Por Guillermo Hernández

Se fue y llegó como los grandes, entre aplausos, música, admiración, tristeza, recuerdos, honores, flores, danzón…

Hasta el Dios Tláloc contuvo su llanto. Ya eran varios días que no paraba de llover en Zacatecas de sequía y recuerdos, la capital había despertado mojada en días pasados, hoy y solo hoy, había cesado para dar paso a otra historia…de muerte, de adiós, del siempre imprescindible “Pregonero Mayor” Rufis Taylor…

Las calles y callejones de la capital se vistieron de luto, de tristeza pero con gratos recuerdos de aquel hombre que por 70 años llevó, pregonó, historió, promovió e informó del acontecer zacatecano de la época.

Fue allí en pleno corazón capitalino donde antaño recorrió plazas y callejones con micrófono en mano promocionaba espectáculos y publicitaba todo, donde ahora lo despedían funcionarios gubernamentales, artistas zacatecanos, pueblo en general, familiares y amigos, además del gobernador del estado Miguel Alonso Reyes, quien solemnemente rindió honores póstumos al personaje de leyenda

Justo al mediodía arribó el cortejo fúnebre al Museo Zacatecano para recibir los honores de todos quienes le conocieron; aquel féretro gris ingresó al vetusto recinto entre aplauso lento, triste, de reconocimiento, sentido del respetable…

Allí en el Museo Zacatecano se registraron diversas intervenciones donde se exaltó el quehacer y trabajo de Rufis, otorgándosele el adjetivo de “personaje emblemático…el Pregonero Mayor…” quien hoy rindió tributo a la madre tierra al cumplir 89 años.

Afloraron los recuerdos como aquel donde en vida hace un año el gobierno estatal le rindió tributo a uno de los más grandes personajes del Zacatecas del siglo XX, Rufis Taylor, llamado también a convertirse en leyenda, tras llevar por siete décadas su publicidad urbana a los zacatecanos.

Recordó el cronista Manuel González que el homenajeado fue el primero en utilizar un micrófono, sonido y automóvil para llevar la publicidad por toda la bizarra capital. Para algunos a la vez, fue el primer pregonero del siglo XX y rescataban sus 70 años de arduo trabajo de ejercer el oficio de publicista; mientras sus restos mortales eran cubiertos por el escudo de Armas de Zacatecas: El trabajo todo lo vence.

Continuaba la historia de este zacatecano ejemplar entre consideraciones de un eterno promotor del séptimo arte, o sus últimos recorridos incitando a ir al fut, al box, la lucha libre y quien sabe qué tantas cosas…La capital disfrutaba de sus recorridos citadinos, su voz inconfundible, y mientras la Internacional Banda del Estado, allí al pie del cañón, interpretaba las favoritas de Rufis Taylor: un bello potpurrí de Ray Coniff, hacía las delicias del respetable, mientras Rufis “dormía” eternamente…

Después vino la poesía a través de un Soneto a Rufis Taylor, continuó al homenaje con un danzón…danzón Juárez, siempre pedido por Rufis a otro grande don Salvador, quien se prodigó para día tan especial…

Por allí serpenteaban en la memoria colectiva aquel 20 de enero de 2012, cuando el mandatario zacatecano, Miguel Alonso, entregó reconocimiento a Rufis Taylor, y otra vez se desgranaron aplausos generalizados para el que se va…

Las honras fúnebres se tiñeron de emoción cuando el hijo de Don Rufis, Salvador Solís, a nombre de la familia agradeció tantas muestras de cariño y el homenaje póstumo, para concluir en que su padre es ya “una leyenda viviente y te amamos mi Rufis…” Los aplausos sonaron fuerte…inolvidables, todos reconocieron una vez más al homenajeado…Vino la guardia de honor por parte del gobernador, autoridades y familiares…

Se escuchó fuerte, vibrante la Marcha a Zacatecas, asomaba la despedida, otra vez un aplauso generalizado invadió aquel recinto histórico del Dr. Hierro…se fue como los grandes. Se fueron todos… Partió la carroza. Atrás, otra vez comenzaba Rufis con su pequeño vehículo a pregonar, arrancaba el inconfundible transitar con la Sonora Santanera a todo volumen…escapaban las notas de El Orangután…”el orangután…el orangután…”

Es posible que esa voz recorra calles y callejones de Zacatecas por siempre…o también es posible que ya esté pregonando desde allá en el infinito las últimas de la capital…es posible…