¿PRI-PVEM 2016?

Agenda Política

Gabriel Contreras Velázquez

El ambiente electoral estatal en sus primeros días atravesó sin sobresaltos y con pronóstico adelantado. Relativamente predecible como normalmente lo son los procesos electorales federales intermedios por depender de los temas de la agenda nacional, las dirigencias locales –salvo mínimas excepciones, y a veces-, sus candidatos y operadores, no polarizan.

Y es que lo que tiende a repetirse en el vigente mercado electoral son las polémicas recientes entre los partidos, con lo que vemos a un Acción Nacional con una campaña muy efectiva en términos de llegar a la entraña del votante, utilizando el desprestigio acumulado del Revolucionario Institucional, quien lento en reaccionar, y con una respuesta más para amortiguar el guantazo que para esquivar el golpe, le dio juego a los albiazules. Al replicar en los mismos términos (con controversias sobre sus contrarios) no dimensionaron que ellos llevan las de perder porque son gobierno.

El PAN no tiene un “punching bag” llamado Peña Nieto, por lo que el sacrificio de algunas de sus figuras -ya quemadas, por cierto- como los gobernadores Guillermo Padrés y César Duarte, es nada a comparación de la ganancia que obtienen de nutrir el escándalo de los funcionarios del gabinete del “nuevo” PRI (Osorio Chong, Korenfeld, y la primera dama, los estelares de estas últimas semanas).

La otra gran campaña, la del tercer lugar, ya dejó en la carrera al PRD. La deshidratación de las filas de los del Sol Azteca es el núcleo de sus crisis de captación de votos. No conforme con ello, las fotografías del líder nacional de “izquierda” -en el aburguesamiento político- arribando a un mitin en helicóptero es símbolo inequívoco de la pérdida (y a la vez, reafirmación) de identidad de grupo de tribus electorales.

El terreno de los discursos (léase: retórica) populistas y de la izquierda en su “renovación moral” indudablemente pertenece a López Obrador. Y no de hoy. Desde hace dos campañas presidenciales el experto en la oratoria del resentimiento, del todo o nada, del blanco y negro, de la “mafia en el poder” y la “esperanza” para el país, del “habrá revolución si hay imposición”, del “saqueo a la nación”, y más recientemente, del Aristegui mártir de la “represión” (en voz de Denise Dresser, Lorenzo Meyer y Sergio Aguayo), va en el carril de alta velocidad, sin competencia alguna, enfilado hacia 2018. El proyecto de MORENA es (obligadamente) el de López Obrador, sus candidatos también.

No guste o no, su retórica también es sencilla y eficaz. Jugar con la memoria histórica desde la óptica de “el bueno” y “el malo” aún es parte de la consciencia colectiva mexicana, menos parecida a los estándares democráticos, y más cercana a las viejas loas del nacionalismo revolucionario. Es la cultura política predominante, sesgada y de silogismos simplones, que ve en un presidente el conjunto de todos los males que aquejan al país.

Por el tercer lugar también van los Verdes, en el peor momento de su historia política, y de paso, de la campaña. Endeudados por casi 200 millones de pesos por multas de sanciones, tuvieron algunos meses para volar libremente (léase: por encima de la norma) en los medios, regalar monederos electrónicos, boletos de cine, útiles escolares, mochilas, papelería, envolver kilos de tortillas con el logo impreso en papel estraza, difundir “informes” legislativos en precampañas, nombrar voceros (pre candidatos de facto) para su propaganda política, y lo que se vaya sumando.

Es tal el margen de acción de nuestra normativa electoral que incluso las multas serán impuestas hasta después de las campañas, para no “quebrar” al partido y pueda participar en la elección. De fondo el mensaje se mantiene: es viable y redituable jugar en las antípodas de la ley.

Como dato curioso, además, es rescatable que el Partido Verde atraerá un crédito para pago de sanciones en el Banco Interacciones, especializado en manejo de deuda de gobiernos municipales y estatales, con un capital revolvente patrocinado, nada más y nada menos, que por el erario público. ¡La administración de deuda pública es un negocio bárbaro!

Pues bien, en Zacatecas al Verde no se le van facilitando las cosas. Con la serie de sanciones impuestas, su campaña en 2016 aprovechará menos los resquicios legales. Irse por la tangente será darle capital político a la oposición para impugnaciones de todo tipo, y con los antecedentes de esta elección federal los tribunales difícilmente cambiarán el sentido de lo antes reafirmado.

El senador Tello anticipaba el asunto en entrevista radiofónica la semana pasada al sentenciar que: “no somos un partido [el PRI] que esté buscando el filo de la navaja, buscando como violar la ley, sino que nos apegaremos en todo momentos a la legislación”.

Sobre advertencia no hay engaño, dicen, pero en el Verde han dejado claro que se mueven con inmodestia ante cualquier escenario.

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