REFERENTE PERIODíSTICO

Eduquemos a la sociedad

Por Gerardo DE íVILA (*)

Ocho minutos de pánico y terror vivieron cerca de 20 mil aficionados en el estadio Corona de futbol, en la vecina ciudad de Torreón. No exagero, el pasado sábado una tragedia de proporciones mayores pudo haber ocurrido. Era el minuto 40 del encuentro Santos versus Monarcas. Afuera del inmueble una balacera.

De inmediato, me vino a la memoria que se acerca la Feria Nacional de Zacatecas en donde en dí­as estratégicos hay miles de gentes en las instalaciones.

Una vez más, una balacera nos recordó lo vulnerable que somos como sociedad en este México bronco y que ahora es la motivación para reflexionar en voz alta sobre los lamentables acontecimientos en aquella ciudad del norte.

Fueron ocho largos minutos para la afición, pero un hecho que se llevarán para el resto de sus vidas. Afortunadamente, los asistentes entendieron el mal momento y actuaron con madurez, aunque las crisis nerviosas y los gritos no faltaron.

La estampida humana se dio por un momento, pero sin consecuencias graves.

Me parece pues, que los acontecimientos que se dieron en el estadio Corona deben servir para que las autoridades de todos los niveles emprendan con toda seriedad, operativos que garanticen la seguridad, no sólo en partidos de futbol, sino en todo evento masivo.

De entrada, habrá que pensar en diseñar una especie de polí­tica pública para comenzar a educar a la sociedad desde las aulas, el trabajo y lugares públicos, para saber cómo comportarse ante eventualidades como lo es una balacera, de lo contrario, no se podrá evitar una tragedia. ¡Cuidado!

Los sistemas de seguridad tradicionales están siendo rebasados en prácticamente todo los ámbitos, producto de los crecientes í­ndices delictivos. La delincuencia se está viendo más organizada.

Creo también que el sistema educativo mexicano debe abordar con toda claridad, la realidad de México como paí­s en el tema de inseguridad, no para alarmar, sino para educar a los menores y jóvenes de cómo deben actuar ante hechos como los del sábado en Torreón.

No se les puede ocultar a los futuros jóvenes la realidad que estamos viviendo. Ocultarlo es peor.

Y apenas el lunes, la Federación Mexicana de Futbol (FMF) tuvo que admitir en rueda de prensa que urgen medidas de protección ante eventuales problemas de inseguridad en los estadios. No basta la vigilancia tradicional para garantizar la seguridad de quienes asisten. No hay que olvidar que acuden familias enteras.

Toda proporción guardada, pero Zacatecas ya vivió algo similar en aquel viernes Santo, en abril pasado en las calles del centro histórico cuando una estampida humana corrió sin rumbo ni dirección, ante el rumor de que habí­a una balacera a la altura de las calles Genaro Codina y Fernando Villalpando.

Afortunadamente, al final todo quedo en un mal momento, aunque miles que acudieron a ver la Procesión del Silencio mejor se retiraron a sus casas.

Más allá de la posición oficial de la autoridad civil y religiosa, la realidad de las cosas, es que la gente entró en pánico y no supo qué hacer, cómo comportarse. La tragedia no llegó, pero hubo zozobra y rondó el miedo.

Vivir con miedo…

Duele decirlo, se siente impotencia, cala en los huesos, se humedecen los ojos, se añora el pasado, pero es claro que la vida en México ya no volverá a ser igual. No al menos, en un futuro inmediato. La inseguridad no cesa y no se ve una pronta solución.

¿Habrá pues que aprender a vivir entre el fuego y la sangre? ¿A escuchar cómo se mueven las cifras de muertos? ¿A que nos digan sin razón que está guerra que nadie pidió se está ganando? Ojalá y no.

Pero, en medio de estas y otras interrogantes, tenemos que reflexionar y asumir un rol como sociedad. Nadie duda de la buena intención del Gobierno Federal, tampoco del esfuerzo que realiza, pero es evidente que la ola de inseguridad no cesa en el paí­s. Algo no funciona bien en la estrategia oficial emprendida.

¿Debemos acostumbrarnos a vivir así­? Claro que no. El paí­s no debe asumir una posición como ahora mismo vive Juárez, Tamaulipas, Nuevo León, Michoacán o Zacatecas mismo, ¿Entonces cuál es el camino a seguir?

Acostumbrarse a vivir bajo el fuego cruzado no es lo mejor que le pueda pasar a México. Sin embargo, lo que preocupa y hoy nos ocupa, es que hay visos de que la sociedad comienza a ver la inseguridad como algo ya normal. ¡No! Grave error.

La balacera suscitada en las cercaní­a al estadio Corona en la ciudad de Torreón y que dieron la vuelta al mundo, también debe servir para recordar que no podemos acostumbrarnos a vivir así­. No nos acostumbremos.

Las patéticas imágenes que vimos por televisión, donde miles de aficionados se protegí­an entre las butacas o los que se fueron al centro de la cancha, reflejan muy bien la necesidad de educar a la sociedad.

En suma, estamos hablando de que debemos ir más allá que un Atlas de riego, que una área de protección civil. De ahora en adelante, las autoridades tendrán que dar garantí­as en los eventos masivos.

No sólo en partidos de futbol o cualquier otro deporte, sino en eventos de grandes concurrencias.

Para el anecdotario:

1) Está claro, que las guerras modernas que se avecinan serán por el agua. Para el caso Zacatecas, dí­a a dí­a, aumentan las voces que anuncian que la escasez se agudiza. La realidad de las cosas, es que, efectivamente, cada vez se trae de más lejos y cuesta más el proceso depotabilización. Y sí­, los mantos acuí­feros deben estar en sus niveles más bajos.

En suma, el tema del agua -tarde que temprano- formará parte de la agenda prioritaria del gobernador Miguel Alonso, sino es que ya le ha dado algunos dolores de cabeza. Es necesario, la implementación de polí­ticas públicas distintas a las ya existentes. No está de más el llamado a cuidar el vital lí­quido y más ante el perí­odo se sequí­a –ahora sí­ reconocida– por todo mundo en Zacatecas.

2) Algo pretende el lí­der moral del PRD, Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano con sus repentinas apariciones públicas, en especial, en la ciudad de México. Esta misma semana, el periódico Excélsior, publicó una interesante entrevista. De entrada, el polí­tico en retiro, lanzó el llamado para que las izquierdas lancen candidaturas ganadoras en los 300 distritos electorales olos resultados no se darán.

Sobre su posible participación como probable candidato en la elección del 2012, –la cuarta si se anima y si el PRD u otro partido lo registra–, el hijo del General, si bien no dijo que sí­, tampoco lo negó. La realidad es que, en nuestra opinión,no hay condiciones polí­ticaspara que el cofundador del PRD sea el abanderado. Lo que sí­ creo, es que algo trae entre manos el señor Cárdenas.

3) Ahora que está de moda el tema de la pobreza en Zacatecas, hay alrededor de 150 mil personas que viven en extrema pobreza en el Estado. Aumentó la cifra. Ojalá y que el programa SUMAR como los del gobierno federal lleguen rápido y sin distingo. Urge la ayuda a esta gente vulnerable.

Ahora, la cantidad de pobres es motivo de otro tema. Una cosa es la gente pobre y otra muy distinta, la que vive en extrema pobreza. A ésta nos referimos en estas lí­neas.

4) A propósito de la inseguridad que vive Zacatecas, el rector de la Universidad Autónoma de Zacatecas (UAZ) Francisco Javier Domí­nguez Garay, se pronunció por la creación de una policí­a cientí­fica para combatirla, por supuesto, además, de profundos cambios en el Sistema de Justicia Penal. ¿Qué opina estimado lector?

Es mi opinión.

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