EXPERTO EN NARRATIVA FOTOGRÁFICA VISITA LA UAZ

   Maestro Nathanial Gardner

Con el propósito de hablar sobre la narrativa fotográfica, el maestro Nathanial Gardner de la Universidad de Glasgow en Escocia, acudió al segundo ciclo de conferencias sobre Hermenéutica y Literatura, evento organizado por la Unidad Académica de Letras.

   En entrevista el ponente comentó que los estudiantes deben de tomar en cuenta algunos aspectos cuando están estudiando fotografías e imágenes para un ensayo fotográfico el cual formará parte de algún libro o bien de algunas ilustraciones que se encuentran ya incluidas.

   Comentó que hay autores que incluyen fotografías en sus libros con cierto propósito como es el caso de “Juchitán de las mujeres” de Elena Poniatowska y Graciela Iturbide, que incluyen un ensayo fotográfico y un ensayo escrito, “los dos textos son claves para ver qué es lo que dice cada narrativa”.

   En el caso del libro citado, Graciela Iturbide quiere dar una idea de cómo es Juchitán, cómo es la vida en el lugar y las personas. Este lugar que para el doctor Gardner es exótico y diferente, es muy reconocido entre diferentes artistas tanto de México como del extranjero.

   Señaló el docente de la Universidad de Glasgow que hay una relación entre el autor y el fotógrafo para trabajar en conjunto. En ocasiones destacó, el autor elabora un texto y encarga al fotógrafo un ensayo o una serie de imágenes para ilustrar o crear su propia idea de la fotografía.

   Resaltó que hay veces que el autor y el fotógrafo no trabajan juntos, un ejemplo de ello es la edición de la cátedra “Cien años de soledad” de Gabriel García Márquez, la cual contenía imágenes.

   Para indagar sobre quien incluyó las fotografías –dijo- se contacto con el editor para saber el motivo de incluirlas en el libro. A este respecto el editor le dijo que él no las había incluido y que era una aberración desde su punto de vista, ya que no hacen falta porque las imágenes de García Márquez son autosuficientes.

   Fueron los editores españoles los que impusieron estas fotos de Colombia que muestran un lado muy progresista del país, pero que ni Gabriel García Márquez pidió, ni el editor puso, comentó.

   Preciso que hay autores que quieren que los personajes y los escenarios existan en la imaginación del lector, lo cual calificó de valido. Sin embargo, también consideró válido que se usen las imágenes en los libros ya que si no puedes visualizar algo la fotografía te ayuda.

   “Cuando se hace una selección de imágenes si lo que se quiere es ilustrar lo que está ocurriendo en la novela,  hay que seleccionar con cuidado y se recomienda que el autor escoja las imágenes”.

   Asimismo, señaló el recientemente nombrado hispanista por la Universidad de California, cuando un fotógrafo trabaja con un autor y crean dos textos, se pude ver como difieren las dos narrativas o bien que puntos de contacto comparten.

   Sobre cómo fue que se interesó en la narrativa fotográfica -comentó- al celebrarse los 40 años de la masacre de Tlatelolco que fue invitado a Francia para hablar de ello, lo cual le resultó un poco difícil por ser extranjero.

   Por ese tiempo –explica- se encontraba leyendo sobre historia fotográfica que había publicado un profesor de la Universidad Autónoma de Puebla, por lo que consideró que podía hablar de la fotografía de Tlatelolco para lo que creo una ponencia que agrado bastante para más tarde ser publicada.

   Añadió que ha estudiado mucho la narrativa de Elena Poniatowska, quien ha trabajado estrechamente con muchos fotógrafos, lo que la hace más interesante para su estudio.

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