Fotos: Misael Camarillo / MIRADOR
A mi muchachito lo mataron de un balazo. Recogimos el cuerpo, lo velamos y lo enterramos. Fueron los policías, y ellos mismos se llevaron a los demás muchachos. Todo el Gobierno está igual, comentó Bertha Lara Martínez, madre de Julio César Ramírez Lara, uno de los normalistas asesinados desde el pasado 26 de septiembre al ser detenidos por la policía en Iguala.
A pesar de que su hijo ya no vive, se ha sumado a las manifestaciones de protesta para que aparezcan con vida los 43 estudiantes desaparecidos y que presumiblemente fueron asesinados y quemados, de acuerdo a informes oficiales.
Estamos realizando esta caravana para que los hechos de Ayotzinapa se esclarezcan y que el Gobierno ya no esté diciendo tantas mentiras. Queremos a nuestros muchachos de vuelta, a los que se llevaron por parte del mismo Gobierno, porque fue él mismo quien se los llevó y los tiene que entregar, señaló la mujer.
Ya les hemos dado mucho tiempo y no tienen resultados, dijo, sólo dicen que están trabajando. Estamos pidiendo al mundo entero que nos apoye, y sé que el mundo entero está con nosotros. Hacemos esta caravana para que se enteren de cómo son los hechos, pues no son como lo dice el Gobierno.
Agregó que cuando se les dio la versión de que el mismo día que los agarraron los asesinaron y quemaron fue como si se les hubiera echado un balde de agua fría. “Dicen que ese mismo día esparcieron las cenizas de los muchachitos, pero no es cierto, enfatizó, porque ese día estaba lloviendo a cántaros”.
Incluso, unos padres de familia fueron a corroborar los hechos, advirtió, y cuando algo se quema hay grasa y todo alrededor también está quemado, cuando ahí no había nada de eso. Por ello, no aceptamos la versión de las autoridades. “Son puras mentiras del Gobierno; nuestros muchachitos están vivos”.
Mi hijo estaba cursando el primer año, tenía 23 años y es uno de los caídos, de los que mataron en Iguala, agregando que los supuestos testigos de los hechos están mintiendo en sus declaraciones ante las autoridades. Las mismas, aseveró, son culpables de muchas desapariciones de familias en Iguala.
La vida nos cambió, y nada va a poder ser igual. Si se dieron cuenta, informó, el presidente no actuó de manera inmediata, sino que dejó pasar muchos días, lo cual fue importante para
que se llevaran a los muchachos, recalcó. “A él lo que le importa es que su familia esté bien, que su familia coma, y que los pobres se rasquen como puedan”, señaló.
Por eso estamos aquí, para que este asesinato de estado, no se puede decir que fue un accidente, no se olvide. Queremos que la población se una a nosotros para que no vuelva a pasar ni aquí ni en ningún lado.
Esto no sólo es Ayotzinapa. En todas partes están matando estudiantes para que no se sigan superando y se siga haciendo con los muchachos lo que le pega la gana al Gobierno, pero si nosotros traemos hijos al mundo es para que se superen y salgan adelante en la vida, para que no sean unos delincuentes como los que tienen ellos atrás.
En todos lados hemos encontrado mucho apoyo de las personas, y hemos encontrado que no nada más nosotros tenemos problemas, ya que no sólo a nosotros nos desaparecieron 43 estudiantes, sino que el mundo entero tiene personas desaparecidas. Hay gente que le han desaparecido a su familia y se están uniendo a nosotros por esa causa, agregó.
