Jerez, Zac.-Con éxito culminaron los Novenos Juegos Florales “Ramón López Velarde”, a través de los cuales el gobierno jerezano brindó a locales y visitantes 26 eventos de calidad y un programa novedoso, cultural y atractivo, que superó lo realizado en años anteriores.
Un fin de semana emotivo e intenso culturalmente hablando, fue el que se vivió en Jerez por medio de las actividades con las que finalizó la conmemoración de un aniversario más del nacimiento y deceso de tan grande poeta, dejando un gran sabor de boca a quienes acudieron a presenciar desde el viernes pasado los eventos destinados a ese propósito.
Luego de que fuera entregado el premio Iberoamericano de Poesía a Juan Villoro Ruíz, se efectuó la presentación del libro “Espinas del Tiempo, Cristiada y Agrarismo en Río Grande” de José Arturo Castillo Ramírez, seguido por un magno concierto de la Banda Sinfónica de Zacatecas, que hizo resonar con estruendosas y mágicas notas las paredes del Teatro Hinojosa.
Por la tarde del sábado tuvo lugar la tan esperada premiación a los ganadores de los Novenos Juego Florales, cuyo triunfador en Poesía y por lo tanto acreedor a la emblemática Rosa de Oro, fue Samuel Lagunas del estado de Querétaro, en Narrativa Rubén Flores Villagrana, y en mejor trabajo jerezano Diana Noemí Martínez Mireles.
La entrega de los premios fue encabezada por el director del Instituto Jerezano de Cultura, Carlos Guillermo Salinas Flores, a la cual sucedió el ameno concierto titulado «Dulce Memoria», a cargo de la flautista Mónica López Lau, por intercesión de la Secretaría de Cultura.
La tradicional Ofrenda de las 33 Rosas, tuvo lugar en el Jardín principal Rafael Páez donde personal del IJC ataviado con ropa de época, guio a la ciudadanía hasta el busto del bardo jerezano donde el profesor Julio Castro, declamó la Suave Patria al tiempo que le era colocada una rosa por cada verso.
Finalmente la inédita Verbena de Época o Tertulia Lopezvelardeana, marcó un hecho histórico dentro de los Juego Florales con la ambientación del Teatro Hinojosa en los ayeres del año 1891, y su venta de productos típicos como dulces, tamales, café, aguas frescas, además de la colocación de un banco para intercambio de billetes o monedas de aquel entonces, un Registro Civil y una cárcel.
A la par de este evento, tuvo su participación la Típica Jerezana de Miguel Rosales, un tamborazo y un dueto de Sax, así como el montaje de una exposición de fotografías antiguas en el vestíbulo del vetusto edificio.
