FORMACIÓN Y DEMOCRACIA

Lic. Samuel Esparza Castillo*

La modalidad de evaluación prescriptiva de lo bueno y lo correcto, socialmente hablando la encontramos en el juicio moral, en donde el principio de justicia constituye una medida básica y central para su desarrollo. Así pues, la justicia es la preocupación primaria por la reciprocidad en las relaciones humanas. Un principio moral no es solo una regla de comportamiento, sino una razón de comportamiento.

El núcleo familiar, como célula de la sociedad refleja una parte del conjunto de las relaciones sociales, el rol de la escuela en los valores y la educación moral, deberá comenzar por el supuesto de que la educación debe tener lugar en el contexto social y político llamado democracia, debiendo contar con estructuras democráticas en la escuela y la familia, la primera formativa y la segunda educadora.

La función conservadora de la educación, se realiza a través del proceso de enseñanza-aprendizaje por medio de la transmisión de la adquisición cultural a cada individuo en particular; su función socializante, en la que el individuo, en la medida que se sujeta a la sociedad, se convierte en un sujeto social y se identifica con el grupo; represiva, debido a que se constituye como un instrumento de control, con el objeto de conservar y reproducir las limitaciones que el poder asigna a cada grupo social según su rol; y, transformadora en el sentido de crecimiento e integración a la sociedad.

La escuela representa la oportunidad para que las niñas, niños y jóvenes con diferentes antecedentes sociales y culturales, se reúnan de manera sostenida, en donde la universalización de la educación en sus niveles básicos representa una condición democratizadora que pretende difundir un conjunto de saberes y herramientas que permiten comprender y actuar con un sustento racional en la realidad en que vivimos. La educación no será democrática si los ciudadanos no influyen colectivamente en los propósitos de la enseñanza y tampoco lo es si se controla el contenido de lo que se enseña, ya que reprime objeciones razonables a las perspectivas políticas dominantes.

La ciudadanía democrática y constitucional que se requiere se crea y desarrolla en tres campos interconectados que son el moral, el cognitivo y el legal, es decir, se requiere aprender a plantear discursivamente y a resolver problemas morales;

aprender a deliberar a suspender el juicio y acordar, con base en la mejor razón; aprender a convivir con otros en el medio y con el recurso abstracto del derecho.

Cuando se pretende generar un cambio en la formación, regularmente le apostamos a que las niñas, niños y jóvenes, sean ciudadanos activos, críticos, participativos, honestos, autónomos, sabedores de sus derechos y que todos sus actos se guíen por la legalidad, más sin embargo la formación no se da a través de discursos, sino que tiene que implementarse con acciones y sobre todo ser congruentes entre lo que se dice y lo que se hace. Tarea complicada???

Vocal de Capacitación Electoral y

Educación Cívica del IFE en Zacatecas.

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