El “entourage” gubernamental

Agenda Política

Gabriel Contreras Velázquez

Tardó tres años, y por razones particulares (que apuntan en dirección política), el gobernador Alonso Reyes ya no es aquel que privilegiaba los eventos en la comodidad de la capital. Tampoco es aquél que se le veía cotidianamente trasladándose de un lugar a otro en helicóptero, resultado, supuestamente, de la eficiencia con que se manejan los gastos corrientes de la administración pública.

Posterior a las elecciones intermedias de julio de 2013, a Miguel Alonso se le encuentra nuevamente con vestimenta informal, recorriendo los municipios del estado, en contacto con la gente, y tratando de dibujar nuevamente el carisma que lo empujó a la gubernatura, en la campaña del 2010.

Una premisa no alejada del nuevo modus operandi del mandatario, es que las instrucciones del centro han ido en el sentido de no descuidar las estructuras territoriales, cimentadas en los programas sociales -especialmente el de Superación de la Marginación- y políticas gubernamentales, las cuales no alcanzan más que a maquillar las cifras de las condiciones de vida de la población marginada.

Al respecto, probablemente la información que diera a conocer el diario 24 Horas, de la Ciudad de México, el pasado 24 de Febrero, podría servir como ángulo desde dónde realizar una lectura distinta del papel de la delegada nacional priista, Alejandra del Moral, en el estado. La editorial suscribe lo siguiente:

“En Zacatecas, el trabajo del gobernador priista Miguel Alonso ha quedado por debajo de las expectativas. Por ello, una suerte de comisionada emprendió La Marcha a Zacatecas desde el centro del país. La diputada federal y amiga del presidente Enrique Peña, Alejandra del Moral Vela, tiene la misión de recomponer las cosas. Por lo pronto, en la convocatoria para renovar la dirigencia del Movimiento Territorial en el estado, impulsó que se exija una militancia de cinco años como mínimo en el partido y con ello, el gobernador no podrá meter a sus incondicionales.”

Sin embargo, la correlación de fuerzas en el presente no se antoja sencilla para la tarea antes mencionada en aquél diario. La prueba irrefutable se encuentra en la pasada visita del mandatario local al municipio de Rio Grande, donde, en compañía del senador Alejandro Tello; la diputada federal, Judith Guerrero; el presidente municipal capitalino, Carlos Peña; el delegado de Sedesol, Jorge Luis Rincón Gómez; y el secretario de Desarrollo Social, José Ma. González Nava.

Nada más y nada menos que el círculo político electoral más cercano de Alonso Reyes, el cual mantiene la encomienda de causar un enroque al interior del Revolucionario Institucional zacatecano. En los próximos meses, cuando Juan Carlos Lozano concluya la tarea de encabezar el PRI estatal, de la mano de Laura Herrera, el alonsismo buscará posicionar en la vacante al que hoy

funge como primer supervisor y encargado de traducir el presupuesto estatal en programas de corte social. La información con la que cuenta “Chema” es fundamental, a la hora de trazar líneas tácticas en las próximas elecciones.

Si lo que propone 24 Horas es correcto, el reto más importante de la “delegada nacional” (figura sin un perfil específico en los estatutos de su partido) será la reconciliación – o sea, el tendido de una sólida red de consensos- de las corrientes al interior del tricolor local. Que el PRI se distinga por ser un partido de disciplinas voluntarias, o involuntariamente impuestas, no significa que exista una garantía de apoyo incondicional. Y es precisamente en ese vacío, donde encaja la diputada federal, Alejandra Vela.

Por ahora, la delegada ha buscado la prudencia ante la exposición pública. No busca ni necesita las fotos con el gobernador (a diferencia de su antecesor, Jorge Romero), no interfiere en la agenda de éste, su tarea ha privilegiado única y exclusivamente al partido, y en palabras ha dado su apoyo a Miguel Alonso, esto como resultado de la cercanía que mantiene el mandatario con el presidente Peña Nieto. En sus declaraciones da a entender que si al gobernador le va a bien, los resultados beneficiarán directamente al ejecutivo nacional, y viceversa.

La delegada sabe que los puentes que debe de tender en la política interna de su partido, en lo local, no pueden ser sostenidos con alfileres. Especialmente cuando el monopolio de la repartición de espacios públicos de toma de decisiones, se mantiene en manos del gobernador.

Hasta ahora, el perfil que presenta la diputada Alejandra del Moral Vela es sólido. Veremos qué abanico de posibilidades extiende en la tarea titánica de sellar las grietas entre un priismo calificado “arcaico” por la prensa oficial (subsidiada por su mismo partido, pero a nivel gubernamental), y un alonsismo excluyente, el cual deja saber abiertamente que la campaña política territorial para afianzar el voto duro, inició unos meses atrás. Por cierto ¿por qué Benjamín Medrano es relegado del “entourage” del mandatario Alonso Reyes?

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