A través del cristal… El agandalle en los antros…

Por: Bernardette Camarillo / MIRADOR

Zacatecas, Zac.- Iniciamos esta serie de colaboraciones en Periódico Mirador con una experiencia que tuvimos este fin de semana. El pasado viernes por la noche, mis amigos y yo decidimos ir a un antro popular en la zona conurbada de Zacatecas y ese día me pude dar cuenta de muchas cosas de las que tal vez todos ustedes están al tanto o tal vez no.

Todo empezó como una noche de fiesta como cualquier otra, habíamos llegado algo temprano, puesto que hicimos una reservación, desde ahí pudimos notar que había algunas cosas mal, llamamos unos días antes y pedimos que nos reservaran una mesa para 15 personas, pero cuando llegamos, nos encontramos con cuatro mesas súper pequeñas y con apenas 7 sillas para todos, algo que resultó súper incómodo cuando vas con tanta gente o cuando eres mujer y llevas tacones.

Debido a la hora en la que nos encontrábamos ahí, había muy poca gente, la música estaba muy baja y aún podíamos escuchar lo que el otro decía, de tal manera que logramos darnos cuenta de la conversación que tenían los meseros que nos atendían, oímos como uno le decía al otro: “Tu saca tu celular y empieza a hacer cálculos a lo tonto, ni se dan cuenta de lo qué estas haciendo y así les sacas más dinero”. Lo que tiene mucho sentido y algo que yo jamás había pensado. Imaginen la situación, estas tomado, llegan y te empiezan a hacer cálculos a lo tonto ¡claro que terminas pagando lo que ellos te dicen!.

Dicho y hecho, cuando pedimos la cuenta llegó la chava que nos atendía, empezó a hacer sus cuentas en su calculadora, nada tontos nosotros, le pedimos que nos trajera el ticket de lo que habíamos consumido y ¿adivinen qué? ¡nos estaba cobrando como $250 pesos más de lo que se suponía debíamos pagar! Y claro que no nos dejamos y le pagamos lo justo. Honestamente, esto es un abuso por parte de los meseros, está muy mal que se aprovechen así de las personas, sobre todo cuando están en estado de ebriedad. Aunque espero que también los que continúen yendo a los antros se fijen en lo que les cobran, siento que nos confiamos demasiado de lo que nos dicen y perdemos mucho de nuestro dinero en esas situaciones, así que ¡cuidado chavos! No dejen que estas cosas les pasen a ustedes.

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