Don Julián Llaguno González, nació en la Hacienda de San Mateo Valparaíso, Zac., el año de 1882, fundó su ganadería de reses bravas en 1932, en el rancho El Sauz en Saín Alto, Zac., le dio el nombre de Torrecilla, con vacas y sementales de San Mateo, agregando posteriormente varios sementales de la misma procedencia. Ese año se presentó en “El Toreo de la Condesa”, el 20 de noviembre, con seis toros para Fermín Espinosa “Armillita”, Alberto Balderas y Luis Gómez “El Estudiante”. A partir de esta fecha vendrían tardes de gloria para nuestra fiesta. Muchos son los toros de esta casa que han pasado a la historia y que han sido inmortalizados. Las grandes figuras del toreo de todas las latitudes del mundo han triunfado en grande y alcanzando la cumbre gracias a este hierro. Fermín Espinosa “Armillita”, Lorenzo Garza, Luis Castro “El Soldado”, Silverio Pérez, Jesús Solórzano, Alberto Balderas, Carlos Arruza, Fermín Rivera, Rafael Rodríguez, Antonio Velázquez, Manolo Martínez, Eloy Cavazos, Curro Rivera, Mariano Ramos, los españoles Manuel Rodríguez “Manolete”, Antonio Bienvenida, Joaquín Rodríguez “Cagancho”, entre otros muchos maestros que dieron grandes tardes ligados a los célebres toros “Señorito”, “Chavalillo”, “Porrista”, “Escultor”, “Florista”, “Canta Claro”, “Peregrino”, “Gitano”, “Barba Azul”, “Cubanito”, “Churumbelo”, “Clavelito”, “Clavellino”, “Clavelito III”, “Sonajero”, “Payaso” ( este indultado), “Sireno” y “Jococón”.
Don Julián falleció el 4 de abril de 1956 a la edad de 74 años y legó la ganadería a sus hijos en tres partes, José Julián, Ana María y de las cuales la fracción que conservó el nombre y el hierro quedó en manos de José Antonio, quien continuó con lo que el padre le había enseñado para sostener en alto el nivel la ganadería. Al fallecer José Antonio, el 23 de septiembre de 1990, quedó en manos de sus herederos: José Antonio, María del Carmen y María del Rosario Llaguno Sesma, quienes en 2006 la vendieron a Don Luis Bonilla Lizalde actual propietario.
En la Monumental Plaza México, a pesar de su ausencia en años recientes, es la ganadería que más toros ha lidiado y a la que más orejas y rabos se le han cortado, durante los hasta ahora 67 años de vida del coso.