Por: Dra. Norma Julieta del Río
Zacatecas, Zac.-Hoy exactamente se cumplen dos años del fallecimiento de Alonso Lujambio Irazábal, fue el 25 de septiembre del 2102, y por ello me permito volver a transcribir la mayor parte del Artículo que le dedique al gran amigo en su momento:
Nació el 2 de septiembre del año 1962, acababa de cumplir 50 años. Casualmente fue el 29 de agosto 2011 cuando Alonso Lujambio ofreció una conferencia de prensa para anunciar su declinación en la contienda interna presidencial de su partido, argumentando que las encuestas no le favorecían, y fue exactamente al año, el 29 de agosto del 2012, cuando reaparece en la vida pública acudiendo al Senado a registrarse como Senador de la República. Un Alonso Lujambio diferente entre el 29 de agosto 2011 y 29 de agosto 2012.
Pero no hablaré en mi artículo sobre los logros profesionales del gran servidor público, pues de todos es sabido que era Doctor en Ciencia Política por la Universidad de Yale y excelente alumno y académico del ITAM, relatare la experiencia personal de haber conocido a este hombre y de la amistad que se fortaleció al paso de los años.
Comprobé que si existen funcionarios de primer nivel que nunca pierden la sencillez; esos hombres que se ven en televisión son de carne y hueso y son humanos, Alonso lo era.
En el año del 2005 en Zacatecas, cuando se comienza el proyecto de la puesta en marcha de la Ley de Acceso a la Información Pública, conozco a Alonso Lujambio quien fungía como Comisionado del IFAI, contando siempre con su apoyo y asesoría, junto con su inseparable e incondicional amigo Alejandro Solís. Siempre con una gran disposición para la puesta en marcha de este ordenamiento.
En el año 2006, asume la presidencia del IFAI y se convierte en Presidente Comisionado, iniciando a trabajar nuevamente juntos en la iniciativa de la reforma del Artículo sexto Constitucional, donde la participación de Zacatecas fue clave junto con los estados de Aguascalientes y Chihuahua.
En 2007 visita nuevamente Zacatecas, invitado especial para poner en marcha el primer Kiosco de Servicios Electrónicos en toda la historia de Zacatecas, acudí como siempre por el al aeropuerto, recuerdo muy bien que usaba barba, al preguntarle por qué me contesto que se veía demasiado joven, y con la barba asumiría mas edad pues ya era el Presidente Comisionado, contaba con 44 años de edad en ese entonces.
Después de haber inaugurado un primer Kiosco de Servicios en Zacatecas, nos trasladamos al municipio de Fresnillo a la inauguración de un segundo kiosco, solo él, y Alejandro Solís, iba platicando, contando chistes (tenía un excelente sentido del humor), ya al término del evento se había hecho tarde y no habíamos desayunado, fuimos a las famosas tortas del municipio de Fresnillo de “Don Pepe” y así, de camino al aeropuerto, fuimos comiendo tortas y bromeando.
Después estuvo nuevamente en Zacatecas, en la puesta en marcha del Sistema Infomex, al término del evento hicimos un recorrido antes de su vuelo y ese hombre jovial y fuerte, lleno de entereza, seguía siendo alguien a quien yo admiraba por sus consejos en mi tarea y responsabilidad.
El día 6 de abril del 2009 fue nombrado Secretario de Educación Pública, a los pocos días tuve la fortuna de saludarlo y felicitarlo y nuevamente, se encontraba en mi Estado con esta nueva investidura. Debido a situaciones que frecuentemente se dan en este juego político, de celos absurdos, no se me incluyó en su recepción, pero al estar en el hotel donde desayunaban, pregunto por mí y nuevamente nos encontramos, participando en varios espacios juntos, yo como Coordinadora Nacional de los Contralores y él en esa nueva posición.
Ya laborando en el Gobierno Federal, tuve la oportunidad de estar en su oficina varias veces, siempre estuvimos en contacto. La última vez que lo vi antes de que le detectaran su enfermedad fue en junio del año 2011, estuve en su oficina, él ya era uno de los presidenciables de su partido, me comento que estaría en Zacatecas, fue el sábado 18 de junio del 2011.
Siempre estuve atenta a su estancia en Estados Unidos a través de Alejandro Solís, siendo un 19 de septiembre del 2012, (justo el día de mi cumpleaños), tuve el hermoso regalo de volver a ver en la Semana Nacional de Transparencia en DF, al acercarme me vio y con lucidez mencionó: “estoy viendo a una amiga zacatecana» esto me lleno de emotividad, platicando con el por espacio de 4 a 5 minutos, le dije que lo quería mucho, me platico que esa semana estarían sus lentes listos, que ya los usaría, le dije que me alegraba y que lo buscaría en el Senado, me tomó de las manos y le di un abrazo sincero. Platique con Tere Toca, su esposa, por espacio de unos minutos y me despedí.
No tengo duda de que Dios me puso ahí, justo ahí para despedirme de él, un amigo que conocí y siempre me apoyó, generándose una estima y una amistad que nunca olvidaré. Había muchos planes, pero en ellos nunca se habló de que pudiera estar enfermo, ni él lo sabia a ciencia cierta. El ya no está en el mundo terrenal, pero está en paz.
El trabajo incansable y el no tener tiempo para nada, solo para trabajar, no nos deja valorar que hay vida, y sin vida, no hay nada. Sin embargo, gracias a él confirme que hay servidores públicos de altura, tan de altura como su tamaño real. De esos funcionarios hay pocos, Alonso Lujambio se nos adelantó, sus palabras del pasado 29 de agosto del 2012, (25 días antes del desenlace) fueron: que veía la vida ya sin prisas, más tranquila y con menos urgencia loca que no sirve para nada… y así es, moraleja para todas y todos que nos gusta el servicio público, y mas allá del servicio público cualquier actividad cotidiana, pues después no habrá tiempo para lo importante: vivir la vida.
Todo es efímero, al paso de los años es tan satisfactorio contar con grandes amistades por la labor desempeñada, eso es lo bueno que se queda al paso de las responsabilidades.
Descanse en paz mi querido amigo Alonso Lujambio.