Zacatecas, Zac.- El obispo de Zacatecas, Sigifredo Noriega Barceló, manifestó su beneplácito porque el día 1 de julio marcó “una nueva etapa para nuestro México; las precampañas y las campañas como que no apuntaban tan bien, desgraciadamente, por la guerra sucia. Sin embargo, el día 1 me sentí muy edificado porque la gente, a pesar de sus temores votó libremente; yo no he sabido de represiones, votó libremente y espero, también, de forma pacífica”.
Dijo que le dio mucho gusto que los candidatos que no obtuvieron los votos suficientes hayan aceptado, lo que significa “una gran lección de civilidad que indica que vamos creciendo como demócratas. Los resultados, en general, son una sorpresa, ya que sabíamos de la ventaja que tenía el nuevo presidente Andrés Manuel López Obrador, pero lo que sí es sorpresa es que el partido Morena haya ganado las ciudades más grandes de Zacatecas, como a nivel nacional las dos cámaras.
Manifestó el prelado que lo siguiente es cerrar algunos capítulos y abrirnos a la reconciliación. “Hay heridas, pues las campañas fueron mucho muy fatigosas y se requiere ir cerrando heridas. En lugar de pensar en partidos hay que pensar en el bien de nuestro México, en cómo podemos aportar.
Los nuevos gobernantes tendrán que hacerlo suyo y los nuevos ciudadanos tendremos que hacer lo nuestro y abrir paso a la gran oportunidad.
La ciudadanía cada día está más despierta y va a pedir cuentas. No es fácil para nadie el gobernar; todo mundo quiere resultados ya y creo que tenemos que aprovechar esa oportunidad dando tiempo al principio, pero después ya ir exigiendo, en el buen sentido de la palabra, transparencia y el dar cuentas, además de exigir como ciudadanos la participación”.
Sostuvo que los problemas que se tienen no son fáciles de resolver. Se han anidado desde hace mucho tiempo y se refieren a la corrupción, la impunidad, la desigualdad social, las pobrezas que se tienen y la educación, lo que no se soluciona ni siquiera en un sexenio. “Pero sí tenemos que luchas y poner otras bases. Así lo está pidiendo la gente, y se trata de un cambio, ojalá no solo de gobierno, sino de régimen. Se trata de otra visión y tienen que ponerse otros medios”.
Añadió Noriega Barceló que en un país demócrata hay libertades, y cuando todo se haga con el espíritu que marca la legalidad, no habrá mayor dificultad en que todos los temas se discutan. Sin embargo, aclaró: “lo único que pediría es que no se polarice, pues cada persona merece nuestro respeto y hay problemas comunes que van a requerir en este momento la mayor parte de nuestro tiempo e inteligencia, además de la voluntad. En un país democrático cabemos todos”.
