Arbitrariedades sin futuro

Foto: Misael Camarillo / MIRADOR

Por: Gabriel Contreras Velázquez

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Zacatecas, Zac.-Bastante caro le ha salido a Pedro de León haber confiado en la palabra de Camerino Márquez. Cuando tuvo la oportunidad de gestionar y poner en marcha una asamblea estatal que lo eligiera como candidato -tal como Rafael Flores lo hizo unos minutos antes de que concluyera aquél 14 de febrero- y competirle a su contrincante en condiciones semejantes ante los tribunales electorales, prefirió confiar en la supuesta judicialización que el Secretario de Organización del Sol Azteca emprendería (de manera fallida y con las manos vacías).

Los resultados de tal estrategia los conocimos el pasado 23 de marzo. El Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación validó la única asamblea que la militancia del PRD en Zacatecas realizó, de acuerdo al calendario que el partido estipuló para dicho ejercicio. Lo demás es retórica de aflicción ante la impotencia de una operación titubeante de un político con años de experiencia, como lo es Pedro.

Por el incremento con que los agravios escalaron al interior del partido, reflejados luego de manera imprudente en un puñado de tuits por parte del dirigente estatal Arturo Ortiz (quien más tarde reconoció que su condición etílica esa noche lo llevó a tal descuido), no resultó una sorpresa la noticia de que Pedro declinaría ante lo que califica como una imposición. “Al carajo las instituciones” pues, para resumir el capítulo.

Tampoco resulta extraño -aunque nunca deja de sorprender- la velocidad con que José Narro ajustó las coordenadas de ruta en la negociación con las tribus perredistas para pedirle a Nueva Izquierda salvar la negociación aduciendo que ya estaba dispuesto a retomar los consensos como fueron en un principio, como en aquellos días cuando criticaba que Pedro y Rafael eran infiltrados del gobernador con el único fin de descarrilar la elección de su instituto político.

Así logró imponer a su alfil, Felipe Pinedo, en el número dos de la lista de plurinominales del PRD, incluso cuando en las conferencias de prensa defiende a capa y espada a Pedro (el enviado del gobernador, según su diagnóstico original) y lo promueva como próximo dirigente estatal del partido.

Estamos por conocer el resultado de la vendetta de Arturo Ortiz en los registros de candidaturas ante la autoridad electoral este fin de semana, donde el dirigente –quien asegura no tener la obligación de fungir como árbitro en su partido- condicionó avalar con su firma –requisito indispensable para cada posición- si el escenario no le convenía a los intereses de su grupo político (junto con Pedro de León, Camerino Márquez y José Narro).

En los hechos muestra fehacientemente que en el PRD sí privan los intereses particulares y de camarillas para poder lograr apenas una lista de candidaturas, que se verá si tiene o no las condiciones de competir en la jornada electoral, o tan sólo llevó a la coalición PAN-PRD a un desastroso tercero o cuarto lugar, como ya apunta en algunos municipios y distritos.

Y ese es apenas el aperitivo, pues hay Pedro para rato. Dependerá de la operación de Arturo Ortiz junto con José Narro para darle cabida a “Podemos Lograr Más” en el Sol Azteca local. El acuerdo de Pedro, por ahora, apunta a 2018. ¿El medio? La dirigencia estatal del partido, que da la posibilidad de entrar por default al primer lugar en las listas plurinominales de cada instituto político.

El siguiente paso es la diputación local como segundo trampolín de todo su proyecto político. Y ¿por qué Pedro de León y no José Narro? El ex petista lo sabe, sus negativos no le dan hoy para encabezar partido alguno actualmente, de principio porque no asegura estabilidad al interior, mucho menos en la negocia con otros institutos políticos. Pedro de León es la oportunidad de Narro para avanzar políticamente lo que no ha podido por su pésima reputación resultado de su paso por la dirigencia del Partido del Trabajo, y un déficit financiero memorable.

Pedro ya tiene claro el escenario próximo. Una dirigencia que le permita estar dentro de las decisiones locales, recorrer los 58 municipios y darle viabilidad a “Podemos Lograr Más”. Después, una diputación que le permita cristalizar en iniciativas de ley su palabra escrita. Dependerá de su muy mermada capacidad de negociación. Si insiste en dar golpes de mando para lograr sus cometidos poco a poco se alejará de su costa -más de lo que ya está.

Un experimentado político, de visión aguda, y camarada suyo de viejas batallas se lo recordó hace unos días: necesita dejar de inventarse amigos y necesita dejar de inventarse operadores. A eso habría que agregarle que necesita dejar de creer que el dinero lo puede todo en una campaña. Tal vez lo pueda a la hora de comprar publicidad y entrevistas y columnas en medios nacionales, pero eso no le asegura política ni liderazgo.

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