DESPUí‰S DE LAS ELECCIONES

(Segunda parte)

Por: Lic. Catarino Martí­nez Dí­az

1.- Por segunda ocasión el candidato de las izquierdas no alcanzó la victoria electoral en su búsqueda por la Presidencia de la República, los resultados ahora también le son adversos pero con más contundencia que hace seis años. Seguramente ya lo sabí­a durante el transcurso de la campaña polí­tica, las estrategias no le alcanzaron incluyendo la de los movimientos estudiantiles. Debemos reconocer que el esfuerzo desplegado en campaña por todos los candidatos fue muy intenso, como siempre sucede un grupo de polí­ticos cercanos a él fueron los beneficiarios directos de su posicionamiento, que en estados y regiones del sureste fue indiscutible. Desde hace muchos años vení­a trabajando esas regiones: Oaxaca, Tabasco y Guerrero son algunos ejemplos. La selección de candidatos al interior de las izquierdas fueron muy complejas, en estados como Jalisco y Guanajuato hubo grandes escisiones, fracturaron las estructuras que ya tení­an, y las alianzas con el Movimiento Ciudadano y el Partido del Trabajo lo hicieron aún más complejo. Es un hecho que el Distrito Federal a todas luces se condujo con sus propios recursos económicos y polí­ticos, que fueron muchos y que estaban respaldados en el trabajo de un Jefe de Gobierno con buenos logros, el mejor de los discí­pulos de Manuel Camacho Solí­s quien es desde mi perspectiva, el gran cerebro de las izquierdas. Por ello en el DF solventaron de manera inmejorable la contienda electoral.

2.- Respecto de Estados como Morelos con Graco Ramí­rez y Tabasco con Arturo Núñez, resulta muy interesante el análisis de lo que ahí­ sucedió. Por principio de cuentas, diré que se trata de dos polí­ticos con muchí­simos años de trabajo y lucha social. Graco es un hombre tenaz, congruente con lo que piensa, habiéndose mantenido siempre en la misma lí­nea; crí­tico y combativo hasta con el propio AMLO. Por fin alcanza el anhelo de gobernar a sus paisanos. Arturo Núñez es un hombre sumamente capaz, lo único que le faltaba era ser Gobernador de Tabasco, territorio que ahora se encuentra sumergido en un ambiente muy enrarecido. Los polí­ticos enfrentan una severa crisis de credibilidad y el sentido de pertenencia, no es el mejor. Familias enteras aportan cuadros a todos los partidos, y luego se regresan o intercambian sin el más mí­nimo recato, hechos que para los más ortodoxos de la polí­tica, no son las mejores medidas para reivindicar la polí­tica, anulándose por completo los atributos de ética y moralidad. A Don Arturo Núñez lo conozco muy bien, durante muchos años condujo la formación de cuadros ideológicamente preparados para la causa del PRI, debo señalar que permití­a que los alumnos aprendiéramos de él, tení­a la paciencia para escuchar y sobre todo para aconsejar. Cerca de Don Enrique González Pedrero y de un joven aguascalentense de nombre Otto Granados Roldán, seguí­an y practicaban las enseñanzas del venerable Maestro Don Jesús Reyes Heroles, el mejor de todos.

3.- Que importante para la vida nacional que las diferencias de la elección, se diriman por los cauces legales, Andrés Manuel sabe del desgaste que hace seis años le produjo tomar las calles y dañar severamente la economí­a del centro neurálgico de la capital del paí­s. Por ahora sin saber cuánto le dure ha decidido la ví­a legal, seguramente se deslindará de acciones que seguidores de su causa tomen más delante, aduciendo que él nada tiene qué ver, quien sabe también hasta dónde lo sigan las principales figuras de la polí­tica dentro de las izquierdas que como Ebrard y Mancera, iniciaron la construcción de su futuro polí­tico y saben que las medidas radicales molestan a la ciudadaní­a.

Como ya señalé fueron muchos los beneficiados del trabajo de AMLO, senadores y diputados plurinominales avalados por él gozarán de fuero y excelentes remuneraciones, serán partí­cipes de las grandes decisiones del paí­s y tendrán capacidad para seguir sosteniendo el movimiento del caudillo. Un Jefe de Gobierno y dos gobernadores más estarán en deuda con él, si no de lealtad por lo menos le deberán favores polí­ticos y él se los recordará.

Pareciera que AMLO está decidido a seguir siendo la figura de las izquierdas, la primera señal que ha mandado es que no se retirará a su casa que tiene en Tabasco y cuyo nombre es demasiado folclórico. Que lo prometió dirán sus crí­ticos, que lo aseguró dirán sus adversarios, sí­, es cierto, pero como se sabe dueño de un posicionamiento real, tanto que Marcelo Ebrard no se atrevió a encabezar una candidatura por el PRD, sabiendo que AMLO era dueño de las franquicias del Movimiento Ciudadano y del PT aunque significaran menor posicionamiento electoral.

En México los caudillajes han campeado a lo largo de la historia. El caudillo llega un momento que pierde hasta la noción del decoro y el valor intrí­nseco que encierra una palabra empeñada. En este caso también prometió aceptar los resultados de la elección, pero es más fuerte e irresistible para la condición humana de todo caudillo, seguir encabezando la actividad polí­tica, aunque en ocasiones se arrastre a toda una institución partidaria. En el caso de AMLO la tentación de darse una tercera oportunidad parece asomar en su horizonte, por ello está midiendo y pulsando la situación. Está dejándose arropar por los seguidores, dentro de las izquierdas se sabe y se siente caudillo. No olvidemos que una caracterí­stica del caudillaje, es el dominio de todos los subordinados. Para bien o para mal, en el ánimo del caudillo de él y nadie más, deben salir todas las indicaciones, las dirigencias de los partidos aunque se hable de coaliciones, estarán absolutamente sometidas a su determinación. Peligroso resulta cuando un individuo pierde la dimensión de los errores que se cometen, principalmente contraatacar a quienes no piensan como él, situación que lo largo de la historia, deja severos daños en la imagen y en el entorno polí­tico de los caudillos. El daño a la vuelta de los procesos, casi siempre es irreversible. Por ello mil veces bendita la libertad de expresión, y bendito el valor universal del sufragio; la secrecí­a en el acto de sufragar, es un elemento de incalculable valor para las naciones que lo contemplan dentro de sus sistemas electorales.

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