Temen vecinos que la Alameda se convierta en “zona de tolerancia VIP”

IMG-20150413-WA0008Vecinos de la Alameda Trinidad García de la Cadena, en la capital del estado, así como de calles y callejones anexos, hicieron patente una vez más su molestia ante las autoridades y sociedad civil, considerando como prioridad la defensa del patrimonio y de su tranquilidad. La sana convivencia vecinal, dijeron, incluye no solo a los ciudadanos, sino a las autoridades, a quienes les corresponde vigilar el respeto mediante la aplicación de las normas a todos por igual.

Encabezados por Francisco José Villegas, denunciaron que desde hace un año y cuatro meses, quienes viven en el sitio y puntos cercanos han venido padeciendo “por la intromisión de una empresa privada, La Diez Terraza Bar, que sustentada en la irresponsable actuación de las autoridades se ha instalado en la Alameda y rompe la armonía y la tranquilidad del lugar”.

Tenemos la certeza, señalaron, de que el progreso y desarrollo de los pueblos no llega por el camino del escándalo, y menos por la vía de burlar la ley, amparándose en el influyentismo, en el amiguismo y la corrupción. Antes bien, son estos, junto con los vicios, los que inhiben el desarrollo de los pueblos.

Dieron a conocer lo moradores del lugar que fue presentada una queja en la Comisión de Derechos Humanos del Estado de Zacatecas (CDHEZ), “no en contra de una empresa, como se quiso manejar en un medio de comunicación, sino contra el ayuntamiento, porque es la autoridad competente para conocer de este asunto y resolverlo conforme a Derecho”.

En respuesta, la autoridad no ha tenido ni siquiera la amabilidad de tomar medidas cautelares para evitar el escándalo de que son víctimas las personas que habitan esta zona, muchas de ellas enfermas y mayores de edad. Antes bien, de manera irresponsable, el alcalde ha manifestado su aprobación y respaldo para que aún, sin el debido permiso, esta empresa siga vandalizando el lugar, agregaron los inconformes.

Por lo anterior, decidieron acudir a los medios de comunicación, haciendo un llamado a la presión social para que otras autoridades, “estas sí competentes, obliguen al ayuntamiento a cumplir con la ley y a cerrar este antro”.

“Los vecinos reclamamos nuestro derecho a la ciudad; queremos una vida tranquila y una convivencia pacífica, fundamentada en el respeto. La presidencia municipal tiene una obligación, y el influyentismo, la corrupción y la absurda tolerancia no son elementos para admitir esa responsabilidad”, enfatizaron.

De esta forma, apuntaron, hacen un llamado respetuoso al gobernador del estado, amigo y vecino, para reiterarle el apoyo al compromiso tomado el 31 de octubre de 2013, en el arranque de las mesas de trabajo del proyecto de la Alameda en el Centro Unesco, manifestándole, al mismo tiempo, a nombre de los vecinos de la avenida Torreón, que la obra sea realizada a la brevedad, ya que dicha arteria lo requiere más que la Alameda.

Asimismo, pidieron su ayuda para que los usos y costumbres sean respetados en los proyectos mencionados, que no se modifiquen los sentidos de la circulación vehicular, no se cierre el acceso a los automóviles de la fuente “del pescadito” hacia el callejón de Velasco para hacerlo peatonal. Además, piden que el sentido de circulación en la calle del estudiante quede como está, y que no se cambie como pretende hacerlo Tránsito del estado.

Señalaron, además, que es conveniente regular la circulación en la calle del Estudiante, ya que automovilistas irresponsables circulan en sentido contrario.

Como vecinos sabemos que la obra va a quedar bien, pero estamos preocupados porque una vez que se entregue se cambiaría el uso de suelo y sería creada “una zona de tolerancia VIP”, donde ya no se pueda convivir con tranquilidad.

Por otro lado, informaron que “el gobernador nos dio la indicación y solicitó que autoridades municipales, estatales y vecinos nos abstuviéramos de solicitar y dar permisos para cualquier situación en el interior de la Alameda y en el área que cubre el polígono B”. Sin embargo, luego de este compromiso, habitantes del lugar se percataron del comienzo de obras en inmueble marcado con el número 402 del interior de la Alameda, por lo que procedieron a dar aviso al municipio y a la Junta de Monumentos.

De esta forma es como se dieron cuenta que no existía permiso para hacer modificaciones al inmueble. Además, las gestiones para obtener el permiso para operación como bar, al parecer, se originaron en 2013, señalaron.

¿Cómo es posible que si el ayuntamiento no les ha dado la licencia, el Instituto Zacatecano de Cultura les haya dado permiso para ingresar en el programa de actividades de conciertos? Además, argumentaron los propios afectados, los eventos iniciaban a las 11 de la noche y terminaban cerca de las 3 de la mañana.

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