Por: Dra. Norma Julieta del Río Venegas
Zacatecas, Zac.-La transparencia en el deporte no es un tema menor. Es, de hecho, una de las claves para mantener la confianza de los ciudadanos, la credibilidad de los equipos y el respeto hacia la verdadera afición. Por eso, lo ocurrido el pasado fin de semana en los juegos de los Mineros de Zacatecas en el básquetbol debe aclararse con prontitud y seriedad.
Muchos aficionados que compraron su boleto o pagaron su bono con anticipación se quedaron fuera del partido sin explicación alguna. La pregunta es clara: ¿quién ocupó esos lugares? ¿Fueron ingresos registrados para el estado o se entregaron cortesías sin control? Este tipo de situaciones dañan la experiencia de quienes siempre han apoyado al equipo de forma genuina y constante.
Es necesario implementar mecanismos de control estrictos en el manejo del boletaje. No podemos permitir que espacios pensados para la ciudadanía sean ocupados por “cuotas y cuates”, dejando fuera a quienes realmente sienten los colores del equipo. La distribución irresponsable de entradas y el uso político de los asientos en la grada solo generan división y desconfianza.
La liga está funcionando muy bien, y eso es motivo de orgullo. Pero, precisamente por ello, hay que protegerla. Quienes asistimos desde siempre notamos cuando algo cambia. En los últimos partidos se percibe un intento de politizar el deporte, con la presencia de personas que no comparten la pasión por el juego, sino que buscan figurar. Eso termina por manchar un espacio que debería ser para todos, sin distinción.
La rendición de cuentas en el deporte es una herramienta poderosa para fortalecer la credibilidad y garantizar que el apoyo ciudadano continúe. En Zacatecas hay una afición real, comprometida, que merece respeto y respuestas. Si queremos seguir avanzando, debemos comenzar por ser transparentes, honestos y justos con quienes hacen del deporte una verdadera pasión.
Por último, a esto se suma otro punto clave: la comunicación. Los comunicados oficiales tienen el poder de aclarar o agravar una situación. Si están mal planteados, sin claridad ni sensibilidad hacia la afición, solo empeoran el malestar. Lamentablemente, eso pareció ocurrir en este caso. En lugar de aportar transparencia, el mensaje generó más dudas que certezas.
El deporte debe ser un espacio de unidad y orgullo colectivo, no un terreno para intereses particulares. Garantizar reglas claras, boletaje transparente y comunicación responsable no es solo una obligación de quienes organizan, sino un derecho que la afición merece. Si se corrigen estas fallas, el básquetbol en Zacatecas seguirá creciendo como un símbolo de identidad y pasión compartida.
