MARKETING Y PARTIDOS RETRÓGRADOS

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Agenda Política

Por: Gabriel Contreras Velázquez

Asumir que la “falta de alumbrado público” es causa de la violencia recrudecida que se vive en la capital, así como en los municipios de Zacatecas desde hace 5 o 6 años, además de ser una hipótesis simplista y minimizante en cuanto al análisis del fenómeno de inseguridad en nuestro Estado, es un argumento fuera de todo contexto presente.

Podría pensarse una década atrás, que tal vez la falta de alumbrado público era un elemento que incidía con un conjunto de factores, mismos que se correlacionaban para promover la inseguridad pública. Hoy en día tenemos un problema de mayor complejidad, coincidente con los conceptos de análisis de “seguridad nacional”.

Por una parte tenemos a grupos sociales que han vivido marginados a lo largo de los años, alejados de la agenda del Estado (educación, salud, seguridad, empleo, regulación y promoción económica). La ausencia de instituciones no permitieron que un estado de derecho se instalara de manera efectiva, ya que los vacíos de poder fueron llenados por otras formas de economía (un ejemplo fue la plantación de marihuana en la zona de los cañones desde los años de Cervantes Corona, sin otra regulación más que la corrupción, por la naturaleza ilegal de dicha cadena productiva) y de monopolio de la fuerza (en este rubro se encuentran los grupos de la delincuencia organizada).

El nuevo fenómeno de inseguridad, analizado de manera multifactorial, asume una cantidad de categorías novedosas e hipótesis que se acerquen a la realidad, más que a la simple explicación a partir de conceptos ya conocidos, pero que no son suficientes para entender la complejidad de lo que representa la violencia en Zacatecas.

En el caso del marketing político, el simplismo es lo que pretende proponer soluciones a problemas que ni siquiera son abordados de manera formal. Es ahí donde la efectividad de repetir el mensaje es lo que empuja la opinión del público, así como en cierta medida, el sentido de la votación.

La nueva variable de la publicidad en los procesos electorales, más que aportar, ha venido a estancar la cultura política y jurídica de los ciudadanos, ofertando un producto o servicio de mejor calidad que el de la competencia. Es así que los problemas públicos no son señalados de fondo, sino que son encubiertos por mensajes que estimulan la familiaridad o el rechazo a una imagen o eslogan.

Los partidos zacatecanos actualmente apuestan por ofertar conceptos como: batalla (el peor de todos a mi parecer), honestidad, cumplir, problema, solución, la mejor opción, soy tu gente, igual que todos, merecer más, ayuda en grande, rescatar, con todo, soy responsable, mejor independiente, cambiemos el camino… y todos los que usted guste anexar a la lista.

Si durante el siglo 20 mexicano el discurso institucional aventajaba a la realidad, en el presente sobra evidencia de que los procesos electorales funcionan en buena parte como negocio, y no como un ejercicio democrático de representación popular. No hay un candidato que debamos excluir de la ecuación. Todos siguen las reglas del juego de oferta-demanda política. Tal vez algunos hagan mérito de proponer campañas novedosas, sin embargo, la promoción publicitaria en forma de oferta sigue siendo fundamental para ganar la elección en algunas zonas del Estado.

Será interesante el resultado del ejercicio democrático de la participación de los candidatos independientes, fuera de la capital zacatecana. Algunos de ellos han mostrado el empuje y apoyo ciudadano que vienen arrastrando, y se han posicionado como una opción de mayor fiabilidad por la familiaridad y reputación ganada en su población.

Otros más han utilizado esta herramienta legal para desprender de los partidos políticos estructuras que han sido relegadas de la elección. Como tal no establecen nuevas condiciones de participación, sino que sólo aprovechan la oportunidad de dirigir sus esfuerzos electorales en un proyecto alterno, pero con la misma ciudadanía que anterior servía a un partido político. Con ello no pretendo juzgar su parcialidad o imparcialidad, sino sólo señalar cómo se han mostrado las candidaturas independientes hasta el momento.

Siguiendo la línea temática, en estos últimos días nos hemos enterado de que los candidatos independientes sí contarán con la posibilidad de proponer listas de aspirantes en la modalidad de representación proporcional. Curiosamente, la reacción de aquellos que meses atrás proponían defenderlos, ahora es para limitarlos en sus derechos políticos electorales. Los partidos políticos mostraron su inconformidad con respecto a la interpretación legal que realizara el Tribunal Electoral del Estado a favor de los independientes, y prefirieron interponer un recurso de impugnación ante el Tribunal Electoral Federal.

Esos mismos que formulan soluciones vía mensaje, en vez de construir la inclusión y los espacios que permitan un análisis formal de los problemas públicos de Zacatecas, reflejan la naturaleza monopólica con la que se maneja el negocio electoral en la actualidad.

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