“INCERTIDUMBRE”

Agenda Política

Por: Gabriel Contreras Velázquez

Zacatecas, Zac.-Los grupos opositores al partido en el gobierno a nivel estatal, han construido una campaña político electoral alrededor del discurso de la incertidumbre. No es una táctica nueva para los disidentes. Apenas en el proceso electoral federal del año pasado, la retórica radical del ex candidato de las izquierdas -Andrés Manuel López Obrador- definía a sus adversarios como parte de una “mafia” que buscaba “perpetuarse en el poder”.

Entre otros calificativos también utilizaba el adjetivo de “vendepatrias” para definir a todos aquellos que no tuvieran una opinión parecida a la del ex candidato. Sin perder de vista que, según sus especulaciones y elucubraciones personales, el ex presidente Carlos Salinas movía las piezas del tablero electoral nacional. Con tales suposiciones, proponía que dicho personaje fuera algo así como un demiurgo que buscara la esclavitud de los mexicanos por sobre los intereses extranjeros.

Dicha lógica, aunque absurda, se dirigía a un público específico: aquellos cansados de los 12 años de una supuesta alternancia, que culminaron con 60 mil muertes ligadas al conflicto entre el poder del Estado y la delincuencia organizada. Y los jóvenes que, en su mayoría, sin tener un conocimiento general sobre la historia de México, veían al PRI del siglo 20, como un “aparato represor” (herencia del imaginario social de sus padres), que regresaría para poner toda la fuerza en contra de los logros ciudadanos que se han conseguido en las últimas tres décadas.

La idea era motivar la ira y la intolerancia del ciudadano, ante el resurgimiento de un némesis que estuvo dormido durante algunos años. Fue incluso en el fin de la contienda electoral que, una vez que los jóvenes del movimiento #YoSoy132 enfocaron las baterías para desgastar la imagen del ahora presidente Peña Nieto, sus sectores más radicales jugaron con la idea de que “si hay imposición habrá revolución”.

Ni siquiera había comenzado el proceso electoral, cuando una parte de la sociedad ya anticipaba un ejercicio antidemocrático (en forma de “fraude”), del cual surgiría esa “mafia” para retornar a las instituciones y vender los intereses mexicanos a los capitales extranjeros.

Un discurso incendiario que tenía como único fin dispersar un cúmulo de prejuicios que en nada ayudaba a explicar la compleja realidad social, política y económica del país. Para la oposición, las instituciones estuvieron en una especie de lapsus durante 30 años, y todo apuntaba a un retorno insalvable a la “represión” y “mal gobierno”.

Pues bien, en ese periodo temporal las instituciones han adquirido múltiples y nuevas características, y el poder del Estado, por lo tanto, ha diversificado sus manifestaciones, sin poder mantener ya el monopolio que representó ampliamente entre la década de los 60 y los 80. La sociedad adquirió nuevas interacciones, y con ellas la organización y los patrones culturales fueron puestos a prueba.

Hoy en día, si bien las instituciones no son del todo un ejemplar democrático, sí se han mantenido en una especie de “perfeccionamiento” a base de reformas legales. Dichos cambios dependen del ritmo con que los diversos grupos de la clase política, así como la ciudadanía y la sociedad civil, encuentran tiempos favorables para incidir en la agenda pública, logrando que sus intereses se vean reflejados en nuevas propuestas jurídico políticas, de acuerdo a sus necesidades presentes.

En Zacatecas, el proceso electoral del próximo 7 de Julio ha adquirido tintes de “incertidumbre”, de acuerdo a los intereses de los partidos políticos, y ciudadanos independientes, opositores del gobierno actual. El patrón discursivo de la pasada elección federal se repite a nivel local. Si las autoridades electorales no favorecen las expectativas a los grupos políticos, tienden a descalificarlas y “mandarlas al diablo”, así como a pedir juicio político a sus representantes, con la finalidad única de sacar el beneficio posible de la coyuntura momentánea.

De lo contrario, si las instituciones cuidan su perspectiva de la ley, entonces ratifican y se congratulan por la imparcialidad de las autoridades, las cuales son todo un ejemplar democrático a seguir. En política el cinismo es una característica propia de los discursos y las acciones.

Declarar una elección de “incierta” no en base a los estándares legales, sino como estrategia de campaña, ha mostrado (en nuestro país, con el ejemplo de AMLO en 2006 y 2012) la efectividad con que la ciudadanía no informada tiende a dirigir su intención de voto en contra de quien se califique como “imparcial”, procediendo a convertirlo en enemigo público y motivo para nutrir sus justificaciones de por qué no votar por la oposición es causa del mal persistente.

Es así como veremos transcurrir el proceso electoral actual en Zacatecas. No se trata ya de campañas de desprestigio como en 2010, sino de ruptura total con la credibilidad y la autenticidad de las instituciones. En la era de la información, la manipulación retórica impera.

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