México, D.F.-Es obligación de un gobierno democrático procurar las condiciones materiales para la creación y la investigación y está obligado a multiplicar los beneficios de la educación y la cultura, bajo el respeto de la libertad de sus maestros, científicos y creadores, expresó hoy Eraclio Zepeda Ramos a nombre de los ganadores del Premio Nacional de Ciencias y Artes 2014, que hoy fue entregado en la sede de la Secretaría de Educación Pública.

“En la encrucijada en la que estamos viviendo hay situaciones que pueden impedir el desarrollo de la democracia que buscamos”, añadió el escritor en su discurso durante la ceremonia en la que los premiados recibieron la máxima distinción que concede el gobierno de la República a investigadores, intelectuales y creadores.

Zepeda Ramos recordó que el jefe del Ejecutivo propuso hace unos días 10 puntos para el desarrollo de la democracia. “Este paso implica, por parte del gobierno, el reconocimiento de la necesidad de cambios políticos y sociales. Y por parte de los ciudadanos, la exigencia de una mayor precisión y metodología para la aplicación de estos puntos y otras demandas que resulten, no de la barbarie, sino del diálogo y la discusión”.

Advirtió que el éxito de dicha empresa sólo podrá alcanzarse con la participación de la sociedad y del gobierno. “Esperamos que estas rutas, una vez profundizadas en amplios consensos, afiancen la lucha en contra de la corrupción y de la delincuencia que señorea sobre este país dolido por la impunidad. Y que los cambios lleguen a nuestras provincias”.

Los ganadores este año del Premio Nacional de Ciencias y Artes (PNCyA) que recibieron hoy sus respectivos galardones fueron: en lingüística y literatura, María de los Dolores Castro Varela y Eraclio Zepeda Ramos; en bellas artes, Arnaldo José Coen Ávila; y en historia, ciencias sociales y filosofía, Néstor Raúl García Canclini y Enrique Semo Calev.

En el rubro de ciencias físico-matemáticas y naturales se reconoció a Carlos Federico Arias Ortiz y Mauricio Hernández Ávila; en tecnología, innovación y diseño, la distinción recayó en José Mauricio López Romero; y en artes y tradiciones populares se seleccionó a Carlomagno Pedro Martínez y Alberto Vargas Castellano.

En el evento oficial, tradicionalmente encabezado por el presidente de la República, esta vez corrió a cargo del secretario de Educación, Emilio Chuayffet. La mesa de honor la integraron la secretaria de Salud, Mercedes Juan; el director de Conacyt, Enrique Cabrero; el rector de la UNAM, José Narro; el director del IPN, Enrique Fernández; el presidente de Conaculta, Rafael Tovar y Teresa; el rector de la UAM, Salvador Vega y León, junto con los diez ganadores del PNCyA 2014.

José Narro fue una de las tres personalidades que tomaron la palabra durante el evento. En su discurso resaltó que “hoy más que nunca es importante promover y cultivar los valores laicos que nos unen como sociedad”.

Dijo estar seguro de que la cohesión y la estabilidad de las sociedades requieren de la existencia de una ética colectiva compartida y de que los valores que derivan de ella puedan ser debidamente transmitidos a niños y jóvenes.

“México está de luto. Para procesar debidamente el duelo, se hace necesario hablar. Es por ello que en los últimos dos meses hemos caído paradójicamente en la convergencia: en la misma ceremonia una celebración y del recuerdo de una pena. Hoy no es la excepción”, expresó ante invitados de la comunidad académica, científica, intelectual y artística, así como por familiares, amigos y medios de comunicación.

El también miembro de la Academia Mexicana de Ciencias sostuvo que se debe solucionar la crisis que hoy vive el país mediante la consolidación de un verdadero Estado de Derecho: “Un Estado que garantice que la vida en común transcurre en paz, con estabilidad, con mejores medios para progresar en todos los sentidos, los materiales y los del espíritu, los personales y los colectivos; los jóvenes deben saber que son compatibles la protesta y el trabajo”.

Narro propuso hacer una pausa y reconocer que solo hay un país y que por su futuro todos debemos responder. Apuntó que se está a tiempo de recuperar la seguridad de la nación, pero que si las instituciones se desquebrajan, no habrá nada para nadie. “Es el momento de unir voluntades y esfuerzos, no de dividirnos. Es el momento de reconocer las fallas y de resolverlas. Es el momento de pensar en nuestra patria”.

En tanto, el responsable de la política educativa del país, Emilio Chuayffet, a nombre del presidente de la República, mencionó que la organización de la ceremonia de entrega del PNCyA fue para honrar a quienes han trabajado incansablemente, ya que los ganadores de dicho Premio son expresión de generaciones diversas y visiones distintas, en las cuales el esfuerzo por construir una nación plural y equitativa ha sido entre ellos como un denominador.

“Los científicos, los pensadores, los creadores y los artistas que llegan a puntos tan altos como ustedes –dijo a los premiados- lo han conseguido gracias a su perseverancia y dedicación, sabiendo que la auténtica gloria no radica en el fulgor momentáneo sino en el aporte que trasciende a su tiempo y a la circunstancia”.

El funcionario reconoció que “el viaje” hacia un México mejor no ha sido ni será fácil, que seguirá exigiendo voluntad y perseverancia a todos, ya que sin duda seguirán existiendo obstáculos y resistencias pero se podrán superar con la voluntad de todos.

En el “Patio del Trabajo” de la SEP donde se llevó a cabo la ceremonia y se develó una placa con los diez premiados de este año, Emilio Chuayffet resaltó que los nombres que en ese lugar se resaltaban eran testimonio que “desde los muros de este palacio de la educación, como lo llamo Vasconcelos, se elevará siempre un silencioso pero elocuente recordatorio de la dimensión de su talento y amor por México”.