LA SOBERBIA COMO POLÍTICA CULTURAL

Por: Héctor A. Alvarado Gómez

Al maestro José María Pino Méndez con afecto y agradecimiento.

Gustavo Salinas Iñiguez, director del Instituto Zacatecano de Cultura, parece decidió a generarle más problemas al gobernador de los que ya tiene. No sólo ha hecho un mal papel al frente del organismo encargado de operar la política cultural de la administración estatal, organizando Festivales Culturales de bajo nivel, eliminando de un plumazo otros encuentros internacionales como el Hay Festival, cerrando museos y generando decepción en los ciudadanos que acuden como espectadores, que no dejan de extrañar los festivales realizados en el gobierno anterior, sino que también ahora se dedica a despedir trabajadores injustificadamente del IZC.

El caso al que me refiero es el despido de Vicente Rodríguez Cervantes como coordinador de la Red Estatal de Festivales, cargo que ocupaba desde el año 2002, y quien fue uno de los creadores del Festival de Teatro de Calle y del Festival de Jazz que se realizan en Zacatecas y se han convertido en referentes de la actividad cultural de nuestra entidad junto al Festival Cultural.

De acuerdo a lo que el afectado declaró en el noticiario enlace que conduce Francisco Esparza en Estéreo Plata, lo que causó la molestia de Salinas Iñiguez, fue que Vicente Rodríguez Cervantes acudió como jurado al Festival de Jazz de Montreal, esto fue notificado al propio director del Instituto Zacatecano de Cultura y se le solicitó el permiso correspondiente, a lo que Gustavo Salinas respondió que las faltas se le descontaría de su periodo vacacional, sin embargo, cuando Rodríguez Cervantes regresó a sus labores se encontró con una serie de actas administrativas que al final fueron utilizadas como pretexto para despedirlo del trabajo donde llevaba 11 años cumpliendo y dando buenos resultados.

Más allá de que el asunto se dirime en la Junta de Conciliación y Arbitraje, el caso es una muestra más de la soberbia con la que se conducen este tipo de funcionarios estatales, porque por encima de los resultados positivos, la eficacia, la experiencia y el conocimiento del personal que tienen a su cargo, ponen la soberbia, la arrogancia, la envidia y los intereses personales para afectar por capricho a quienes trabajan en el gobierno estatal abusando de su poder institucional.

El despido de Vicente Rodríguez ha causado una gran indignación en la comunidad cultural de Zacatecas y en sociedad en general, se le reconoce su trabajo como programador de los festivales que se realizan en nuestro estado y el esfuerzo que realizó por crear otros encuentros que poco a poco se habían convertido en un símbolo de la calidad cultural que podía apreciarse en nuestra entidad durante el pasado reciente.

A la denuncia pública que hizo el ahora ex coordinador de la Red de Festivales, Gustavo Salinas Iñiguez respondió que nadie es indispensable en el IZC, es en lo único que podría tener razón y el gobernador Miguel Alonso debería tomarle la palabra y valorar su permanencia al frente de una instituto tan importante, como es el instituto encargado de operar la política cultural del gobierno.

Como dijo Pancho esparza en la editorial de su noticiero enlace: “Los cambios en el gabinete no sólo son necesarios, sino urgentes»

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