Por: Jorge Gustavo Castañón Cisneros *

Mi papá es ciudadano americano, es decir, más mexicano que una artesaní­a oaxaqueña, pero para efectos que interesan, él es simplemente american citizen. Hasta donde sé, vive en Texas, aunque el condado lo desconozco. Tengo 11 años. Me llamo Adrian y yo también soy ciudadano estadounidense aunque en mi vida, que yo recuerde, he radicado en aquel paí­s. En mi primaria, en la calle y en todos lados soy mexicano, mexicano porque me parezco a mi raza de bronce, pero más por que me siento de aquí­.

En el dí­a del padre, medito sobre esa figura paterna tratando de recordar su rostro gesticulando, su voz, pero no lo puedo hacer. Mi mamá me dice que él sólo convivió conmigo un par de meses. ¿Qué habré hecho mal? Al final de cada evocación, el único padre que me viene a la mente es la faz de mi madre. Mi madre en los festivales de escuela, mi madre enseñándome a andar en bicicleta, mi madre haciendo la voz más ronca al momento de varios regaños.

He oí­do hablar a mamá con unos señores sobre papá. Que lo quiere localizar, que quiere saber donde está. Mis entrañas se alborotan ante esa posibilidad y no reconozco si por gusto, susto, duda o cualquier otro sentimiento, que a mi corta edad, no he descubierto aún. Y así­ da datos, saca copias de mi acta, ese chistoso pedazo de papel azulito que dice certificate of birth, y hasta fotos mí­as. Con decir que hasta una cuenta de facebook ha proporcionado quezque porque el dueño de esa cuenta es mi papá.

Debo admitir que, el otro dí­a le mande un face, le decí­a que era su hijo, que me aceptara, que platicáramos. Pero no me acepto la invitación, para mí­ que mi mami se equivoca y no es ese señor.

Es curioso, ella dice que papá se va ha hacer cargo de mi, que me va a dar para mis juguetes, mi escuela, mi ropa. ¿Sabrá él que tipo de ropa uso? Lo dice molesta, con enojo. Le veo ir y venir con esa gente. Nada más entiendo que el sabe que support para acá y que el support para allá y que pruebas para que no me niegue. En fin, en ocasiones hasta yo siento coraje y no sé porque. Supongo que es cierto lo que se dice, eso sobre la irresponsabilidad. Total, él nunca ha estado conmigo. Mi mamá ha hecho todo. Igual y si es malo ese señor.

Pero hoy es el dí­a del padre. Y va haber un festejo más en mi escuela. Tengo que ir. Si el señor ese da o no da, a mi no me importa. Según mamá, si lo hace, no me hará el hijo que siempre soñó. No cambiarán en gran cosa la situación. Seguiré así­. Así­ que mejor aprovecho para felicitar a mi papá, no al americano, sino a papá mexicano.  A esa persona que ha suplido su figura, sus labores, sus obligaciones. A aquella persona que me ha visto crecer, a la que le ha tocado doble festejo y doble regalo en cada festival.En este dí­a del padre, ¡Felicidades mamá!

PD. Es verdad, Adrian no dijo ni una sola palabra. No escribió ni una sola frase. Pero Adrian existe. Tiene once años. Es ciudadano americano por accidente y su padre, efectivamente está en proceso de localización para Manutención Infantil. Es verdad que lo anterior es una elucubración particular, una hipótesis personal que nació al observar aquel niño sentado al lado de mamá, tomando fuertemente su mano. Con la mirada taladrando el piso, en tanto hablábamos de cómo iniciarí­amos el proceso.

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