Existen “agujeros negros de información” en el uso de recursos públicos: Núñez

Foto: Misael Camarillo / MIRADOR

Foto: Misael Camarillo / MIRADOR

Zacatecas, Zac.- El maestro Leonardo Núñez González, señaló la conveniencia de dar a conocer dónde se encuentra la información que nos atañe como población en cuanto a la forma en que se gasta los recursos públicos. A modo de ejemplo, expuso que el caso de la Universidad autónoma de Zacatecas, donde el tema principal es el gasto federal, las disposiciones de esos recursos son “brutales”. En 2015, dijo, las divergencias entre presupuesto dado y presupuesto ejercido es de 22 mil millones de pesos.

Analizar esas divergencias y verificar lo que se hace realmente con el dinero, agregó, es el tema de la conferencia a la que se le convocó de parte del diputado Arturo López de Lara, es decir, cómo se deberían utilizar los recursos públicos y la manera en que se hace en los hechos.

La conferencia se dictaría este miércoles 5 de abril en la sala de audiovisuales de la Unidad Académica de Derecho, titulándose “El deber ciudadano frente al gasto público”.

Núñez González, experto en presupuestos, sostuvo previamente en conferencia de prensa que el dato señalado líneas arriba se desprende de datos proporcionados por la Auditoría Superior. Se trata de un tema generalizado en muchas universidades que señala la simulación en el ejercicio de contratos.

Se revisan por ejemplo, los contratos entre Sagarpa y la Universidad y se encuentran irregularidades, ya que se utilizan empresas para hacer trabajos que originalmente tendría que hacer la Universidad, lo que contraviene la ley porque de entrada ganan el contrato presumiendo que tienen las capacidades técnicas para el trabajo y no las tienen. Delegaron el trabajo a 36 diferentes empresas, y el tema es que la auditoría revisa cuáles son los trabajos efectuados, por los que se pagaron 219 millones de pesos, aseveró el docente. “Al final de cuentas, los entregables fueron absolutamente basura”, y se perdió el recurso.

Toda esta información es pública, pero se pierde en un mar de datos y no se sabe utilizar, agregó. El tema ya se ha tratado de “empujar” en la Cámara de diputados, pero es importante que se recupere a nivel local, que es donde más duele y donde se requiere transparencia en el recurso público.

Hasta este momento sigue habiendo muchos espacios que son “agujeros negros de información”. Por ejemplo, lo que sucede con los recursos federales que se otorgan a los estados, ya que hasta la última reforma fiscal ya se pueden fiscalizar, pero antes no se podía, por lo que hay muchos años sin transmisión democrática donde no se sabe qué se hizo con el dinero.

Así, los estados siguen apareciendo a la fecha en este rubro como áreas de pura discrecionalidad, sostuvo Leonardo Núñez, y la falta de información no se puede imputar a la apatía de los ciudadanos, ya que cuando se les señala lo que se está haciendo con su dinero le genera una sensación de enojo.

El trabajo de difusión que se ha estado haciendo ha haciendo ha traído interés, pero no se sabe a ciencia cierta a dónde se tiene que acudir. Hay que hacer pedagogía en términos de presupuesto para interpretar los datos y saber con quién se tiene que presentar.

En cuestión de presupuesto siempre hay cambios discrecionales, los cuales se señalan como “otros”, y esto viene a perjudicar a ciertas dependencias, generalmente afectado el gasto social, contrariamente a lo que uno creería. El dinero se desvía para gastos “opacos y compra de votos”.

Esto es un problema de cada administración pública, que no está acostumbrada a rendir cuentas sobre el uso de recursos, y no de partidos políticos, aseveró. Por ello, es necesario que se avance en los sistemas estatales de combate a la corrupción, máxime que se tienen ya pasos para el Sistema Nacional Anticorrupción, donde aún no hay jueces que van a trabajar para que las pinzas de cierren y se castigue a quienes usen mal los recursos. Hay que tener una rendición de cuentas real, no simulada.

El que las cuentas públicas se aprueben en las legislaturas casi sin discusión, y solamente con algunas observaciones generales, hace que se le dé un visto bueno a la administración. Esto a nivel estatal, aunque en a nivel federal ni siquiera se da la discusión. Se aprueban sin que se analice el uso de recursos.

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