Los obesos tienen diez veces más el riesgo de padecer diabetes mellitus, y cuatro veces más de hipertensión arterial, además son más vulnerables a problemas cardiovasculares y cerebrovasculares.
La gordura constituye un problema de salud pública, ya que se estima que el setenta por ciento de los mexicanos adultos están excedidos de peso, ya sea con sobrepeso u obesidad, de acuerdo a la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición.
Señaló lo anterior Felipe de Jesús López Robles, director de la Unidad de Medicina Familiar 1 del IMSS en Zacatecas, quien dijo que la obesidad es uno de los principales factores de riesgo para el desarrollo de muchas enfermedades crónico-degenerativas, males que hoy en día están afectando cada vez más a los adultos jóvenes.
Explicó que conforme se aumenta de peso, el organismo va creando resistencia a la insulina (Síndrome de Resistencia a la Insulina), lo cual produce alteraciones en los niveles de glucosa en sangre y aumenta el riesgo de padecer diabetes mellitus y a mediano plazo las complicaciones asociadas a ésta.
Además, el exceso de grasa produce aumento de colesterol y triglicéridos, lo que favorece el depósito y engrosamiento de las paredes de los vasos y arterias, y representa mayor riesgo de sufrir infarto al corazón, hemorragias o eventos vasculares cerebrales y daño renal, dependiendo del grado de avance.
Agregó que la obesidad puede presentarse solamente en un parte específica del cuerpo al acumularse la grasa únicamente a nivel abdominal o en caderas, lo que conocemos como âchaparrerasâ; en ambos casos este grupo tiene más riesgo de sufrir diabetes mellitus y cardiopatía isquémica.
Para saber si una persona sufre de obesidad abdominal o en caderas, solamente hay que medir la circunferencia de la cintura, la cual no debe ser, en la mujer, mayor de 88 centímetros y, en el hombre, de más de 102.
Entre las recomendaciones para prevenir la obesidad están: desde la infancia tener buenos hábitos alimenticios en los que se incluya verduras, frutas, cereales y leguminosas y productos bajos en sal y en grasas; se evite en lo posible el consumo de comida chatarra como pizzas, hamburguesas hot dog y refrescos, entre otros, y los alimentos ricos en grasas de origen animal y en azúcares refinados como los pasteles, chocolates y galletas.
La obesidad se define como una enfermedad crónica en el que existe un aumento excesivo de grasa corporal y es un problema multifactorial que abarca desde aspecto genéticos, metabólicos, psicológicos y ambientales. La causa de este mal es el resultado del desequilibrio entre la ingesta de energía y el gasto de ésta.
López Robles agregó que cuando ya se padece de obesidad se requiere de modificar sus estilos de vida y de alimentación, favoreciendo la practica de ejercicio por lo menos tres veces a la semana, por ejemplo 30 minutos de caminata.
Puntualizó que los productos para bajar de peso o bien el dejar de comer ciertos alimentos no son tratamientos para la obesidad, pues sí pueden producir pérdida de peso temporal, afectando otros órganos, pero no curan la obesidad ya que es común que se recupere nuevamente el peso perdido.