En México hay ciudadanos de primera y de segunda: David Monreal

México, D.F.-Ante el hecho de que México es un país en el cual hay ciudadanos de primera y ciudadanos de segunda, David Monreal Ávila exhortó a la Comisión Nacional de Derechos Humanos, para que impartan a los servidores públicos de las dependencias encargadas de la seguridad nacional un curso permanente exhaustivo y preciso sobre educación, divulgación, respeto y defensa de los derechos humanos.

La migración es un tema muy polémico en las sociedades modernas, lleno de tabús, injusticias y prejuicios, de tal manera que se ve como un foco rojo a eliminar, cuando debería de protegerse en aras de garantizar el derecho a migrar”, señaló.

Es claro, que en el mundo y particularmente en América Latina (en especial México) las circunstancias políticas, económicas y sociales no permiten ese pleno desarrollo, de tal manera que los individuos buscan trasladarse a lugares con mejores condiciones económicas.

Sin embargo, dijo Monreal Ávila, es común que en varios países se niegue la posibilidad alguna de traslado, pues sus fronteras son tan rígidas, donde aquellos que no son ciudadanos o no tienen un permiso expedido por tal gobierno, son tratados como “no personas”, deportándolos a su ciudad de origen.

Por ello cuestionó, ¿Es que acaso los derechos fundamentales sólo deben otorgarse a los ciudadanos, dentro de los límites territoriales del Estado? La respuesta es negativa, pues los derechos son de la persona, indistintamente de su origen, de tal manera que no se pueden subscribir a una categoría de persona.

Afirmó que es inhumano y contrario a toda noción, que se violen los derechos de los extranjeros en aras de no ser ciudadanos de los estados. Esto es lo que día con día viven millones de ciudadanos mexicanos que residen en el país vecino del norte quienes viven en condiciones de discriminación continua, por no tener ese documento que certifica que son ciudadanos. Un simple papel es el que viene a decir quiénes son dignos y quiénes no.

El actual gobierno ha manejado una doble moral respecto de este tema, pues constantemente está llamando al gobierno de país del norte a respetar y tratar de una mejor manera a los mexicanos residentes en el extranjero, así como un discurso político de apoyo moral “bienvenido migrante”.

Sin embargo la realidad es completamente otra, al interior del país, las autoridades mexicanas violan constantemente los derechos de los migrantes, tanto nacionales como extranjeros, y a estos últimos se les da un trato inhumano, peor que el trato hacia nuestros nacionales en Estados Unidos de América del cual el gobierno se queja.

México es un país en el cual hay ciudadanos de primera y ciudadanos de segunda, a los primeros se les reconocen algunos derechos, pues aun así no todos, y a los segundos se les trata como no personas.

El gobierno mexicano está atentando contra el artículo 4° constitucional el cual en su párrafo noveno, consagra el principio del interés superior de la niñez, lo cual es lamentable y se deben tomar medidas serias y contundentes para evitar el maltrato, secuestro y extorsiones a este sector en su paso por el país, pues simplemente están haciendo uso de su derecho a migrar.

Y no sólo son los niños son afectados, también se atenta contra las mujeres, pues según Amnistía Internacional (AI), la violencia sexual contra las mujeres migrantes que transitan por México hacia Estados Unidos es una práctica común, tanto por traficantes como por policías, afectando a seis de cada diez mujeres, violencia sexual que se traduce en violaciones y hasta muertes, a tal grado que las mujeres antes de pasar por México se aplican un anticonceptivo, conocido como la “inyección anti-México”.

Es necesario que pongamos un alto al maltrato, discriminación y tortura hacia los migrantes, se están desatendiendo las obligaciones de respetar los derechos humanos contenidas en la constitución.

Por ello es que en esta ocasión hago un exhorto para que se sumen esfuerzos y se cree conciencia sobre el valor del respeto, garantía, promoción y protección de los derechos fundamentales. Es justo que cada individuo decida su lugar de residencia y en aras de esto se debe velar por la inclusión  y protección hacia los migrantes, por el bien del pueblo mexicano y de la nación.

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