Por: Dra. Norma Julieta del Río Venegas

Para nadie es desconocida mi pasión por el fútbol. Desde mi niñez, este deporte me ha encantado porque representa la vida misma; estrategias, coordinación, trabajo en equipo y esfuerzo para lograr resultados. Lo vivo con pasión, dentro y fuera de la cancha.

Creo firmemente que los torneos son una esperanza para que las y los jóvenes inviertan su tiempo en esta disciplina.

La Copa del Bienestar llama a la paz y a la diversión. En contextos de estrés, desigualdad o violencia, el entretenimiento colectivo, como el fútbol, ofrece un respiro, una válvula de escape emocional y un punto de coincidencia pacífica. Pero este objetivo no puede cumplirse sin la participación activa de la ciudadanía, en coordinación con las y los presidentes municipales de Zacatecas. Más allá de sus filias y fobias, deben pensar primeramente en el bien común.

Se trata de actividades recreativas y de esparcimiento que fomentan la iniciación e integración al deporte. En este tipo de espacios es donde nacen los futuros atletas de alto rendimiento. Ahí surge la práctica regular, organizada e incluyente del deporte. Los equipos representan a barrios, pueblos o comunidades, reforzando el sentido de identidad y pertenencia.

Los torneos pueden convertirse en eventos emblemáticos, ligados a celebraciones locales.

La transparencia, desde las reglas del juego hasta la premiación, forma parte de un torneo sano. Un juego limpio en la cancha fortalece la percepción de que tampoco hay trampas en la vida pública.

Hoy más que nunca necesitamos este tipo de entretenimiento y distractores sociales que, en el fondo, nos llaman a la unidad y a la pasión. Busquemos la paz social a través de los torneos de fútbol en todas sus expresiones, como la próxima Copa por la Paz.

@JulietDelrio