La reforma universitaria es necesaria: Esquivel Marín

Zacatecas, Zac.- El bachillerato es un espacio educativo en crisis, porque obedece a una época de crisis y transformación, afirmó Sigifredo Esquivel Marín, al exponer su conferencia magistral “La Autonomía y auto-creación en la educación media superior, hacia la reforma universitaria de la unidad académica Preparatoria desde la Nueva Escuela Mexicana”.

Acompañado por el maestro Miguel Ángel Aguilar Dávila, como moderador, Sigifredo Esquivel Marín ofreció una lúcida charla sobre la problemática de la educación media superior en el país, ante un selecto público de estudiantes y docentes universitarios reunidos en el teatro Fernando Calderón.

Esquivel Marín puso primero los puntos sobre las íes, respecto a las dificultades de los jóvenes, mujeres y hombres, que se enfrentan antes que nada a situaciones complejas: “hay que romper el rezago de violencia estructural, donde los jóvenes de la región están inmersos”.

Para ello acotó, entre otras cosas debemos cambiar de vía, como dijo, Edgar Morán, ya que debe reconocerse “que no estamos listos para cambiar, hay que generar nuevas estrategias que respondan a las identidades emergentes…”.

Además, no debe olvidarse que actualmente en el nivel medio superior, se tiene que “la escuela es moderna”, pero “los estudiantes son postmodernos”, y ese es uno de los grandes retos que deben enfrentar los docentes y el sistema en sí.

“Porque incluso las nuevas herramientas tecnológicas son utilizadas por el alumnado, de una forma extra aula, fuera del “control” del maestro: “tan claro es que muchos jóvenes dicen: ‘si me piden un reporte de lectura –de este evento-, después descargó la conferencia y hago un resumen”.

Por otra parte, señaló Esquivel Marín, es importante “pensar la educación como un espacio de generación de oportunidades, donde la diferencia no se traduzca en desigualdad”, sobre todo porque las brechas educativas y socioeconómicas se han acentuado.

“Hay un divorcio entre escuela y vida cotidiana”, y esto se relaciona con las secuencias didácticas de los planes de estudio. Particularmente, ironizó, en momentos en que “absolutamente nadie puede ver ni a decirles a los docentes, qué es lo que tienen que hacer”, por lo cual es necesario un ejercicio democrático, donde se produzca una experiencia docente “de manera horizontal”.

Pero también, sostuvo Sigifredo Esquivel Marín, “es insuficiente analizar las políticas educativas, si no se conoce desde la base social, los procesos y prácticas que viven los profesores y profesoras desde la vida cotidiana”.

“La nueva escuela mexicana está centrada en tres actores, los docentes, el profesor es un elemento nodal en el quehacer educativo. La convivencia plural… eso suena muy bien las adecuaciones del qué, el cómo y el cuándo…. Que los ideales de la nueva escuela mexicana no se queden en eso. Y los directivos y padres de familia”.

Sobre todas las cosas, debe considerarse dijo, en los estudiantes como eje axial de la educación. No se puede pensar en un proceso de reforma sin la participación central de los estudiantes.

“A los jóvenes hay que pensarlos más allá de esta ignominia categoría de ninis, que les pone una categoría de fuerza, para negarles el acceso a la superación, a la educación, al empleo”. Se debe considerar, indicó el especialista, en la transformación radical en que estamos inmersos, como sociedad, y un ejemplo ha sido la pandemia, que nos plantea serios y profundos desafíos: “Pensar que estamos educando con viejas teorías, nuevos valores… somos los tránsfugas del siglo XX testigos de la gestación de una nueva perspectiva… estamos completamente desarmados”.

Además, advirtió Esquivel Marín, es importante recordar que vivimos en Zacatecas, que no es lo mismo vivir en la capital o en algún municipio al sur o al norte, cada contexto plantea posibilidades específicas. Otro aspecto que debe analizarse es el de qué tipo de reforma queremos para la UAZ, pues recordó cómo en el contexto del neoliberalismo global, “las reformas educativas en Estados Unidos radicalizan las formas de exclusión”.

Entonces, sugirió, es necesario “generar pequeños reajustes”, y respecto al ideario de la nueva escuela mexicana, planteó “tiene elementos que habría que discutir… patriotismo y nacionalismo, en lugar de universalidad… No se puede pensar un espacio que sea totalmente autónomo y libre, de la modernidad capitalista”. Porque además deberá cuidarse de aquellos para “no descubrir el hilo negro, ni reinventar el agua tibia”.

“Hay desafíos y retos de la nueva escuela mexicana, es pasar de la consigna política e ideológica a generar las posibilidades de transformación, que generen cambios reales en el sistema educativo… recuperar a un sujeto crítico. La tarea de la educación mexicana como formación de sujetos comprometidos en el planteamiento y solución de los grandes problemas nacionales y globales”

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