Por: Bernardo Camarillo /www.periodicomirador.com
Fría tarde de toros. No hubo materia prima para el lucimiento de los matadores y tampoco cartel que atrajera a los aficionados a la fiesta brava, mucho menos cuando hay empresarios, que aunque se dicen dueños de medios de comunicación, lo menos que tienen es consideración con aquellos que van a trabajar y difundirles sus eventos, âla prensa es muy problemáticaâ, dirían, ah! pero cómo ayuda.
Los mozos y las mozas de la plaza que se dijeron trabajadores de la âempresaâ, de la cual nunca supieron el nombre, mucho menos del dueño, negaron la entrada a algunos compañeros de los medios, pese a que la plaza se encontraba vacía.
Más aún, en sus pequeñas mentes no podían entender cómo un niño estaría ocupando un lugar de la prensa âno se trataba de sus amigos ni de sus allegados, si no las cosas serían diferentes-; con el talento se nace, aunque tal vez ni siquiera saben qué es eso. Bastaría ver las imágenes de la nota publicada el pasado 11 de septiembre  y la de este día y verificar quiénes fueron los fotógrafos, aunque también creemos que ni siquiera se toman la molestia de ver lo que se publica.
Obvio hay sus excepciones, como Arnulfo Ruiz Contreras, encargado de prensa de la empresa âZacatecas, tierra de torosâ, quien hasta el momento se ha portado a la altura con todos los compañeros de la prensa.
Pero dejando de lado esos âpequeños incidentesâ y entrados ya en el arte de la tauromaquia, esta tarde los de Santa Fe del Campo, con menos kilos que los encierros anteriores, no estuvieron a la altura de por lo menos El Conde y de Israel Téllez, ambos matadores que tienen ya un camino recorrido y aunque supieron lidiar a sus enemigos, a estos de manera repentina âse les acababa el gasâ, dejando a los matadores con las ganas de seguir toreandoâ¦
Los hermanos Armando y César Montes, en plan valiente y con muchas ganas de salir adelante en esta profesión, mostraron hechuras de querer ser, más todo quedo ahí; los dos salieron despedidos por los aires, afortunadamente, sin cornada alguna.
Si se les diera más ganado bravo a estos hermanos, podrían hacer mucho más en esta dificilísima profesión, ya que al parecer la plaza le impuso, pero mostraron una falta de sitio abrumadora, la que fue notoria en sus arropadas.
El escaso respetable antes de finalizada la corrida, por allá en el cuarto toro comenzó a salir de la plaza, tal vez por el cartel poco atractivo, por el aburrimiento y lo manso de los toros y cuando no hay materia  prima, pues las cosas no salen como uno quiere.
En fin que nada es para siempreâ¦
Fotos: Modesto Sedano y Bernardo Alexis /www.periodicomirador.com[nggallery id=201]