Por: Manuel Ibarra Santos
Zacatecas, Zac.- Con el proceso de nominación de candidaturas en Zacatecas a puestos de representación popular por los diversos partidos, en la recta de inicio de campañas de cara a las elecciones del primero de julio próximo, la clase política en la entidad ha experimentado, como hacia años no sucedía, una inusitada reconfiguración plural, una inédita recomposición, un reacomodo impresionante, que en algunos casos singulares adquirió el perfil de purga extraordinaria.
Se ha gestado en esta coyuntura, en términos darwinianos, una especie de selección natural con nuevos actores y otros más reciclados de los más rancios núcleos políticos del pasado reciente.
Lo realmente cierto es que el centro de gravedad en el que se venían moviendo las elites políticas dominantes durante los últimos 20 años en el Estado se modificó de facto drásticamente e incluso las corrientes que han regenteado por años los sótanos y espacios burocráticos tradicionales del PRI entraron en psicosis por la incertidumbre prevaleciente en el actual proceso electoral. Algo similar se ha manifestado en los demás partidos.
En particular, algunas expresiones tradicionales del partido en el gobierno esbozaron desafíos – casi al nivel de conspiración – en contra de quienes ostentan el control de los hilos efectivos del poder público en Zacatecas.
Se les olvidó a esos grupos, que en una democracia clientelar como la mexicana, quien lleva mano (les guste o no) en una elección local es el gobernante en turno. Esa es una regla no escrita del sistema político vigente, que en la ortodoxia debiera respetarse. Y en Zacatecas el mando lo preside, incuestionablemente, Alejandro Tello.
Debido a tal empecinamiento de ciertas corrientes políticas al interior del PRI, es que se retardó casi al límite de los tiempos jurídicos, la definición del candidato a la presidencia municipal de la capital. Eso propiciará consecuencias.
Las tensiones latentes en este proceso, las neo/alianzas y rupturas, las coaliciones ideológicas contra/natura, conducirán a la reconformación de las fuerzas políticas zacatecanas.
TEORIA DE LAS FUERZAS POLÍTICAS.
Una fuerza política es “toda conformación social que intenta establecer, mantener o transformar el orden jurídico relativo a la organización del poder político, de acuerdo a la interpretación ideológica de una sociedad”, así lo define en sus obras el especialista español Pablo Lucas Verdú (1923-2011).
Dicho autor manifiesta que toda fuerza política supone la conexión de tres elementos a saber: 1).-ideología política; 2).-organización del ejercicio del poder público; y 3).-determinada estructura social.
La recomposición de las fuerzas políticas se origina, básicamente, en momentos de grandes crisis y tensiones sociales. Y esta condición histórica hoy se cumple.
LA DINAMICA DEL CAMBIO:
Las fuerzas políticas nacionales han sufrido en el transcurso del más reciente lustro una gradual recomposición. Las razones son muchas, pero las más de ellas están asociadas al agotamiento y crisis de representación del actual régimen democrático mexicano.
En particular el Partido en el poder de la república inicia la ruta rumbo a las elecciones con el registro de derrotas históricas. En el 2016 perdió siete Estados. Mantiene el control en 15 entidades y es oposición en 16.
El PRI tiene el control en 15 Estado que en conjunto representan 40.7 millones de votos ciudadanos. El dilema es saber si mantendrán la hegemonía en estas elecciones. El PAN gobierna 12 entidades con casi 14 millones de sufragios y el PRD cuatro. MORENA de Andrés Manuel López Obrador cuenta con una ola impresionante de simpatías, capitalizando el hartazgo, el dolor y la frustración producida por los efectos de los malos gobiernos.
Las propuestas y las ideas podrán conducir al triunfo, pero sobre todo la estructura y los recursos económicos.
