Finalmente, el funcionario señaló que en los 5 millones de hectáreas de agostaderos, pese a no estar en primavera, estas lluvias impulsan el rebrote de pastos y arbustivas y permiten la infiltración del agua a los mantos acuí­feros subterráneos.