CASTIGO Y PERDON MIGRATORIO

Por: JORGE GUSTAVO CASTAÑON CISNEROS

Ya en otra ocasión tuvimos oportunidad de abordar someramente, lo que el personal del  Consulado Americano de Monterrey,  informó en relación a los términos de un “perdón” migratorio.

Y en concordancia a lo expuesto en aquel artículo y al número de los que lo han hecho así como los resultados positivos, observamos que la forma en que se someten, le significan al ciudadano mexicano que lo requiere, un ahorro significativo en materia económica y le abre una posibilidad de acceder, en este caso a una visa de las denominadas de turista.

Y mencionaremos dos casos, con nombres modificados, para que aquellos que se familiaricen con ellos, puedan obtener un panorama a explorar para sus situaciones particulares.

Ramona Nuñez, 38 años. Separada. Trabaja actualmente en una Comercializadora de Productos Agrícolas. Ella vivió con su hermana, quien es ya Residente Legal Permanente en los Estados Unidos, durante casi ocho años (de 1998 hasta 2006 aproximadamente). Allá trabajó por ciertos periodos de tiempo y le pagaban en efectivo. No tuvo hijos en E.U. ni problemas de índole criminal. En cierta ocasión por muerte de su señor padre salió por tierra y regresó a México, aquí permaneció un año e inmediatamente solicitó una visa de turista (2007) la cual le fue negada al encontrar registro de su presencia ilegal por más de un año en la Unión Americana. Le notificaron sobre un castigo de 10 años para no poder tramitar documento migratorio alguno.

La Sra. Ramona, no intentó solicitar su visa sino hasta hace apenas dos meses (2013) para ver a su hermana quien había sido operada de cierta enfermedad. Presentó su expediente, intentó cumplimentar con lo que estipula la ley en relación a casos como los de ella y gracias a Dios (como bien menciona ella), el Oficial Consular revisó intensamente su caso y le permitió que sometiera un perdón. Así, la Sra. Ramona salió del Consulado Americano con su “papelito” que indicaba la recomendación que hizo el Oficial Consular para la revisión de su caso y posible exención. Ahora espera el proceso administrativo necesario.

En otro caso, el Sr. Antonio Bermudez de 59 años, agricultor, intentó cruzar en 1963 con un acta de nacimiento de un ciudadano americano argumentando ser él. Fue detenido por la autoridad migratoria y rechazado su ingreso. Intentó solicitar la visa en dos ocasiones, en 2001 y en 2007, en ambas, según comenta, sus documentos fueron rechazados hasta con cierta molestia por los Oficiales Consulares quienes le decían de su engaño y de la pena que privaba en su contra. Uno le dijo que solicitara visa al cumplir 99 años, el otro le dijo lapidariamente que de por vida era su castigo.

Pero los hijos llaman, y el tiene 3 en los Estados Unidos, todos sin documentos. Ahora intentó nuevamente por nacimiento de un nieto. A su esposa le dieron la visa, a él, lo sentaron hasta por dos horas en una fila especial. Fue cuestionado, mostró su evidencia, su argumento. Todo en apego a la ley, sin mentiras ni ocultamientos. El Oficial entonces, le informó para beneplácito del Sr., que el iniciaría a su favor el proceso de perdón, que él lo sometería con la recomendación necesaria y que esperara la respuesta del Fiscal General. Obviamente su emoción fue superlativa. Ahora esperar la resolución.

Y grato es además, que no requirieron pagar hasta 8000 pesos que algunos cobran por hacer cartas perdón. Que no pagaron por honorarios innecesarios o que hayan sido timados por terceros que nunca faltan y que se reproducen de manera hasta sorprendente. Bienvenidos los que trabajan esta área de migración con fiel vocación, que son justos en sus tarifas. Que son éticos en sus procederes. Bienvenida también la intención del Estado de prepararse para apoyar, orientar, gestionar o canalizar todos estos casos de manera gratuita.

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