EL PAN, MíS QUE VIVO

Análisis Polí­tico

Por: Gabriel Contreras Velázquez

Después de que los lí­deres opinión auguraran la muerte electoral del PAN en los comicios del 2012, una buena parte de estos también traslado los escenarios hacia su vida partidista.

Pocos se sorprendieron de haber visto a Josefina Vázquez Mota creando una asociación polí­tico ciudadana que vigilarí­a al gobierno entrante, y más aun que se reuniera el 3 de Julio en Los Pinos con el presidente Calderón, el diputado César Nava; el gobernador de Sonora, Guillermo Padrés; el secretario de Gobernación,  Alejandro Poiré; y el senador Alberto Cárdenas.

Se especuló acerca de una posible “operación cicatriz” para restablecer los ánimos albiazules después de la cruda moral electoral, y de las estrategias para reposicionar al panismo en ví­as de fragmentación por el reparto de culpas ante la apabullante derrota.

Por fuera todo parecí­a indicar que nos encontrábamos frente a una oposición conservadora lista para subsanar viejas rendijas, mismas que apuntalaron una candidatura endeble y que, tras varios golpes de timón, en su última etapa encontró verdadera fuerza e identidad.

A la par, el repudio generalizado por las alabancias del ex presidente Fox al virtual candidato ganador priista, nos enseñó un barco panista disperso y a la deriva. Sin embargo, en polí­tica las percepciones apenas son una parte menguada de la realidad.

El 9 de Julio pasado, el presidente Calderón nos enseñarí­a la naturaleza con la que el panismo se ha estado moviendo en todo este tiempo, al margen de sus diferencias.

En el noticiero radiofónico matutino de Enfoque, con el periodista y analista polí­tico Leonardo Curzio, los micrófonos se abrieron para mostrar la polí­tica pragmática que tanto  ha funcionado al presidente (misma de la que él es un ejemplar) en un sexenio de por sí­ complicado ante dos temas transversales de la agenda pública: desempleo e inseguridad.

Cabe decir que la labor del destacado periodista, en éste último sexenio, se ha mantenido cerca del trabajo del área de Comunicación Social de Presidencia de la República. No es extraño que hayan elegido su noticiero en radio para ser el anfitrión del presidente.

Serí­an alrededor de las 10 de la mañana de ese 9 de Julio, cuando Calderón soltó al paí­s entero: “voy a evitar la palabra, para ser muy respetuoso, pero esta compra-venta de voluntades polí­ticas, así­ sea una o 10 o 100 o mil, pues es simplemente inaceptable y hago votos porque la autoridad electoral rectifique de inmediato y la castigue si debe castigarla”.

A muchos tomó por sorpresa que Calderón, acérrimo y sempiterno contrincante de López Obrador desde aquél tenso 2006, trasladara su discurso a la arena con la que el tabasqueño ha estado intentando mantener la percepción de fraude que tanto reprodujo en las últimas semanas de la campaña electoral.

Los medios se habí­an quedado con la impresión de que quien replicarí­a ese mismo discurso serí­a el presidente del partido, Gustavo Madero. Bastarí­an apenas unas horas para que el tema fuera arrebatado por Calderón, convirtiéndolo en la verdadera señal del poder que ha encumbrado al panismo en nuestra historia polí­tica contemporánea.

El presidente, con la inteligencia polí­tica que le distingue, también mencionó que la demanda de AMLO para exigir claridad por los gastos y topes de campaña priista, y los casos de Monex y Soriana “es un tema que no digo que va a ser suficiente, no lo sé, para descalificar una elección con esas diferencias, pero que debe ser resuelto, por supuesto. Oye, no podemos quedarnos así­ nada más, ´qué tanto es tantito´ en eso”.

Sus palabras resonaron en toda la clase polí­tica. Las primeras impresiones, como suelen serlo por su naturaleza, se enfocaron en la ví­scera más que en la disección objetiva y crí­tica de los movimientos del tablero.

Se habló de que la postura del presidente era una abierta contradicción a sus propias palabras el dí­a de la elección, cuando en un mensaje a los medios dio visto bueno a la tranquilidad con la que el proceso electoral se habí­a realizado. Contradicción no hay. Una cosa es realizar un proceso electoral, y otra muy distinta advertir que las campañas hacia el proceso se realizaron en condiciones de inequidad. Discurso que también ensayo dí­as antes al 1° de Julio, para lograr que Josefina colectara algunos puntos más.

Se mencionó que la figura de un presidente cuestionando la autoridad electoral, era prueba suficiente para señalar y abrir la yaga del “fraude” (según el mundo al revés de López Obrador). Nada más desatinado para leer la coyuntura electoral inmediata.

Fuera de los discursos, lo que vemos es la apuesta pragmática, y de propio cálculo polí­tico. Calderón Levanta cortinas de humo para reordenar a su partido, mientras lo fortalece como oposición. Además entregará la banda presidencial a un Peña Nieto que fue producto de una contienda electoral controvertida. Inteligente.

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