“El rey ha muerto, viva el rey”

Por: Bernardo Camarillo / MIRADOR

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“Quieres ser malo, cásate; quieres ser bueno, muérete”. La amplia gama de refranes y dichos populares deja siempre una lección, y deja ver lo afilado de la sabiduría popular. Se va Miguel Alonso Reyes, pero no podemos dejar de mencionar algunos de los elementos más destacados de su gestión, y no precisamente positivos.

Para comenzar, según boletín emitido por su equipo de Comunicación Social, inauguró el Centro Cultural «Toma de Zacatecas», cuya construcción representó una inversión de 387 millones de pesos.

De acuerdo al despacho, el espacio ayudará a consolidar a la entidad como destino cultural “por excelencia”, puesto que tiene capacidad para dar albergue a 4 mil 200 espectadores. Sin embargo, sería bueno también comentar que a pesar de las aceleradas faenas que se realizaron, el recinto o fue terminado. Quedan sitios donde los detalles finales no se alcanzaron a colocar, y se habla de goteras.

Lo más importante del tema, además de la buena intención, es ver activo el lugar con espectáculos y presentaciones que de verdad hagan que valga la pena la cantidad de millones invertidos. Siempre quedará el riesgo latente que se convierta en un inmueble inútil, o como se dice, en un elefante blanco, de relumbrón.

Eso sí, será el edificio que abrigue a la Banda Sinfónica del Estado de Zacatecas, que bien merecía un espacio digno, acorde con la investidura de talla mundial que se ha colocado la institución a lo largo de muchos años.

Un chaleco muy grande es el que ha de vestir quien ocupe el cargo en el departamento de Cultura.

También se queda pendiente la feroz ola de violencia que cubre la entidad, la cual no se puede disimular por mucho que se clasifiquen los asesinatos en fuero federal y local. Que si son del crimen organizado o no, que si andaba en ese ambiente…

Se trata de lamentables sucesos que rebasan por mucho la capacidad de prevención y respuesta de las autoridades. Ciertamente el fenómeno es nacional, pero basta con echar mirar al interior de la casa, en un primer momento.

Finalmente, cubre un velo de sospecha la administración del gobernador saliente. Hay algunas denuncias pendientes y que ciudadanos organizados se están encargando de “puchar” ante las instancias correspondientes. Todo por el infame tema de la corrupción a lo largo del sexenio, y no solamente por el incómodo hermano.

Será interesante ver, además, en qué acaban los temas judiciales respecto a las posibles elecciones extraordinarias en la capital del estado, donde hay quienes señalan a Alonso como el organizador del “complot” contra Soledad Luévano, de Morena, quien habría dicho en su oportunidad que revisaría con lupa las finanzas del ayuntamiento capitalino.

Al parecer, sigue soltero, pero continúa en el ojo del huracán, y así será por un buen tiempo, aunque traslade su residencia a la Ciudad de México. Adiós a la casa amueblada al estilo de lujoso hotel en Las Vegas…

Tal vez ahora cesen los pasos en la azotea. No más referencias al gobierno de Amalia en informes y entrevistas de banqueta. El mejor referente para un gobierno es la calificación de la gente, y parece que esas cifras de pobres en la entidad, lo mismo que el número de asesinados, no le dan una buena nota. Vuelta a la página, y a lo que sigue.

“El rey ha muerto, viva el rey”.

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