La realidad ausente

Agenda Política

Gabriel Contreras Velázquez

Zacatecas, Zac.-Nada nueva la carencia de profundidad, de argumentos, de disertación, de crítica, etc., en los debates entre candidatos, tanto en elecciones federales como en las locales. Hace tiempo que esos ejercicios se convirtieron en un rosario de propuestas sin un diagnóstico serio, concreto, conciso y estructurado.

Tampoco pasó desapercibido el poco esfuerzo y sensatez con que el Instituto Nacional Electoral, mediante sus Consejos Distritales, estableció preguntas sin pertinencia e incumbencia a la agenda de temas que se debaten en la Cámara de Diputados actualmente.

En ocasiones incluso se dio preferencia al morbo, antes que la realidad política. Por ejemplo, en el Distrito II se preguntó sobre el aborto sin que hoy exista un debate político y cultural, articulado en la sociedad zacatecana. No es un tema que se haya abordado con formalidad en la Legislatura local, y mucho menos es un tema que para la 63 Legislatura, en San Lázaro, tenga un mínimo de prioridad frente a la cascada de leyes reglamentarias subsiguientes a las reformas “estructurales” aprobadas en los últimos tres años.

Como si el Poder Ejecutivo y Legislativo federales estuvieran en condiciones de detener el tren legislativo donde se están cristalizando “nuevas” leyes a nivel Constitución federal, para lanzar posicionamientos sobre una discusión que políticamente ha quedado más en manos de los gobiernos locales con mayoría legislativa, ya sea a favor del derecho de la mujer de decidir, o a favor de la vida.

Claro, los candidatos sólo podrían pronunciarse en la esfera de su percepción individual, y a veces en la agenda de sus partidos, tomando en cuenta que si se está a favor o en contra del aborto se ganan o se pierden votos. Y nada más. El tema se medio agotó, se medio abordó, se disimuló, y concluyó. Vaya usted a saber qué otro día vuelva a discutirse en los próximos tres años en San Lázaro, si es que se discute.

Ahora, si así fue en el caso del aborto, en problemas de corte nacional la cosa estuvo igual de dispersa. A destiempo, en un formato que privilegia la síntesis del mensaje (y algunos ni eso) antes que la exposición nutrida pero simplificada del mismo, los motivos, los puntos endebles, la crítica argumentada, y el posicionamiento político.

En rondas de uno, dos o tres minutos, los candidatos sólo lograron repetir lo que escuchamos todos los días en sus spots de 30 segundos. Y no es que en tres minutos no se pueda dar captar la atención del votante, el problema es que con los candidatos que tenemos, tres minutos es mucho para escucharlos leer (y otros ni eso) sus ideas improvisadas.

Saturar al mercado del voto con propuestas que a veces no tienen ni pies ni cabeza, no abona a razonar la elección en la urna. Al menos no en lo que atestiguamos en esos debates.

¿Y los fenómenos políticos que se viven a diario? Ajenos totalmente al “debate”.

El pasado 29 de abril, este periódico dio a conocer las antípodas del conflicto político que se vive en la comunidad de Matamoros, del municipio Melchor Ocampo. Pertenece al Distrito III, con cabecera en Zacatecas, para esta elección. Ningún candidato hizo referencia a la disputa entre ejidatarios y la empresa minera canadiense Gold Corporation. Ni siquiera el candidato del PRD, José Narro, quien teniendo a su alfil, Felipe Pinedo, en el Frente de Lucha Popular de Zacatecas, hacen como que defienden a los ciudadanos afectados.

¿Qué hay de fondo? Un conflicto por los recursos naturales de la comunidad que habitan aproximadamente 260 pobladores. Sucede que la empresa minera pagó a los ejidatarios por una servidumbre de paso, alrededor de 3 millones de pesos, en un “convenio” en 2013 sin asesoría legal ni técnica donde según los zacatecanos de Matamoros, nunca se habló de la posibilidad de extraer agua del subsuelo para el uso de la empresa en sus actividades de extracción de minerales.

Los ejidatarios reclamaron la renegociación del convenio para incluir el derecho de extraer agua de sus tierras mediante un bloqueo para impedir los trabajos de construcción de una subestación eléctrica y otra de rebombeo hidráulico, por parte de la empresa, en terrenos de la comunidad de Matamoros.

Exigieron una mesa de diálogo con la empresa y con Gobierno del Estado, a lo que un medio local (tipo gacetilla de gobierno) respondió con una versión de la historia poco corroborable. Los pobladores fueron acusados de extorsión, despojo y amenazas, y detenidos por la Policía Estatal la madrugada del pasado 8 de mayo, para luego ser dejados en libertad “con reservas de ley”.

No hay consenso, no hay diálogo, sólo un uso cuasi privado de las autoridades de “seguridad pública” para favorecer y resguardar a la empresa canadiense. Pero nada de eso fue relevante para ningún candidato, ni partido político. Hablaron de todo, menos de la realidad.

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