Por: Gabriel Contreras Velázquez
Zacatecas, Zac.-Contrario a los pronósticos que habíamos evaluado en este espacio durante las presidenciales del 2012, el gobierno de Peña Nieto mete en buen apuro a los gobiernos estatales y municipales en el tema del endeudamiento. Las palabras de Luis Videgaray cuando aborda el tema de la âiniciativa antideudaâ son claras y concisas, como el pensamiento del nuevo Secretario de Hacienda.
El avezado economista y especialista en finanzas públicas, supo que los gobiernos priistas en el país venían arrastrando compromisos monetarios importantes con la banca privada. Dicha situación fue una de las que más dolores de cabeza generó a la campaña política peñista del año pasado (la deuda en estados como Coahuila y Zacatecas fueron algunos ejemplos utilizados en la agenda electoral 2012).
Concuerda el escenario cuando al ser nombrado como Coordinador de Políticas Públicas, en los meses en que se realizó la supuesta âtransiciónâ de gobierno entre Calderón y Peña Nieto, Videgaray posó la mirada sobre el tema central de las finanzas del país: recurrir al endeudamiento a mediano y largo plazo de los tres niveles de gobierno (federal, estatal y municipal) para el pago de las funciones esenciales de gobierno.
La semana pasada el gobierno de Peña Nieto lanza el ultimátum a los gobiernos de los estados y a los municipios que se encuentran en crisis: mil 500, del total de los 2 mil 145, y cien de estos en el buró de crédito, según las cifras de la Federación Nacional de Municipios de México.
Las reacciones en Zacatecas no se hicieron esperar. Las palabras del gobernador Alonso Reyes se dejaron escuchar a nivel nacional, en donde habría de sugerir retóricamente que el programa de rescate a los municipios puede ser considerado dependiendo de las finanzas de cada entidad, contrario a la directriz federal de no ayudar más a los municipios que contratan deuda para el pago de conceptos como nómina, fondos de aportación al Instituto Mexicano del Seguro Social y luz.
Vaya relación con el gobierno federal de âamistadâ, donde, por un lado la visita de Peña Nieto a Atitanac y Fresnillo, convertidos ambos en actos mediáticos con fines electorales, se leyó como de apoyo, cuando en realidad lo único que hizo el presidente fue cumplir con las disposiciones legales que le facultan para elaborar y poner en marcha programas sociales. Los millones de pesos que trajo la administración federal para el seguro familiar, la sequía y el apoyo a mujeres, no son más que la lógica de compromisos cumplidos que suman activos a las campañas priistas de este 2013 y cristalizan la imagen de un presidente íntegro.
Esa lectura de âamistadesâ está generando un nuevo escenario donde el mandatario estatal ha perdido poder de gestión interna, y se ha amparado, con los costos políticos que esto trae, a la sombra de un presidente con un gobierno fuerte y estructurado. Que los resultados no son los que una buena parte de la ciudadanía esperaba es muy distinto a pensar que por ello el gobierno federal no funciona. Todo lo contrario. El gobierno existe, y se está robusteciendo con una estrategia que nadie esperaba antes de julio de 2012: la inclusión y el consenso.
Peña Nieto poco a poco va estableciendo límites de poder entre el concierto de gobiernos estatales, y el poder federal, de manera institucional. Al mismo tiempo extiende sus ramificaciones al interior del Congreso de la Unión. La âvisita cordialâ que realizara al Senado hace unos días (recinto que desde hace más de tres sexenios los presidentes dejaron de visitar) presiona en el punto sensible donde los acuerdos se han visto mermados por la oposición PRD â PAN: en la cámara alta, el partido en el gobierno es el único que no logra mayoría parlamentaria; y las reformas estructurales, médula del programa de gobierno peñista, políticamente se han estancado.
En la agenda de las reformas, la nueva vida política y financiera de los estados se encuentra en tiempos de transformación. El tema se presta al mismo tiempo para una reingeniería de la división político territorial del país: el municipio. Si en el sexenio de Calderón los gobiernos municipales se vieron minimizados desde el fenómeno de inseguridad, y la iniciativa de mando único, donde perdían control alguno sobre la seguridad de su población, en este sexenio, la recomposición orgánica del mapa político y financiero del país representa un cambio de implicaciones más profundas.
En la coyuntura, el diputado federal zacatecano Isabel Trejo âviejo lobo en asuntos financieros y presupuestales- ha reconocido que no existen las condiciones para invertir las participaciones federales para sanear las deudas municipales y estatales. El dato más llamativo es que Zacatecas depende en un 96% de esas participaciones.
En un análisis previo que realizamos en Periódico Mirador (https://periodicomirador.com/noticias/2012/11/05/segun-un-analisis-de-la-asf-zacatecas-incremento-vertiginosamente-su-deuda/) habíamos advertido que:
â⦠el secretario de Finanzas Fernando Soto Acosta mencionó el punto clave de la recaudación fiscal en un régimen federado como lo es México. Convenientemente explicó que una mayor recaudación estatal se convierte en mayores participaciones federales. Esas participaciones, en un estado que no se distingue aun por el crecimiento industrial y de servicios âal mismo tiempo que se refleja una mejora salarial-, son fundamentales para el funcionamiento de la burocracia, en especial durante las fechas cercanas a los procesos electorales.
âLas declaraciones contrastan con lo percibido en el Análisis del Informe de Avance de Gestión Financiera 2012, presentado también esta misma semana por la Auditoría Superior de la Federación, donde se previene que Zacatecas es uno de los estados que ha mostrado un descenso pronunciado en la recaudación de enero a junio de 2011 y 2012 âen que se realiza dicho estudio- logrando apenas establecer el 4.5% de participaciones (apenas arriba de Jalisco que obtuvo el 4.2 por ciento).
âLos datos también fueron cruzados con base en los Informes sobre la Situación Económica, las Finanzas Públicas y la Deuda Pública, Segundo Trimestre de 2012 que usted también puede consultar gratuitamente por internet. En ese mismo análisis se contempla que Zacatecas se encuentra dentro de los estados que, además de descender en su proceso de recaudación, sus participaciones federales fueron incrementando hasta llegar a un 10.7% registrado en el primer semestre de 2012, en relación con lo obtenido en 2011.
âEn ese mismo entorno fiscal, en lo que corresponde al ramo de subsidios, Zacatecas también se posicionó como uno de los estados con mayor obtención de recursos federales con un incremento del 321.1% comparado con los subsidios alcanzados el año pasado. De enero a junio de 2011 por concepto de subsidios en el estado se obtuvieron 109 millones de pesos, incrementándose en el mismo período pero de 2012 a 479 mdp.â
De esta manera, el escenario que se presenta para Zacatecas augura una crisis previa a la restructuración financiera que pretende el gobierno federal, ya que a menos recaudación menos participaciones federales. Ahora bien, la recaudación municipal es apenas utilizada para paliar algunos gastos en los ayuntamientos. Se entiende la preocupación del mandatario Alonso Reyes cuando pide revisar las condiciones particulares del endeudamiento de cada entidad, puesto que en el caso de Zacatecas, el presupuesto federal es lo que mantiene a la economía y finanzas estatales en un la parte más floja de la cuerda.