CUNDE DESESPERACIӓN EN PLANTí“N DE TRABAJADORAS DE MEXICANA

Sin opciones de empleo, sobreviven en la informalidad

Por Guadalupe Cruz Jaimes

México, DF.-(CIMAC).- A cuatro dí­as de que se cumpla un año de la suspensión de actividades de Mexicana de Aviación, las trabajadoras de la aerolí­nea sostienen que se mantendrán en lucha por la recuperación de sus empleos pese a la “desesperante” situación económica.

Janeth Hernández llevaba 12 años trabajando para esta empresa en el área de ventas, tení­a seguridad social y percibí­a alrededor de 14 mil pesos mensuales. Actualmente, “para poder subsistir” le ayuda a su hermano en un negocio familiar y recibe 600 pesos a la semana.

Para completar un ingreso que le permita mantener a sus dos hijas (de cinco y un año de edad), tiene un puesto de comida los fines de semana, y recién comenzó a vender cosméticos por catálogo.

Janeth ha buscado trabajo sin tener éxito. “Tengo 37 años de edad y ya no me consideran productiva… entre los requisitos que piden las empresas está tener menos de 35 años. Y donde me han aceptado me ofrecen 3 mil 500 pesos al mes”, señala con asombro, pues ese salario es insuficiente para la manutención de sus niñas.

En entrevista en el plantón que instaló el personal de la aerolí­nea desde el pasado 6 de julio en las inmediaciones de la Secretarí­a de Comunicaciones y Transportes (SCT), Janeth Hernández pide justicia: “Que se investigue a los responsables de la quiebra de Mexicana y que quienes hemos sacado adelante a la empresa con nuestro trabajo diario, recuperemos nuestro empleo”.

ZOZOBRA

“Tenemos fe y esperanza de que Mexicana vuelva a volar para continuar con nuestro trabajo”, afirma por separado Antonieta González, quien desde hace cinco años laboró en la aerolí­nea en el departamento de servicios a bordo.

En su área laboraba el personal con menores salarios (entre 3 y 5 mil pesos mensuales, más prestaciones), y su labor consistí­a en preparar los cajones de café, azúcar, bebidas, alimentos, así­ como los cobertores, almohadas y audí­fonos para las y los pasajeros.

“Viví­amos al dí­a, no tenemos grandes ahorros, y ahora hemos hecho de todo para sobrevivir” sin un sueldo durante este año, narra Antonieta.

Desde hace seis meses, ella y su hija, quien tiene una discapacidad auditiva, venden manzanas con caramelo o cubiertas con chamoy en una escuela para “sobrellevar la situación, vamos saliendo con lo básico, Dios no nos deja”, dice la mujer de 45 años de edad.

Adriana Rocha, quien trabajó en un call center para Mexicana desde hace 17 años, espera recuperar su fuente de trabajo de la cual dependen sus hijos. “Como padre y madre a la vez, la situación es más dura, se complica todo”, explica.

Hasta julio pasado, ella fue una de sólo 90 personas que continuaron con su empleo en la aerolí­nea dando atención telefónica a la clientela que solicitó un reembolso de sus boletos adquiridos antes del cierre de Mexicana.

Adriana percibí­a 7 mil pesos mensuales, la mitad de su sueldo. De esos 90 trabajadores y trabajadoras “en guardia”, únicamente cinco siguen laborando.

Sin ocultar su desesperación, Rocha acusa que las autoridades “no nos están respondiendo, nos tiene con el pie en el cuello”.

El personal de tierra de Mexicana de Aviación está conformado por 2 mil 500 personas, de las cuales cerca de 40 por ciento son mujeres, la mayorí­a ocupadas en el área de Ventas, Reservaciones, Tráfico y Finanzas.

Diana Patricia Rodrí­guez laboró en el área de ventas de la aerolí­nea durante 31 años. Y hoy, asegura, está “desgastada moralmente”, pues a sus 50 años de edad las empresas reconocen su preparación y experiencia, “pero al momento que les digo mi edad me cierran la puerta en la nariz”.

A la trabajadora de la aerolí­nea le hacen falta 10 años para poder jubilarse. Y mientras se soluciona el conflicto ella ha comenzado a vender bolsas entre sus conocidas, también hace pasteles y sándwiches que vende en la escuela de uno de sus sobrinos.

El ingreso que Diana Patricia consigue es para solventar los gastos de su hija, quien estudia arquitectura, y para las medicinas de su mamá.

Para la trabajadora, a un año de la suspensión de actividades de Mexicana la situación del personal de la aerolí­nea “es desesperante, nos sentimos derrotados en cierta forma, porque vamos de prórroga en prórroga con la ilusión de que se va abrir la empresa”.

EXIGEN SOLUCIӓN

Marí­a Araceli Trejo, con 24 años de servicio en el área de Finanzas de Mexicana, coincide con sus compañeras en la urgencia de una resolución al conflicto que posibilite la preservación de sus empleos a corto o mediano plazo.

Hay más de 8 mil personas sin empleo (sobrecargos, pilotos y personal de tierra), muchas de ellas son mujeres con familia, como es su caso. De ella dependen sus dos hijos; uno cursa la preparatoria y otro la universidad. Para sacarlos adelante, la trabajadora inició un negocio de venta de persianas.

En entrevista, Miguel íngel Yúdico, secretario general del Sindicato Nacional de Trabajadores de Transportes, Transformación, Aviación, Servicios y Similares (SNTTTASS), expresa que pese a la “desesperación total” de las y los trabajadores que tratan de sobrevivir, permanecerán en plantón afuera de la SCT, y advierte: “No lo vamos a quitar hasta que se resuelva el conflicto”.

El sindicalista dijo que en los últimos meses las autoridades mostraron voluntad polí­tica para que la empresa no sea declarada en quiebra, ahora la solución depende de los inversionistas, algunos de ellos, como Altus Prot y Avanza Capital, recién informaron que la siguiente semana exhibirán los fondos que se requieren para el rescate de Mexicana.

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