No por un decreto se va a cambiar la naturaleza humana: obispo

ObispoZacatecas, Zac.- El obispo diocesano de Zacatecas, monseñor Sigifredo Noriega Barceló, expuso a propósito de que el alcalde de la capital, Ulises Mejía Haro, dio la bienvenida a los matrimonios igualitarios en la demarcación, que respeta “totalmente a las personas homosexuales, así como a la ley; tengo entendido que no se ha dado aplicable al estado, pero si se da, que es la tendencia, mi postura es la postura de la Iglesia, de que no por un decreto se va a cambiar la naturaleza humana.

Me parece a mí demasiado riesgoso porque es destruir el matrimonio. Deben buscarle alguna forma jurídica para que tengan también su protección y sus garantías, pero no a costa de la destrucción del matrimonio, porque si es matrimonio, es hombre y mujer”.

Sostuvo que un matrimonio no puede ser de otra manera, porque si así fuera es una sociedad con todos sus derechos. “Yo diría que tengamos mucho cuidado, porque es la gran riqueza que tenemos, la riqueza del matrimonio hombre-mujer como fundamento de la familia, y si destruimos eso, destruimos el tejido social, no hay futuro salvable”.

Además, dijo el prelado que “vamos por la honda del ‘se vale todo’ y el pretexto es que ‘son mis derechos’; pero la sociedad también tiene derechos y hay derechos sociales; por eso se dan las instituciones”.

Refiriéndose a los diputados locales, manifestó que “si van a tomar alguna decisión o postura, que no piensen solamente en el momento o en el partido político, porque eso sería muy triste decir que si tú votaste por mí, yo te voy a ayudar a sacar esa agenda.

Deben pensar en el futuro. Al final de cuentas el periodo es de tres años, y que no vayan a hipotecar el futuro de la sociedad”.

Por otro lado, sostuvo categórico que no contarían con la bendición eclesial, “ya que no sería un sacramento”, aunque reiteró su respeto a las personas y a las leyes. Si aprobara esta unión, especificó, “estaría renegando de mi fe”.

Admitió que hay pluralidad en las ideas, en las creencias y posiciones ante la vida y las instituciones, pero ello no debe establecerse “a costa del matrimonio que no es matrimonio”.

Por último, explicó que “se debe buscar una fórmula jurídica que proteja a estas personas, pero no a costa del matrimonio; sería como si la sociedad se diera un tiro, pero no el pie, sino en su corazón”.

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