Fotos: Misael Camarillo / MIRADOR
Zacatecas, Zac.-Aunque Disability Rights International trabaja sólo sobre derechos con personas con discapacidad, como defensores de derechos humanos en general, Humberto Guerrero, director para México y Centroamérica de la mencionada organización, dijo respecto de los hechos suscitados con los estudiantes normalistas de Ayotzinapa que se trata de un hecho lamentable y representan una franca violación al derecho internacional de los derechos humanos, donde la responsabilidad del Estado mexicano en su conjunto está claramente establecido.
Es responsable, agregó, porque ya se demostró la participación de agentes municipales y autoridades, además de que en su actuación en la investigación y esclarecimiento de los hechos hay algunas fallas que violenta lo que se conoce como el Debido Proceso y Acceso a la Justicia de las Víctimas, y hay que recordar que mientras no se esclarezca el paradero de las personas, el delito de la desaparición forzada, que es el que se cometió en este caso, se continúa cometiendo. Es una violación permanente o continua hasta que no se establezca con pruebas cuál fue el paradero final de la persona.
Al día de hoy, a más de 50 días de la desaparición de los estudiantes, el Estado mexicano sigue cometiendo el delito de la desaparición forzada de personas, dijo Guerrero. Si bien la PGR ya dio una versión sobre la muerte de los normalistas, que se obtiene por declaraciones de algunos probables responsables de los hechos, aún faltan pruebas periciales por realizarse para tratar de corroborar la información.
Así, no podemos dar por un hecho que el relato de los hechos sea un acto cierto, añadió. Por otro lado, estos hechos dejan en la percepción mexicana de una seria descomposición del Estado democrático y de Derecho en el país, donde hay una evidente colusión entre el crimen organizado y las autoridades, lo que va más allá de que el crimen organizado corrompa por medio de dinero o sobornos a las autoridades, sino que se ambas partes ya están actuando juntos, lo cual es muy grave.
Más allá de la investigación concreta de los hechos, las autoridades mexicanas tienen que dar un mensaje muy fuerte de que las cosas en México tienen que cambiar, porque si no, se corre el riesgo de caer en un espiral de violencia generalizada. Un pueblo que ve que no hay la mínima posibilidad de confianza en sus autoridades, qué le queda?
Eso explica, por otro lado, por qué tenemos fenómenos como las autodefensas, por qué tenemos manifestaciones de enojo y de tanta rabia, donde se queman oficinas de gobierno, de manera que hay que poner atención a eso, señaló el experto.
Además, señaló que en la crisis de derechos humanos que vive este país el nombramiento de un nuevo Ombudsman nacional es un mensaje clave para la sociedad. Lamentablemente las señales no son muy alentadoras y lo que se tiene es una confabulación para tratar de continuar con un estado de simulación de cumplimiento de los derechos humanos a través de diversos mecanismos de legitimación, y en este caso la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) sería uno de ellos.
La Comisión nacional viene de una crisis de legitimidad desde hace mucho tiempo, y cualquier esperanza de que hubiera un cambio en ella para que cumpliera realmente su rol y pasara de ser una especie de protección para las personas frente al poder avasallante manifiesto en casos como el de Tlatlaya, se ha esfumado.
La CNDH, y los derechos humanos en general en el país, atraviesa por una crisis fuerte, si no es que esto representa la continuación de una crisis que viene desde hace mucho tiempo atrás. Las organizaciones de derechos humanos, en distintos temas, hemos venido continuamente denunciando que en México se vivía en un estado de simulación en cuanto al respeto a los derechos humanos, y los acontecimientos recientes, tanto en la elección del nuevo presidente del organismo, Ayotzinapa y Tlatlaya confirman ese estado de simulación, advirtió.
En su momento recurrir a instancias internacionales como la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, la corte Interamericana, representaron una esperanza de tratar de abrir la puerta a cambios reales, pero luego de varias sentencias de estos organismos y de recomendaciones del Sistema de las Naciones Unidas, los cambios reales no se ven.
Por lo que se refiere a Zacatecas, señaló que no conoce el contexto, por lo que no tendría mucho qué decir a cerca del respeto a los derechos de las personas, omitiendo emitir una opinión. Sí señaló, sin embargo, que la regla general es que las discusiones y debates tienden a centrarse en ciertos lugares específicos, como en el DF, por ser sede de los poderes federales, o en algunos estados con casos emblemáticos como Guerrero o Chiapas, pero los derechos humanos son una idea muy lejana para las personas que viven en los estados.
Hablar de derechos humanos es idealístico para las personas, agregó, ya que no coinciden con su realidad, es un choque brutal donde no existen los derechos y estos parecen una fantasía. Esto se agudiza mientras uno más se va alejando de los lugares donde se discuten este tipo de temas.
Finalmente, el presidente en México de Disability Rights International señaló que le da gusto la serie de manifestaciones de estudiantes, y que se hayan manifestado por fin. Esperamos que no baje la atención ni la indignación por lo que está pasando. “Nos habíamos tardado en reaccionar, dijo, y espero que se mantenga la indignación, pero que también haya la capacidad de darle una base organizativa e ideológica suficiente para poder ir a la acción y lograr cambios”.
