Iglesias y grupos espirituales para la diversidad sexual y de género, respuesta ante la exclusión de la moral heteronormativa

Zacatecas, Zac.-A través de una metodología cualitativa, centrada en la observación etnográfica y la entrevista a profundidad, la doctora Karina Bárcenas Barajas expone las circunstancias históricas que marcaron las condiciones seculares que influyeron en la búsqueda de reconocimiento de la diversidad sexual en el campo religioso en la ciudad de Guadalajara, (Jalisco, México).
Con su trabajo de investigación titulado “De los homosexuales también es el reino de los cielos: Las iglesias y grupos espirituales para la diversidad sexual y de género en el campo religioso de Guadalajara”, galardonado con el Premio a mejores tesis de doctorado de la Academia Mexicana de Ciencias en Ciencias Sociales y Humanidades 2015, la antropóloga social busca una aproximación que coloca como punto de partida la interseccionalidad en torno a la religión y el género, para ilustrar los procesos de exclusión-inclusión y normalización de las identidades Lésbico, Gay Bisexual y Transexual (LGBT) en el campo religioso.

La antropóloga social explica el papel de las iglesias y su postura sobre la diversidad sexual; aborda la competencia y el acceso a los bienes de salvación para las identidades no heterosexuales; estudia el reconocimiento en igualdad de todas las identidades sexuales y de género, y la construcción de una moral pública que trascienda las fronteras de la heteronormatividad. Estos temas los sitúa en los campos religioso, político, de la sexualidad y género.
“El primer aporte de esta investigación es visibilizar un tema que ha sido muy poco estudiado en México y Latinoamérica, porque en otros países como Francia, Inglaterra incluso Estados Unidos existen varios estudios, lo cuales empezaron a realizarse a finales de la década de los ochenta y principios de los años noventa”, precisó.
Para esta investigación, Bárcenas Barajas, del Centro de investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social (CIESAS) y quien estuvo asesorada por la doctora Ángela Renée de la Torre Castellanos, retomó la trayectoria de ocho iglesias y grupos para la diversidad sexual.
En el contexto de la cultura mexicana, explicó que la iglesia católica históricamente ha desempeñado un rol importante para construir una moral sexual en función de la cual se estructuran no solo experiencias, sino también instituciones como el amor de pareja, matrimonio y familia.
“Generalmente nos vamos con las cifras que nos dicen que en el país el 90% de las personas son católicas, pero esta perspectiva cambia cuando vamos tejiendo ese dato con partes más particulares, cuando se consideran ejemplos de mexicanos que aun siendo católicos están de acuerdo con los derechos sexuales y reproductivos, que los homosexuales y lesbianas tengan los mismos derechos que el resto de los católicos, ahí le vamos poniendo un poco de más complejidad al asunto y nos coloca en el plano de considerar el eje de la cultura católica desde una perspectiva diferente”, dijo la premiada en el área de ciencias sociales.

El análisis de las tácticas de los líderes y miembros de las iglesias para el reconocimiento de la diversidad sexual en el espacio intersección entre campos señalados anteriormente y de manera particular en el campo religioso para el acceso y la gestión de los bienes de salvación, se realiza a través de cuatro modelos de institucionalización religiosa en los que entra en juego la importación y resignificación del capital religioso, la pertenencia religiosa, las condiciones políticas y sociales, así como distintos niveles de inclusión para la institucionalización de una moral sexual heterodoxa y post-heteronormativa.

Asimismo, da cuenta de la capacidad para producir transformaciones y cambios ejercida por líderes religiosos homosexuales de quienes se analiza los rasgos de la identidad homosexual, la moral sexual cristiana y la tensión que genera el ejercicio de su sexualidad con sus creencias y pertenencias religiosas, así como con la necesidad de ser reconocidos como sujetos de derechos y libertades en el marco de un Estado laico.
Brasil es el país de América Latina en el que más han creado las iglesias para la diversidad sexual, a pesar de su presencia “tardía” en el campo religioso, por lo que en la parte final de la tesis la investigadora presenta una perspectiva comparada entre la dinámica de las iglesias para la diversidad sexual en Guadalajara y en Río de Janeiro, para exponer la dinámica de estas iglesias en función de las particularidades del campo religioso mexicano y brasileño.
En México existen iglesias para la diversidad sexual —la primera iglesia se creó en 1980— y sus líderes se integraron a la lucha política para desestigmatizar lo que tenía que ver con el contagio del VIH-Sida y la relación directa con los homosexuales.
Así, desde escenarios locales, como Guadalajara, “nos vamos dando cuenta cómo los agentes religiosos han ido jugando un papel importante para construir no únicamente lo que tiene que ver con ese derecho a la igualdad, sino de diferentes libertades como la religiosa, de pensamiento, de decidir sobre tu cuerpo, etcétera”.
Dentro de las conclusiones a las que llegó la antropóloga social destaca que los líderes de las iglesias en pro de la diversidad sexual, si bien no son líderes con la formación de iglesia hegemónica, al final de cuentas se han nutrido de diferentes capitales para producir un cambio dentro de sus comunidades.
“En las entrevistas me di cuenta que muchos de ellos habían estado en los seminarios católicos, protestantes, en alguna otra adscripción religiosa o bien habían estado dentro de la Iglesia teniendo una preparación constante durante muchísimos años que los autorizaba como líderes, lo que les ha permitido competir con las iglesias hegemónicas y la pluralidad religiosa”, señaló.

Entre 2010 y 2013 la doctora Bárcenas identificó en el país 21 iglesias a favor de la diversidad sexual. La parte del planteamiento de la investigación que incluyó la fase etnográfica empezó en octubre de 2010 y se prolongó hacia finales de 2012; realizó nueve entrevistas y la revisión documental de 12 números de la revista “Crisálida” (órgano informativo del Grupo Orgullo Homosexual de Liberación, GOHL). Mientras que para la perspectiva comparada sobre México y Brasil el corpus estuvo integrado por seis entrevistas a profundidad y 20 visitas de observación y registro etnográfico.

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