INDEPENDIENTES, Y SIN PROPUESTA

Agenda Política

Gabriel Contreras Velázquez

Zacatecas, Zac.- Comenzaron los primeros movimientos en el tablero electoral, para empujar la nueva figura de las Candidaturas Independientes en Zacatecas. La semana pasada el ex rector de la Universidad Autónoma de Zacatecas, Rogelio Cárdenas Hernández, a su vez ex secretario de Educación en el sexenio de Amalia García, y hermano del ex senador y ex secretario de Gobierno también con García Medina, Raymundo Cárdenas Hernández; dio a conocer públicamente sus intenciones de contender por la alcaldía de la capital zacatecana.

Una imagen nada fresca, con un discurso nada nuevo, y un grupo de trabajo ubicado con el perredismo del sexenio pasado, es ya una de las primeras cartas fuertes (debido al respaldo que le puedan ofrecer las estructuras universitarias y algunos medios de comunicación) que se celebran como una “alternativa ciudadana” a las propuestas de los partidos políticos. La imagen es contundente y retrata la realidad en la que se encuentran las Candidaturas Independientes no sólo en nuestro Estado, sino en el país.

El espacio de las Candidaturas Independientes se inserta en un contexto donde las condiciones políticas obedecen a los acuerdos internos que los partidos políticos han forjado alrededor de los poderes ejecutivo, legislativo y judicial en sus distintos niveles (municipal, estatal y federal). El Sistema Político mexicano funciona principalmente alrededor del cuasi monopolio partidista, el cual concentra las decisiones del espacio público.

Las Candidaturas Independientes, por lo tanto, en un contexto presente, son -a la vez que una posible oxigenación para la participación ciudadana, como se ha querido retratar- un espacio más donde los partidos políticos, y sus divisiones internas, buscan competir electoralmente de manera indirecta. Fue desde ese imaginario que el legislador pensó la reforma política del 5 de Octubre de 2012, donde los partidos políticos abrieron, de forma escueta, la brecha a la participación ciudadana.

La Candidatura de Rogelio Cárdenas se pretende construir no a partir de estructuras sociales sanas (alejadas de aquello que buscan combatir), sino de organismos políticos que han perdido relevancia presente, y buscan, en términos políticos, la coyuntura adecuada para salir a la luz pública, nuevamente (entre ellos el STUAZ).

A la par, el movimiento ciudadano ¡Derechos Políticos Ya!, quienes fungieron como el embrión de la candidatura de Rogelio Cárdenas, se nutrió de sectores politizados, como el #YoSoy132 en Zacatecas, quienes de paso devaluaron la oportunidad brindada por la autoridad electoral de ser escuchados. Aquella reunión que sostuvieran con los consejeros electorales del IEEZ sirvió para mostrar qué tan alejadas de la realidad política concreta, se encuentran las propuestas de los jóvenes de este movimiento, que demandaron al Instituto contar en su organigrama con una Dirección de Capacitación Ciudadana, la cual ya existe. Ni siquiera se dieron a la tarea de investigar aquello que criticaron, y la asesoría que podría haber venido del movimiento al que están afiliados, no llegó en momento oportuno.

Otro de los sujetos inmiscuidos en esta candidatura independiente, Juan Francisco Valerio Quintero, no ha superado el discurso de que tanto la ley como la autoridad electoral, dejaron a estos espacios de participación no vinculados con partidos políticos, en condiciones de precariedad. El ciudadano citado ya ganó un recurso de impugnación en el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, e insiste en una estrategia de comunicación que lo hace ver como anquilosado a las condiciones políticas, más que un político que construye consensos a partir de los elementos que tiene a la mano. Se le ha olvidado que él también está en campaña, y su imagen puede deteriorar a la del candidato que apoya.

Fuera de las contradicciones políticas y simbólicas que una candidatura como la de Rogelio Cárdenas pudiera suscitar, lo que no se puede dejar a un lado en el análisis político, son las condiciones reales en las que se encuentran las Candidaturas Independientes, por primera vez utilizadas en el país.

El hecho de contar con Candidatos Independientes no abona a un régimen democrático, cuando esas mismas candidaturas no son alimentadas por una verdadera propuesta ciudadana (como el Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad del poeta Javier Sicilia), sino que terminan por construir candidaturas alrededor de viejas estructuras políticas que han perdido vigencia y relevancia en el escenario actual. En vez de que un movimiento ciudadano hubiera nacido desde la estructura universitaria, se utilizará nuevamente a la Universidad (y su sindicato, igualmente limitado a sus demandas laborales) para impulsar al candidato; nada novedoso, nada participativo e incluyente.

Tenemos frente a nosotros la otra cara de las candidaturas independientes, donde la participación democrática no viene de la sociedad misma, sino de sujetos políticos esperando un momento para reaparecer en la agenda pública. Y nuevamente, nadie ha volteado seriamente a la próxima coyuntura: la migración de aspirantes priístas descalificados, a las filas de los “independientes”.

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