Inaugura UAZ exposición sobre migrantes zacatecanos

“Por la necesidad que tenemos de recordar y de no olvidar a los que han dejado un legado a lo largo del camino, y que son punta de lanza en el avance de este país, recordemos que tenemos una deuda permanente con nuestros braceros”; fueron las palabras de inauguración de Alfonso Vázquez Sosa, Coordinador del Área de Arte y Cultura de la UAZ, en la exposición “Brazos al servicio de dos naciones”, de Juan Miguel Sarricolea Torres, estudiante del Colegio de Michoacán (COLMICH).

Aplaudió además la forma de presentar el trabajo y el esfuerzo de Sarricolea, por realizar un trabajo acerca de un grupo de trabajadores zacatecanos que dejaron a sus familias para poder obtener una vida más digna, a costa de variadas vejaciones; y que es necesario que a través de estas importantes investigaciones no sean olvidados.

La muestra se presenta en el Foyer del Teatro Fernando Calderón y se compone de 17 fotografías, testimonios y documentos de los migrantes a los que Sarricolea dedica su trabajo de investigación, con el fin de obtener el grado de Doctor en Antropología Social, y que para desarrollar su tesis, realiza una estancia en la Coordinación de Estudios de Género de la UAZ.

En el corte del listón estuvieron además de Vázquez Sosa -como Representante del Rector Armando Silva- Eva García Valle, Coordinadora de Estudios de Género de la UAZ y Miguel Sarricolea, autor de la muestra.

Éste último señaló que la muestra “Brazos al servicio de dos naciones”, es una narrativa visual que retrata las diversas trayectorias migratorias que experimentaron los braceros en 1942; documenta a la gente del municipio de Jerez, Zacatecas, que es una de las principales “zonas históricas y geográficas exportadores de migrantes del país” y que es donde inicia con el periplo de los braceros, que fueron contratados para trabajar en las vías férreas y en la pisca, en los campos del país vecino, y que previo a ello pasaron por la contratación en el Distrito Federal, que era donde se encontraba uno de los centros de contratación; hasta su arribo a los Estados Unidos.

Destacó además que las fotografías dan cuenta de cómo desde la selección, pasaron por maltratos y violaciones a sus Derechos Humanos, ya que eran contratados sólo aquellos que “tenían un tipo particular de cuerpo, que no tuvieran enfermedades y que estuvieran físicamente aptos para la política de explotación a la que iban a ser sometidos”.

Abundó que entre los requisitos se encontraban: “que fueran hombres de familia, es decir, cabezas de familia, campesinos que demostraran con sus cuerpos que se dedicaban al campo”. Dijo además que la selectividad propició de manera alterna a la migración legal -que eran los braceros con papeles- a la otra, la que no se contrató, pero que de igual manera entró a laborar a Estados Unidos, pero de manera ilegal.

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