AUN PERSISTE DISCRIMINACIӓN, FALTA DE IGUALDAD Y VIOLENCIA DE Gí‰NERO: ONU -MUJERES

Como parte del Encuentro Estatal de Mujeres Lí­deres Polí­ticas, se presentó la mesa redonda “Avances internacionales a favor de los derechos polí­ticos de las mujeres y su empoderamiento” en la que participaron la Consejera Electoral del Instituto Federal Electoral, Marí­a Marván Laborde; la Directora Regional de ONU Mujeres para México, Centroamérica, Cuba y República Dominicana, Ana Gí¼ezmes Garcí­a, y la Asesora externa de la iniciativa SUMA Democracia es Igualdad, Cecilia Tapia Mayans. Participó como moderadora la Periodista Marí­a de Jesús Chávez Contreras, Presidenta de la Asociación Mujeres Periodistas de Zacatecas (MUPEZA).

Empoderamiento y Emancipación.

La consejera electoral del IFE Marí­a Marván dirigió su exposición a dilucidar el proceso de adquisición y cambio de conceptos con que se entiende la participación polí­tica de las mujeres. Hace algunas décadas, la emancipación suponí­a la liberación de aquellos grupos dominados por otros, señaló.

En cambio, la utilización actual del concepto de Empoderamiento (el cual parte de un anglicismo) ha sustituido ese significado para transformarlo en un antónimo de marginación. El fenómeno de marginación implica un desarrollo integral en la economí­a, la polí­tica y las condiciones sociales de vida.

Cuando se pretende modificar esta estructura integral, reduciendo los márgenes de marginación, es necesario saber que cada uno de sus elementos tiene que impulsarse, puesto que el desarrollo económico no siempre significa un desarrollo polí­tico y/o social, y viceversa.

Históricamente, mencionó la Consejera Electoral del IFE, las mujeres tuvieron una fuerte presencia a inicios del siglo XX. Las transformaciones culturales a partir de las guerras mundiales les permitieron ocupar lugares que antes les resultaban de mayor dificultad acceder.

En ese contexto se desarrolla la incorporación de la mujer a la economí­a, y más especí­ficamente a la polí­tica. Y esta misma incorporación real deja de ser una propuesta para cristalizar los resultados de la lucha de hombres y mujeres a favor de los derechos de las féminas.

En su aportación la Dra. Marván Laborde expuso que la relación entre los cambios sociales y los cambios legales depende de procesos de ciclos. Indicó que al transformar las leyes, estas se consagran. Esto debido a que las sociedades, al igual que las leyes, son dinámicas.

Ejemplificó que en 1953 las mujeres puntualizaron un logro en la adquisición de derechos polí­ticos (votar y ser votadas), sin embargo los cambios sociales no fueron los suficientes para que la norma permeara ampliamente en el contexto de desarrollo de las mujeres.

Esta relación entre nuevas normas y cambios sociales generó un fenómeno en donde a la mujer ya no se le impedí­a votar, sin embargo aún no se incluí­a en puestos públicos y polí­ticos.

Durante su exposición calificó a México como un paí­s de baja densidad polí­tica, esto debido a que se nota una baja participación polí­tica de la ciudadaní­a,  la cual es un componente fundamental para la consolidación de la Democracia mexicana.

Dijo que actualmente se presentan resistencias a la participación de las mujeres en la vida polí­tica, en especial en las bases partidistas (contrario a lo que sucede en las cúpulas). En el presente existen pocas organizaciones sociales que vayan más allá de buscar puestos públicos.

La Consejera Electoral del IFE Propuso que esto se debe a que la cultura que vivimos es más hegemónica y de dominación, por lo cual impide el pluralismo y la diversidad.

Derechos polí­ticos y participación polí­tica.

La maestra Cecilia Tapia Mayans, asesora externa de la iniciativa SUMA, profundizó su participación en el tema de los derechos polí­ticos de las mujeres. Explicó que estos derechos han permitido avanzar en el plano internacional para la igualdad formal y sustantiva de las mujeres.

Precisamente fueron las mujeres quienes iniciaron su lucha por la igualdad de condiciones y de derechos. Sin embargo, fue hasta el siglo XX en que los derechos humanos pudieron ponerse en práctica con mayor veracidad.

La interpretación de estos derechos pasa por dos filtros. Por una lado aquellos que se consideran exigibles (adquiridos desde que el ser humano nace) y los otros que son considerados programáticos (los cuales se van adquiriendo conforme las necesidades del ser humano se desarrollan).

Hoy en dí­a, en nuestro continente las mujeres pugnan porque sus derechos polí­tico electorales, reconocidos en el Sistema Universal de derechos humanos, sean garantizados e impulsados por las instituciones electorales y las organizaciones de la sociedad civil.

Advirtió también que el sistema de derechos universales, reconocidos en la Declaración Universal de los Derechos Humanos fue repensado a partir de la caí­da del muro de Berlí­n. En aquellos años el mundo estaba dividido en dos polos: occidente (capitalista) y oriente (comunista).

Esa experiencia permitió a las mujeres aprovechar la coyuntura, ya que en el momento en que algunos regí­menes autoritarios entran en una etapa grave de crisis se ven forzados a reconocer derechos a las personas.

Fue en ese contexto en que los derechos polí­ticos de las mujeres toman relevancia por sí­ mismos. Estos derechos constituyen medios que aseguran la participación de las mujeres, y el mejoramiento de las condiciones sociales, económicas y polí­ticas de su entorno.

Aun persiste discriminación, falta de igualdad y violencia de género

En ese mismo tema, la Directora Regional de ONU Mujeres para México, Centroamérica, Cuba y República Dominicana Ana Gí¼ezmes Garcí­a manifestó que los avances de las mujeres en el siglo XX han sido la revolución más silenciosa que se ha presenciado, por los derechos humanos.

En nuestro presente aun persisten la discriminación, la falta de igualdad ante la ley y la violencia de género. Sin embargo, ONU Mujeres ha decidido tomar el ejemplo de las mujeres, las cuales a pesar de sus dificultades son actoras fundamentales del cambio social.

Señaló que es importante reconocer que las mujeres cuentan con iguales capacidades que los hombres. Es por ello que las barreras que tienen que derribarse son aquellas que restringen sus oportunidades para generar nuevos liderazgos.

Y es que precisamente la participación polí­tica se mide a partir de las oportunidades de las mujeres para acceder a los puestos públicos y polí­ticos de toma de decisiones, desde la familia hasta el gobierno.

Para finalizar, informó que es importante que las mismas instituciones polí­ticas generen mecanismos y polí­ticas públicas para consolidar aquella igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres. Así­ como garantizar que los partidos respeten los derechos polí­ticos de las mujeres, al garantizarles espacios en los procesos electorales.

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