Zacatecas Zac.-Este sábado 2 de marzo el reconocido director Raúl Miguel Rodríguez, de Madrid, España, dirigirá a la Orquesta Sinfónica Juvenil Universitaria, en el Teatro Fernando Calderón a las 19:00 horas en donde interpretarán obras de D, Shostakovich, la “Obertura Festival”, de Joseph Haydyn, así como el concierto para trompeta y orquesta, con el solista de la orquesta de Pachuca, Hidalgo; Alberto Sánchez Cárdenas, cerrando la presentación con la “Séptimo Sinfonía”, de Beethoven.
En entrevista con el director Raúl Miguel Rodríguez, durante el ensayo en el Auditorio de la Unidad Académica de Artes, el hombre de estatura media pelo al rapé de tez blanca y de ojos de color azul, bajó del escenario para una entrevista en donde con cierto desgano dejó a los integrantes de la orquesta “que aún necesitan seguir practicando”, así se los decía a la directora Cristina Pestana, que solicitaba diera un poco de su tiempo.
A regañadientes pero de buen talante el músico disculpándose y con un buen tono, respondió a los cuestionamientos haciendo alarde como buen director de orquesta de una gesticulación que permitió conocer de la humildad, al reconocerse como una persona que ha dirigido a las diferentes orquestas como la de Guatemala el mes pasado o la de Saigón, en Vietnam, aunque no hablaba el mismo idioma la música como las matemáticas hicieron “click”, dejando que se pudieran hacer entender con el idioma universal de la música.
Relató que llegó a Zacatecas en un sueño, que se hizo una realidad ya que durante el Festival que él organiza en Consuegra, Toledo; España; -tierra de Cervantes y en donde los molinos de Sancho Panza cobran una realidad distópica-, donde se reúnen estudiantes y docentes recibió la invitación para dirigir en Zacatecas, en el marco del aniversario de la Banda Sinfónica de Zacatecas que dirige Salvador García y Ortega.
Respecto a las dificultades sobre la dirección de orquesta señaló que siempre cuesta trabajo dirigir, pero que trata de buscar la perfección que “jamás encuentro”.
Parafraseó el poeta mexicano José Emilio Pacheco, que al ir a la imprenta llevaba el manuscrito a publicar y lo acompañaba con otro en el que llevaba las correcciones del mismo texto, recordó que en su perfección, “el hombre” en las reediciones de sus libros volvía a corregirlos, para buscar la perfección, “por lo que yo ensayo vibrantemente para que el público afirme si lo conseguí al dirigir una orquesta diferente”, que en cada ensayo siempre encuentra algo que perfeccionar.
Recordó que el año pasado que dirigió a la orquesta en Guatemala con la 5ª de Malen que se ensayó durante dos semanas, así como antes con la orquesta de Saigón; tuvo que ponerse un “sombrero diferente, nunca es el mismo sombrero dice mi maestro”, recordando a José Emilio Pacheco que rayaba en la exageración, para al final demostrar que no estaba conforme con lo que escribía, llegando al grado de que sus reediciones siempre fueron corregidas en afán de buscar esa perfección.
En ese mismo tenor agregó que como Pacheco, la poesía no la hacía el poeta sino el que la leía, pero con la música sucede los mismo, porque la música tiene muchas facetas en donde se enmarca el compositor que hace la obra, “luego esa obra la tenemos que llevar los instrumentistas, los directores y las orquestas, llevando ese mensaje estudiado y analizado al público” que tiene sus sensaciones por medio de sus experiencias porque no es lo mismo que la melodía la escuche en un disco y luego lo vuelva a repetir y según su estado de ánimo como audiencia; tendrá una percepción diferente.
Recordó además al escritor José Revueltas que creía en la revolución social y en esa sensación de creer que el mundo cambia, así comparó su actividad de dirigir que a la vuelta de veinte años en su carrera, como profesor de conservatorio, ha diversificado su actividad trabajando con diferentes profesionales de la música, como el reconocido director de orquesta Daniel Barenboim, o con muchos músicos latinos como el salsero Gilberto Santarosa, como con Paquito de Rivera con quién obtuvo un Gramy, dándole la veracidad de que los ritmos como el pensamiento, cambian el mundo por muy diferentes que estos sean.
Finalmente Raúl Miguel Rodríguez dijo que esa percepción que se logra en los ensayos no se consigue hasta que se interpreta ante el público, recordando a Diego Cigala que afirma que “él nunca canta un misma canción igual, siempre la canta diferente porque siempre el ánimo es distinto así como el público y los escenarios son diferentes, en donde al final el público es quién hace al que canta o que dirige”. Concluyó diciendo.
Por su parte Cristina Pestana, directora de la Orquesta Sinfónica Juvenil de la UAZ, invitó al concierto al que calificó de pretencioso porque presentará obras de, Shostakovich, la “Obertura Festival”, de Joseph Haydyn, así como el concierto para trompeta y orquesta, con el solista de la orquesta de Pachuca, Hidalgo; Alberto Sánchez Cárdenas, cerrando la presentación con la “Séptimo Sinfonía”, de Beethoven, algunos autores del repertorio tradicional español.
Comentó que la invitación de Raúl Miguel inició una gira por Latinoamérica, ofreciendo un concierto en Pachuca, Hidalgo, para continuar su gira por Venezuela y Cuba, por lo que la experiencia para los estudiantes de la Unidad Académica de Artes es una experiencia única, por la trayectoria de un director de reconocimiento internacional, pero que además ha conseguido brillar en los diferentes escenarios internacionales.
