EVOCA ALFONSO GARCíA MORALES AL POETA DE LA ENGAí‘OSA SENCILLEZ: RAMí“N Lí“PEZ VELARDE

Zacatecas, Zac.- A unas horas de recibir el Premio Iberoamericano de Poesí­a “Ramón López Velarde” el filólogo español Alfonso Garcí­a Morales asintió, que el vate jerezano, a quien se dedican las XV Jornadas Lopezvelardeanas, continúa con una vigencia que ha trascendido espacios y tiempos especí­ficos, no sólo literarios sino plásticos.

El galardón que estaba en deuda, de acuerdo a lineamientos establecidos, por primera ocasión llegara  a manos de un español que, además de catedrático honorario de la Universidad de Sevilla, es “el mejor lopezvelardeano fuera de México”.

Así­ lo declaró Marco Antonio Campos, quien hace un par de años fue acreedor a tal condecoración y con quien, a la par del premiado de este año, desarrolló una nutrida charla sobre el autor de la Suave Patria, llevada a cabo en el Museo Zacatecano.

La evocación al poeta fue, como sus versos y prosas, intimista, incluso melodiosa al hacer un recorrido analí­tico por la obra del poeta que, según Garcí­a Morales, se acerca a él, inicialmente, a través de las referencias que Octavio Paz le legó, además de los estudios sobre postmodernismo americano que realizó a través de una beca de investigación, donde “el halo mí­tico” de López Velarde le acercó a sus creaciones.

Mediante un certero intercambio de anecdotarios y análisis detallados sobre la obra de López Velarde, Alfonso Garcí­a Morales y Marco Antonio Campos hicieron un vasto recorrido sobre el legado y consecuencia de los versos y las prosas, así­ como de las perspectivas de congéneres como Alfonso Reyes, Jorge Luis Borges, Xavier Villaurrutia, Gabriel Said, entre otros, que en variadas ocasiones fue punto de reunión y crí­tica.

Poemas como “La Sangre Devota”, que en palabras del Garcí­a Morales considera como uno de sus glosas más entrañables; “Zozobra”, un tí­tulo que nace tres años antes de ser publicado;  y “La Suave Patria”, que concentra no sólo provincia sino mexicanidad, fueron punto culmen para compartir con los asistentes tópicos lovezvelardeanos como el amor insepulto, la mujer mí­tica y la provincia añorable por el poeta que transfiere su lugar de nacimiento a todos los lugares posibles donde su obra no deja de ser atemporal.

Garcí­a Morales dijo que Alfonso Reyes consideró a Ramón López Velarde un prosista antes que versista, y que “el poeta evocado de la noche no necesita, ni merece, una clasificación concreta de acuerdo a lo que algunos de sus lectores y crí­ticos le han hecho”; por consecuencia, lo sitúa, atendiendo a las palabras que Jorge Luis Borges, profirió al referirse al jerezano: “López Velarde es un Leopoldo Lugones mejorado, era un prodigio…”.

Aseveró que el poeta del amor “que hasta en cuestiones abstractas justifica a la mujer”, Ramón López Velarde continúa con una vigencia que ha trascendido espacios y tiempos especí­ficos no sólo literarios sino plásticos, al ser tratado por el pintor español Julio Romero de Torres desde uno de sus personajes femeninos que se ha quedado en la memoria de sus lectores con mayor vigor.

Y se refiere a Fuensanta, plasmándola en la eterna ambigí¼edad lopezvelardeana como una mujer mí­tica, y también  real, ello presentado en carácter visual por Alfonso Garcí­a Morales que, además, mostró parte de lo que la Biblioteca Virtual Cervantes ofrece en torno a la obra del poeta jerezano.

Finalmente, los condecorados con esta insignia internacional, ahora lograda con mayor carácter al haber llegado a España a través de un impí­o catedrático, encendieron una luz más en la brecha que recorre al López Velarde y su poesí­a sacerdotal, mí­stica, mí­tica, provinciana y atemporal, considerándolo como “la encarnación mexicana del mito del poeta”.

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