Tello no queda claro

Agenda Política

Gabriel Contreras Velázquez

En los últimos seis meses, según información pública otorgada por el ayuntamiento de Zacatecas, el presidente municipal, Carlos Peña Badillo, ha compartido agenda con el gobernador estatal, Miguel Alonso, en 35 eventos de diversa índole (entregas, proyecciones, inauguraciones, aperturas, conciertos, desfiles, develaciones, festivales, conferencias, firmas, informes, recorridos, arranques, etc., etc.).

Para la información oficial, el alcalde impacta los medios públicos, a un lado del gobernador, cada 5.14 días. Dato contrastante, cuando se revisa el sitio web del gobierno del estado, en el apartado de noticias.

Al contabilizar los boletines y comunicados que dan de alta en esa sección virtual, en apenas Noviembre y Octubre pasados, el alcalde Peña Badillo comparte información no sólo con el primer mandatario, sino también con otros funcionarios de la administración pública, en un total de 28 notas.

Si hacemos el mismo promedio, la ecuación cambia drásticamente. Pasamos de 5.14 días de intervalo a 2.14, eso sin sumar a la operación los comunicados oficiales que envía el ayuntamiento capitalino a los medios de comunicación. Boletines que cotidianamente usted puede consultar en el sitio web del ayuntamiento de Zacatecas, y que son subidos a veces por tres o por cuatro en un solo día.

En el extremo opuesto se encuentra la imagen del senador Alejandro Tello. La información que envía a Zacatecas de su gestión legislativa es apenas suficiente. Los temas torales para el estado en el congreso pocas veces pasan por su oficina; el más recurrente: los recursos extraordinarios.

La agenda legislativa del Pacto por México que compartió con el senador Carlos Puente, fue usufructuada por éste último con la intervención de la telebancada sobre la ley de Telecomunicaciones, la reforma política, y más importante, la energética.

En cambio, el senador Tello fue una voz más, de entre muchas, que apoyaban el consenso pro reformas sin formar parte de las decisiones cupulares. Incluso el senador David Monreal rebasó a Tello en el debate (no en las decisiones) por el simple hecho de ser oposición, y por mantener una agenda de conferencias de prensa semanales en el estado.

Lejos queda pues el senador Tello hasta entre sus propios pares, en materia de comunicación. Señal que no es nueva en el mapa político del sexenio. Flaco favor le hace su partido al mantenerlo alejado de los reflectores públicos, si aplicamos la hipótesis de mantenerse como candidato sucesor favorito.

Si es así, las directrices del gobernador Alonso Reyes permanecerían en el sentido de evitar cualquier desgaste de su candidato en la opinión pública. Confunde con ello la presencia en medios y la percepción pública.

Quien entendió los beneficios de la presencia en medios en el segundo informe legislativo del senador priísta, no fue su protagonista. El alcalde Peña Badillo dedicó la ocasión para pasar lista entre el voto duro del partido, por las filas y pasillos de todo el Lienzo Charro este fin de semana.

Más abajo, en un reservado para la clase política (quienes ya lo conocen) y la tarima donde dio su discurso, Tello Cristerna, el favorito. Otra vez, lejos. Una estrategia que da menos resultados al gobernador, y en el mediano plazo le sale más cara.

Si midiéramos la presencia de ambos mediante sondeos es presumible que entre la población zacatecana (sobre todo en la zona conurbada) el alcalde capitalino tenga más impacto que el propio senador. Dentro de poco tiempo incluso la presidenta del DIF estatal, Lucía Alonso, por razones electorales, estará también entre las figuras políticas más conocidas por la población, encima de Tello.

Y si la cantidad no es tan importante como la calidad, premisa que no funciona a la hora de medir qué tanto conoce a los candidatos, el senador priísta tampoco consiente en los estándares cualitativos.

La entrevista que hiciera un medio local a Tello hace unos días, donde recuperan la relación de cordialidad que mantiene con Juan Alonso, hermano del gobernador –la figura pública del sexenio en donde recaen los más fuertes reclamos de corrupción entre la opinión pública- refleja un descuido total del presumible candidato por parte del Revolucionario Institucional -el colmo.

No así un diálogo semejante que sostuvo el mismo medio con el delegado de coordinadores de SEDESOL, Pedro de León Mojarro. El ex presidente del Sol Azteca zacatecano, y quien pretende también la candidatura al gobierno estatal en 2016, marca inmediata distancia con aquél controvertido personaje, dando indicios, indirectamente, de que lo que muchos funcionarios de gobierno (en distintos niveles) opinan de tal personaje no es del todo errado.

¿Dos figuras cercanas al gobernador, ambos pretendientes a la candidatura más importante, con opiniones opuestas de una misma persona? Algo no queda claro… y no me refiero a la reputación cuestionada de Juan Alonso, sino a la evidencia que nos dan los del círculo rojo de Miguel Alonso Reyes.

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