El Debate sobre la Ciudad de México: ¿Y las mujeres qué?

Palabra de Antígona

Potente y multicultural no los cimbra ni conmueve 

Por: Sara Lovera

SemMéxico.- Pálido y sin contenido resultó el primer debate entre aspirantes a gobernar la Ciudad de México. Tres grandes ausentes en la discusión: las mujeres, no sólo cómo víctimas de violencia; la nueva Constitución cómo un desafío muy claro y la gobernanza que demandan más de ocho millones de habitantes que han transitado por un proceso de democratización que hoy parece olvidado por las contradicciones intrapartidarias, en las que lamentablemente se suman las candidatas.

Hay que decir que importa y mucho escuchar, hoy, y esperar, hoy, sobre nosotras, porque es casi seguro que habrá una mujer gobernando esta ciudad, entre 2018 y 2024, que según la ONU es una de las cinco más grandes del mundo; de mayor potencial progresista y democrático; donde han nacido y se han escrito las mejores leyes a favor de la emancipación femenina.

Ninguna de las cinco aspirantes tiene el chip feminista -sería pedir demasiado-, pero ni siquiera de género o reconocimiento de las diferencias que debían plantearse como parte de un proyecto de gobierno. Nunca le dio vergüenza a Michelle Bachelet reconocer la importancia de que las mujeres llegaran los puestos de decisión, dos veces presidenta de Chile y la primera mujer jefa de ONU Mujeres, con puesto de subsecretaria de la ONU.

No, estas aspirantes están higiénicamente distantes de la ideología, filosofía y práctica feminista. Me extraña porque existe la asesoría de la feminista, Marta Lamas a Claudia Sheinbaum, del Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA) o las mujeres y los grandes “avances” de género en el Partido de la Revolución Democrática (PRD) de donde viene Alejandra Barrales.

La joven Mariana Boy, del Partido Verde Ecologista de México, reconoció la violencia feminicida en el transporte público, pero también sin emoción; Purificación Carpinteyro, de Nueva Alianza, ex subsecretaria de Comunicaciones, ex priista o panista, nada, y Lorena Osornio, la candidata independiente tampoco. Todas hablaron en un lenguaje masculino sin ruborizarse. Debo decir que Claudia Sheinbaum, lo intentó y lo olvidó rápidamente.

Fue Marco Rascón, del Partido Humanista, quien más se acercó a la diversidad, al definir la pluriculturalidad de esta vibrante ciudad, donde durante los últimos 40 años las feministas han habitado, propuesto, luchado, celebrado y conseguido dos cosas trascendentes: la interrupción legal del embarazo hasta las primeras 12 semanas y los matrimonios igualitarios; más instituciones, leyes, acuerdos, movilización de mujeres y un plan con programa y acciones para hacer de la ciudad una amigable y segura para las mujeres.

De Mikel Arriola, del Partido Revolucionario Institucional (PRI), hay que decir que el sí tiene claramente una concepción de género, es decir, está convencido que las feministas son como “comunistas” y habla de la familia antes de la Revolución Francesa. Pero, ojo, lo tiene claro, por ahí su proyecto y su postura. Supongo que, en el PRI, de donde arrancó, porque no había más, la lucha por los derechos de las mujeres y su presidente actual, Enrique Peña Nieto, decretó su tercera línea de acción para transversalizar el género; quiso mandar una iniciativa para dar derechos a la diversidad sexual, bueno, pero de eso no se ha enterado.

Pero decía. Debate pálido e insustancial. No les ha emocionado nada esta gran ciudad, sí, con muchos problemas, por supuesto, con grandes extensiones territoriales sin agua –asunto que los ocupó mucho- pensando, seguro, que la mayor parte de los votos están en las demarcaciones, que ahora serán municipios, como Iztapalapa, Gustavo A. Madero y Cuauhtémoc, ésta última por su potencial económico.

No conocen la ciudad. Yo me pongo en sus zapatos. En lugar de la palabrería general, porque no le dijeron al público cosas importantes. Ahora que leo lo que sucede en Nueva York, donde se discuten los derechos de las y los indígenas, me acordé. Una ciudad muy diversa, con indígenas y medio millón de extranjeros y extranjeras, la mayor concentración de migrantes de todo el país. No tienen idea, cuánta inversión empresarial de origen judío y la fuerza tremenda y abarcadora de las grandes empresas de comunicación. Nada. Palabrería sobre las cámaras de seguridad en cada lugar o 100 kilómetros de Metro.

La ciudad de México es, dice el INEGI, la ciudad de la diversidad, con dos millones de personas de origen indígena, donde hay 370 mil ejidatarias, (as, sí, mujeres); donde se producen millones de flores de noche buena cada año y son vitales los canales de Xochimilco, ahora abandonados tras los sismos. Una ciudad con Milpa Alta, y su zona rural inmensa; lugar que no se puede explicar sin los millones de viviendas en zonas peligrosas por los malos gobiernos. No voy a contar quién dio los permisos. Pero lo sé.

Qué les dicen a estas candidaturas que una de cada dos mujeres en la ciudad viven violencia, por eso es interesante lo de los faros culturales propuestos por Rascón, porque necesitamos un cambio cultural para hablar de la paz, y no de lo automático sin análisis, de que la pobreza produce delincuencia. Un gran desprecio a las y los jóvenes, ellas que han protestado por miles por la violencia. Ni se ocuparon.

No entiendo cómo llegamos aquí. Cómo es posible que en los partidos políticos, donde tradicionalmente las mujeres no existen, a menos que cómo ahora, estén obligados por la ley. Las cinco aspirantes olvidaron que su lugar y su posibilidad tienen que ver con esta pelea histórica de casi 150 años de las mujeres para llegar a un sitio de toma de decisiones. Gracias, debemos decir a Rascón, quien dijo que el priista que anda en campaña, está enojadísimo con la seguridad que tiene que le ganará una de las dos mujeres punteras en las encuestas. Seguro el PRI no tiene posibilidades de volver a gobernar la Ciudad de México, de eso no tengo la menor duda.

En fin. Lo aleccionador, en todo caso, que ahí, frente a las cámaras de televisión, las y los aspirantes a dirigir y gobernar mi ciudad, perdieron la oportunidad de comunicar. Hicieron propaganda, eso sí, menos Rascón quien más bien habló de cosas de fondo, bueno, decía, hicieron propaganda, lista de propuestas, se hicieron bolas con los costos de cada kilómetro de Metro.

Y, entre todo, lo más triste, es el diálogo entre las dos punteras, claramente misógino, poco comedido y enojadas, por momentos llenas de ira, entre sí. Yo hubiera aprovechado de Mikel ahí presente para decirle unas dos o tres cosas de su ignorancia y conservadurismo. Tremendo el hombre y me acordé que fue él, desde el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) que dirigió, quien puso todos los obstáculos a los derechos a la salud de las parejas homosexuales y, seguramente, el que alegó “objeción de conciencia” para realizar los abortos legales que en esta ciudad están en la ley y derecho ratificado por la Suprema Corte de Justicia de la Nación.

Bueno ellas tampoco saben defender estos asuntos. Veremos

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