Musulmanas: distintas miradas sobre Isis

  • La mirada sobre las musulmanas es parcial
  • Su vida, sus voces son variadas y fuera de cualquier dogma

Miriam Ruiz Mendoza

foto-reportajeSemMéxico. D.F.- Para estar en un mundo donde casi una de cada cuatro mujeres nació bajo la religión islámica, de acuerdo a cifras del Pew Center, la mirada sobre las musulmanas es muy parcial. Frente a la expansión del Estado Islámico en el mundo, la vida y voces de estas mujeres son variadas y fuera de cualquier dogma.

Mishka Murad vive en Guadalajara, México, desde hace casi dos años. Es religiosa sí. Su ropa más cotidiana es un pequeño top y pantalones de spandex porque es maestra de fitness y ya escaló el Volcán de Colima, comenta entre sus logros.

Es autora de la tesis sobre Género de la Universidad de Trinity, en Irlanda, “Escrito en paredes etéreas: Construcción de la mirada de las mujeres morenas”, tiene 31 años y un trabajo como profesora de las asignaturas Ética de Negocios, Ética y Filosofía en el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey (ITESM).

Mishka Murad no ocupa un velo para pertenecer y atesorar su religión. “Desafortunadamente las religiones reciben publicidad por las peores cosas que hacen. El catolicismo, por ejemplo, por los abusos de curas. Creo que en todas se mezcla a Dios para justificar las peores cosas y no conozco una sola religión -y he hecho muchos cursos sobre religión- por lo que puedo sostener que ninguna religión puede justificar la muerte, la violación y otros actos horrendos en nombre de Dios.

Nunca lo leí. Y siento que es de una total ignorancia pensar que todas las y los musulmanes son así, porque las religiones enseñan amor y paz. No creo que las religiones sean violentas destructivas, malvadas. La gente es violenta, destructiva, malvada.

“El Estado Islámico no es Islam, es una mala interpretación del Islam. Me siento triste por lo que pasó en Francia, sí, pero es lo que llegó a las primeras planas en tanto que hay más gente muriendo Irak, Afganistán, Pakistán. Pareciera que la vida en Europa valiera más que en otros lugares y sólo por eso tendríamos que conocer más a unas y otras personas de distintos lugares y religiones desde la infancia.

Nacida en Karachi, Pakistán, vino a México por su cuenta, porque después de vivir en Bangkok y otros tres países quiso buscar mejores horizontes y halló una oferta de trabajo. “Y era suficientemente parecido y diferente a Pakistán”. Su nacionalidad suele sorprender a la gente que recién conoce: “Soy la única mujer de Pakistán que conocen, me escuchan que he viajado, soy maestra de fitness. No soy la mujer típica de Pakistán, pero sí es mi tarea representar a las mujeres de mi país”.

“No me siento la pakistaní común, no lo soy. He tenido oportunidades que otras no tienen. Yo he tenido mis obstáculos, pero si alguien piensa que hay algo para admirar, tendrían que conocer la fuerza, no tienen idea, ni yo tampoco, de la fuerza que las mujeres en Pakistán tienen. Y para cerrar diría que no podemos generalizar. No todas las pakistanís somos iguales, ni las mexicanas son iguales.

“Para una mujer de mi clase social en Pakistán, sí vas a la universidad, pero eventualmente se espera te cases y tengas hijos. Nunca lo he deseado. Por eso estudio Género y Filosofía, apoyada por mi padre. Y mi madre, que es muy independiente. Me enseñaron a viajar, a tener mi dinero y a dejar de lado mi independencia”.

Algunas cosas en ambos países, dice, son desafortunadamente parecidas. “Aquí me puedo subir a un camión, algo que en Pakistán sería casi imposible, pero en la calle es difícil caminar sin que me digan ¡Eh, chiquita! ¡Eh, morena! Me gustaría cambiar eso en el mundo”.

“En México es difícil ser mujer. Seguro, no tanto como en Pakistán, pero estoy consciente de la estructura del machismo en el país, en los pueblos. Hay que decirlo, no se puede huir y yo no puedo dejar de vivir mi vida por las dificultades que presenta ser mujer en el mundo”.

Hayani Ishan es una estudiante universitaria que apenas hace unos meses dejó su natal Malasia para hacer Ciencias Políticas en Toulouse, Francia. Llegó en tiempos volátiles. Sin embargo, asegura que como musulmana se siente a gusto, la mayor parte del tiempo. “Aunque todavía hay gente que nos juzga o muestra desprecio por los musulmanes. Hay gente así en todos lados. Pero en comparación al resto del mundo, por ejemplo, Estados Unidos, la gente en Francia ha podido hacer diferencias entre el terrorismo y el Islam.

Como musulmana que no usa el hiyab o mascada, me siento segura. Mi amiga que lo usa, también. Lo único que nos hace sentir inseguras es lo de siempre, si estamos gordas o mal maquilladas y esas cosas. Nos abren las mochilas, sí, antes de entrar a un edificio. Son medidas que protegen a la sociedad y en vez de intimidarnos la policía y la armada nos hacen sentir seguras”.

Hayani Ishan, que en sus ratos libres es pianista, baterista y simplemente alegre, es una internacionalista seria por lo que en entrevista analiza que “como musulmana, siento que Isis tiene una ideología confusa. Destruye constantemente la arquitectura musulmana. A menudo asesina a no-musulmanes pero sobre todo, a musulmanes. Han desplazado a aquellos que quieren “salvar” y rompen vidas. Isis debe ser detenido y para ello, la comunidad internacional debe trabajar con el actual gobierno Sirio, no importa en cuantos desacuerdos se hallen. ISIS no es ya una amenaza regional sino global. Han bombardeado Beirut y París. Están reclutando gente en Malasia y tienen influencia mundial. Me asusta que la gente influenciada por ISIS, es sobre todo, de mi edad.

Con información de  www.semmexico.org

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