Más negro que amarillo

Por: Gabriel Contreras Velázquez

Ortiz MéndezZacatecas, Zac.-No habían transcurrido ni 24 horas de que la representación del Sol Azteca en Zacatecas recibiera la notificación, por parte de la autoridad electoral local, de la próxima sesión donde se resolvería la procedencia del registro de la coalición “Unidos por Zacatecas” (PAN-PRD), cuando la dirigencia local de la izquierda pragmática mostraba el estado crítico en que se encuentra su proceso interno.

Ya generaba sospecha el hecho de que el líder estatal, Arturo Ortiz -aprovechando que la elección del candidato a gobernador de la coalición tendría la preferencia de salir del partido al que representa- recargara la calificación de los aspirantes en una suma de tres componentes: encuestas, votación en el consejo político estatal, y la presentación de “proyectos” de gobierno.

Casi como dibujando la silueta de Pedro de León –al cual promociona cada que es entrevistado- Arturo Ortiz dejó en claro que la ecuación debería de proteger al ex priista en donde es endeble: el consejo político. De ahí que, comprando la idea de su incomparable posicionamiento en los sondeos, y de su palabra escrita en “Podemos Lograr Más”, el líder de la izquierda oficial intentara darle juego a Pedro, alejándolo de las tribus locales.

Si ello no resultaba suficiente, la operación de pinzas la cerraría este fin de semana Camerino Eleazar Márquez, secretario de Organización Electoral del Comité Ejecutivo Nacional del Partido de la Revolución Democrática. El domingo por la mañana trascendía en algunos medios locales que la aspiración de Miguel Torres (adversario de Arturo Ortiz) estaría trunca por instrucciones del secretario del CEN del PRD. Camerino justificaba su tosco gesto en los medios de comunicación –antes incluso de comunicarle al interesado- aludiendo que el villanovense no había pagado cuotas, y su registro estaba incompleto por falta de documentación.

Ambos movimientos chabacanos y un tanto silvestres. Camerino pudo haber observado dichas irregularidades al siguiente día del registro del presidente de Villanueva, el pasado 14 de Diciembre. A menos, claro, que la consigna haya sido –ahora queda más claro- proceder en contra.

De este entripado que la dupla Ortiz-Camerino no dudó en operar, la dirigencia nacional del Sol Azteca tuvo conocimiento. El pasado domingo en que la cabeza del Comité Estatal intentaba conculcar el derecho de Miguel Torres como aspirante, el grupo del alcalde apresuró a conocer de la situación a la Comisión de Elecciones en la Ciudad de México, la cual reviró la intentona de Camerino.

Como producto de esta estrategia unilateral, la dupla alcanzó a opacar el mensaje de Pedro de León de su registro como candidato a la coalición PAN-PRD, ese mismo día. En los medios locales y las editoriales tuvo más consecuencias el bochornoso episodio de Camerino, que la conferencia (otra más) de su gallo para dar a conocer que en la Revolución Democrática sí tienen para aplanadora… de pisos. Ahí, según Pedro, el nivel de contienda es muy parejo y se escucha democráticamente a todas las facciones, corrientes, aspirantes, desertores, cuadros, ideologías y demás.

Esa obligación de certeza ahora es para Agustín Basave. Además de amagar con abandonar el embrollado y engorroso partido porque las “corrientes internas” no le permiten concretar seis nuevas coaliciones con Acción Nacional (en Veracruz, Puebla, Oaxaca, Tlaxcala, Hidalgo y Tamaulipas) también debe de enviar mensajes de certidumbre, así como reprobar la sesgada administración de justicia interna, cuando la evidencia apremie (caso Camerino). O de plano renunciar y botar todo por la barandilla.

Si el líder nacional amenaza con que a medias tintas no hay dirigencia, lo mismo debe aplicar para vigilar y preservar los casos donde logró poner en marcha los acuerdos del Congreso Nacional de su partido (cuando él no estaba) en septiembre de 2015.

Que por cierto, esta actitud de “o todos con el tlatoani, o cada tlatoani en su isla” subraya el lento avance de Agustín en los acuerdos con las tribus. Peor aún si se ve lejos de articular con los grupos, e idealistamente busque romper con la lógica (pragmáticamente efectiva) de cuadrillas de partido, para imponer su soberana voluntad. De ahí que ni él mismo le vea futuro a su (de facto) interinato.

Como dato curioso y para la reflexión: justo los dos estados en donde se concretó la coalición PAN-PRD (Durango y Zacatecas), es donde la dirigencia nacional del PRI calcula que su partido perderá las elecciones. De qué premisas hayan concluido tal aseveración, es una incógnita que atraviesa por los acuerdos cupulares.

Por ahora sólo dos aspirantes en el tricolor pueden seguir respirando tranquilamente: Luévano y Bonilla. Éste último con más precaución. Beltrones es uno de los actores clave que dan por perdida la elección local.

Nota: Agradezco al respetado columnista, Ignacio Valenzuela, su puntual lectura y su reconocimiento. Coincido con él en que dentro del ejercicio crítico el lenguaje debe ser un instrumento cudiado con celo y pulcritud

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