MAYORíAS REALES Y REFORMAS ARTIFICIALES

Análisis Polí­tico

Por: Gabriel Contreras Velázquez

Zacatecas, Zac.-Comenzaron a dar frutos las negociaciones para garantizar una “transición tersa”, como la definirí­a el ejecutivo federal, y por fin entregar el poder polí­tico a ese partido (PRI) del que fuera crí­tico acérrimo el mismo presidente Calderón.

Uno de los rendimientos más importantes para el capital polí­tico del PAN de aquellas negociaciones, es la promulgación de la reforma polí­tica por parte del presidente Calderón el pasado miércoles 8 de agosto. En esta reforma de ley se reconocen: las candidaturas independientes, la consulta popular, la iniciativa ciudadana, la iniciativa preferente y algunos procedimientos que terminen con el vací­o legal existente en caso de una “falta absoluta” del titular del Ejecutivo federal.

Las recientes crí­ticas del mandatario para reprobar la campaña electoral de Josefina Vázquez Mota son parte de la estrategia que ha desplegado para no perder el control que ganó dentro de su partido en los últimos seis años en los que, naturalmente, dentro de un sistema polí­tico presidencial él fuera la figura predominante en el gobierno público y partidista.

Con esa misma premisa fue que Pedro Joaquí­n Coldwell ahora definiera a Enrique Peña Nieto como lí­der indiscutible de gobierno y de partido, en aquella reunión hermética en que los nuevos legisladores priistas habrí­an de elegir a los coordinadores de bancadas en el Congreso de la Unión: Manlio Fabio Beltrones en la cámara baja, y Emilio Gamboa Patrón para el Senado.

En conferencia de prensa ambos polí­ticos manifestaron su postura con respecto a la nueva composición del legislativo a nivel nacional, sin dejar a un lado el trámite del juramento de lealtad al nuevo gobierno encabezado por Peña Nieto. Inmediatamente después, el nuevo legislativo se rompió en dos. Gamboa Patrón se distanció del nuevo ejecutivo prometiendo una relación de respeto a la división de poderes.

Manlio Fabio Beltrones, de acuerdo a su experiencia en el ambiente polí­tico aprovechó la ocasión para afirmar que “la realidad en la integración del Congreso federal es que no hay grupos dominantes, y en esa lógica el PRI consiguió, mediante el voto de la población, la mayorí­a, que no representa imposición alguna, sino la posibilidad de alcanzar acuerdos con el resto de las fuerzas polí­ticas.”

Sus palabras dejan en claro el pensamiento de este ingeniero de los consensos y disensos polí­ticos en la clase polí­tica mexicana. Es prudente al mantenerse en una lí­nea de posibilidades reales y concretas, antes que aventurarse a pensar en una agenda de promesas que aunque bien intencionadas, no encuentren condiciones suficientes para su realización.

Beltrones mantiene en su territorio la agenda de reformas –aquella que tanto se discutió en la llamada “transición” polí­tica con Vicente Fox-, la conoce bien, la ha trabajado de cerca con diversos sectores, y son su proyecto y razón de ser como polí­tico. Fue precisamente con esa visión que pudo renunciar a competir frente a Peña Nieto por la candidatura presidencial, y comenzó a arar el territorio para su siguiente frente: concretar las reformas en instituciones.

Para conocer mejor la nitidez con que Beltrones reconoce el territorio en el que se encuentra, las declaraciones de aquella conferencia de prensa nos dan un indicador claro de su observación. Sabe de antemano que la reforma polí­tica de 1996 (en la que también participó mientras buscaba el gobierno de Sonora) no permite una sola mayorí­a partidista, sino que es necesaria la construcción de una “mayorí­a real” con los demás partidos.

Inmediatamente -aquí­ también se pensó- los analistas aseguraron que el PRI conseguirí­a esa mayorí­a con sus satélites (PVEM y PANAL), sin embargo, al tomar en cuenta que entre Elba Esther Gordillo y Manlio Fabio existe un permanente disenso desde su ruptura polí­tica en el sexenio de Fox, aquella idea de la “mayorí­a real” ya no es tan fácil imaginarla tomando en cuenta la correlación de fuerzas en la cámara de diputados donde nuevamente se encontrarán de frente estos dos personajes.

Lo que sí­ se pudo vislumbrar en este espacio es el papel protagónico que jugarán los partidos de oposición PAN y PRD. El PAN no ha tardado en restablecerse. Se encuentra en plena confrontación, ya que la estructura del partido contraria a Calderón logró detener la hegemoní­a presidencial interna (el presidente estatal Samuel Solí­s de Lara es uno de los delegados que apoya a Madero). La idea de darle una nueva cara al PAN pasa por revisar el padrón electoral inflado por el programa de SEDSOL “Oportunidades”, así­ como generar una nueva plataforma para la designación de candidatos a puestos públicos, evidentemente pensando  en 2013.

Mientras, la izquierda mantiene su oposición de facto al llevar a sus últimas consecuencias la campaña mediática en contra del PRI, y la elección “fraudulenta” de julio pasado… Por último, no olvidemos que el interlocutor reconocido del mandatario panista para la negociación de reformas en este sexenio fue Beltrones, con quien ahora el PAN habrá de buscar esa “mayorí­a real”.

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