LA TRANSICIӓN PACTADA

 

Referente periodí­stico…

por Gerardo DE íVILA (*)

Mientras el ex candidato de las izquierdas, Andrés Manuel López Obrador, impugnó la elección del 1 de julio, buscando limpiar y anular el proceso, el pasado martes, el aún presidente de México Felipe Calderón Hinojosa se reunió en Los Pinos con Enrique Peña Nieto. Hasta ahora todo en el marco de la Ley.

Para los estudiosos del derecho electoral, a pesar del cúmulo de irregularidades y compra de votos, la autoridad electoral ratificará el virtual triunfo de la coalición “Compromiso por México”. El distintivo de esta elección fue que todos los partidos polí­ticos compraron votos, pero ahora con nuevas y modernas prácticas.

Sin tener aún su constancia que lo acredite presidente electo de México, porque la elección está impugnada en el polémico Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), el polí­tico mexiquense acuerda lo que para muchos es la “transición pactada”.

¿Pero es legal el encuentro de Calderón-Peña? ¿Ambos polí­ticos actúan conforme a la Ley? ¿Debieron esperar la determinación del TEPJF? ¿La reunión no presiona la discusión en el Tribunal? ¿Por qué ahora la reunión privada y no después de la resolución?

La mal llamada prensa nacional, dio cuenta que el encuentro duró 75 minutos y fue de carácter privado, donde el presidente de la República de extracción panista comprometió una ·transición ordenada y sin sobresaltos”. Esto es, tanto Peña Nieto como Calderón Hinojosa asumen que el TEPJF, antes del 6 de septiembre validara la elección.

Lo que sí­ es un hecho, es que tanto el polí­tico priista como el jefe del Ejecutivo Federal, están en su derecho de reunirse para acordar todo lo previo al cambio de poderes. Finalmente, ambos personajes asumen desde ahora que el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación no irá en sentido contrario.

Desde luego, hay voces que han opinado que tanto el presidente como Enrique Peña Nieto debieron esperarse, hasta en tanto el Tribunal no se pronuncie, pues López Obrador, hasta el momento se ha conducido en el marco de la Ley.

El problema de todo esto, es que la Ley Electoral sigue teniendo varias lagunas jurí­dicas. Por lo pronto, después de la elección del 1 de julio, también queda claro que el catálogo de delitos electorales debe incrementarse.

Lo que viene…

Resulta evidente, que lo verdaderamente importante en este momento, no es conocer si el TEPJF validará o no el virtual triunfo de Enrique Peña Nieto, pues los pronósticos indican que su victoria se hará oficial, más temprano que tarde.

En todo caso, la incógnita que hay en la atmósfera polí­tica es saber qué hará el ex candidato de las izquierdas, Andrés Manuel López Obrador y su miles de seguidores, después de que la autoridad se pronuncie y, en donde el resultado de la calificación desde ahora es previsible.

Por lo pronto, el próximo presidente de México, para evitar un posible boicot, podrá asumir el mandato en otra sede alterna, ante el escenario de que el Congreso de la Unión sea tomado por quienes no reconozcan la victoria. Hasta el momento, una veintena de Estados están de acuerdo, entre ellos, Zacatecas.

Decí­amos lí­neas arriba que los estudiosos y analistas señalan la inminente ratificación del Tribunal. Sobra de decir, que lo que menos requiere la nación son posiciones radicales de quien logró la segunda posición: López Obrador, con casi 16 millones de votos.

Lo que es de llamar la atención y que molestó a las izquierdas, fue la posición del TEPJF, quien apenas horas después de que Leonardo Valdés Zurita, consejero presidente del Instituto Federal Electoral dio a conocer el resultado del conteo rápido, acusó que “lo que no se obtuvo en las urnas no se puede defender en la mesa”. Desde luego la frase tení­a destinatario: Andrés Manuel.

Y por si lo anterior fuera poco, hace un par de dí­as la misma autoridad electoral pidió pruebas, no descalificaciones, nuevamente en alusión a López Obrador y a quienes lo defienden jurí­dicamente. En suma, el panorama está complicado.

Así­ las cosas, mientras la elección está en el Tribunal para su análisis, discusión e inminente calificación, los otros actores con sus equipos de trabajo, preparan el cambio de estafeta. Pero la duda persiste: qué es lo que viene una vez conocida la calificación de la elección por parte del TEPJF.

Los escenarios visibles:

El desconocimiento hacia el próximo presidente y la autoridad electoral.

La aceptación condicionada por parte de López Obrador y las izquierdas.

La resistencia civil por la ví­a pací­fica que para muchos no tendrí­a sentido.

Aunque una lejana posibilidad, pero una “oposición responsable” o.

Un acuerdo nacional entre el próximo presidente y los demás partidos, con la participación de actores polí­ticos con alguna dosis de autoridad moral.

En resumen, en toda esta historia, los acuerdos entre Enrique Peña Nieto con sus detractores se vuelven indispensables, si es que se dan. Dí­as decisivos están por venir y la espera de racionalidad e inteligencia de los actores.

En nuestra óptica, México no está para revoluciones sociales, pero tampoco para sometimientos como en el pasado. De los equilibrios dependerá la gobernabilidad. Ojalá y que la transición pactada se haya tratado este tema, además de la agenda nacional.

Para el anecdotario:

La violencia desatada en Zacatecas en las últimas semanas ofrece más dudas que respuestas de la autoridad.

Demasiados muertos en poco tiempo. ¿No cree usted?

Es mi opinión.

(* ) Periodista-

 

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